Ya habíamos tenido ocasión de subirnos a un Smart y probar su funcionamiento, pero circular con él en tráfico abierto es una experiencia totalmente diferente, y no sólo de conducción, sino que además nos sentimos irremediablemente observados por nuestros compañeros de tráfico, traseuntes, etcétera íY eso que el coche ya lleva más de medio año en el mercado!. El concepto Smart, creado en su día por la firma de relojes Swatch y apadrinado por Mercedes hasta el punto de quedarse con la idea y explotarla por sí misma, consiste en realizar un coche estrictamente adaptado a la utilización urbana: Máximo de dos personas, sin equipaje (algún bulto de mano y poco más), gran movilidad, facilidad para aparcar, pero también seguridad y confort.
Para realizar un coche así se ha partido totalmente de cero y, ciertamente, aceptando que un coche así pueda tener sitio en el mercado europeo, se nos antoja difícil realizarlo mejor que el Smart.
Su estructura es de acero de alta resistencia (pintado en negro en nuestra unidad), con piezas de fibra en parte del contorno (puertas y frontal, en blanco en nuestro coche). Como dec¡amos, el Smart es un biplaza de gran altura y un gran confort para los dos ocupantes delanteros, que cuenta con unos excelentes asientos y un amplio nomero de detalles a su alrededor.
La mec nica es nueva e innovadora. Se trata de un tres cilindros en l¡nea situado en la parte trasera e inclinado levemente que otorga 45 ¢ 55 CV segon la versi¢n elegida. Transmitidos a las ruedas traseras, este motor est acoplado a un cambio secuencial, es decir, una caja manual que se acciona sin embrague y por medio de golpes hacia delante o atr s a la palanca. As¡ insertamos las seis velocidades, aunque si somos muy sibaritas tambi’n existe un modo autom tico.
Su conducci¢n resulta divertida. El coche es un pel¡n ruidoso y lo onico mejorable es lo eterno que se hace cada cambio de velocidad, algo que se subsana anticipando las reducciones. El Smart acelera con vivez, pero nota demasiado los saltos entre marchas. Su velocidad m xima est limitada electr¢nicamente a 130 km/h, m s que suficiente para un uso extraurbano, en tanto que el comportamiento tambi’n es bueno, con unas anch¡simas gomas traseras y muy estrechas delante que lo hacen subvirador. La direcci¢n no est asistida y resulta muy lenta, lo que mitiga cualquier rasgo de nerviosismo en la conducci¢n. Los frenos ABS y el control de estabilidad Trust de serie entran en funcionamiento si forzamos nuestra conducci¢n, ya que el trasvase de peso de atr s hacia delante es notorio, y las ruedas delanteras tienden al bloqueo inmediato por su escasa medida. El confort interior es muy alto, aunque la amplia superficie acristalada lo hace caluroso. Afortunadamente el aire acondicionado opcional pal¡a este defecto. Solamente cabe criticar los minosculos botones de la radio o la disposici¢n de los pedales, con el freno muy alto con respecto al acelerador.
La reciente reducci¢n de precios de la gama va a contribuir a popularizar un coche ideal para moverse en la urbe, con prestaciones m s que suficientes y una carism tica l¡nea, adem s de la calidad Mercedes.
MARIO ESCAT
