Ambos personajes de barba tupida invocan el misticismo y el sacrificio militante. Guevara escogió a Bolivia como su última base donde pensaba desencadenar una ola de revoluciones. Este país al igual que Afganistán es montañoso, mediterráneo, multi-lingue, con muchas tradiciones de violencia y el más pobre de su región.
Sin embargo, ambos líderes representan políticos contrapuestas. Guevara se reclama de la tradición de la revolución bolchevique mientras que Bin Laden reinvindica a los movimientos pan-islamistas que se enfrentaron a los soviets. En 1917 millones combatieron con los rojos pensando, equivocados o no, que estaban por una sociedad mundial secular sin clases, estados y diferencias sociales, étnicas o sexuales. Quienes les resistieron tras el estandarte verde reinvindicaban instituciones sociales previas al capitalismo. Los islamistas creen que las diferencias entre sexos y naciones deben acentuarse.
Los críticos del socialismo dirán que su sistema lleva inevitablemente a brutales dictaduras sobre el proletariado, aunque muchos marxistas dir n que esas fueron deformaciones del ideario original. Sin embargo, los islamistas no ocultan que su ideolog¡a es abiertamente teocr tica y totalitaria: parten por rechazar toda forma de democracia o igualdad y proponen la restauraci¢n de emiratos y de un gran califato de toda la ‘unma’ (comunidad internacional musulmana).
Los guerrilleros de los 1960s y 1970s hablaban de fusionarse con los pobres y en sus filas hab¡an muchas mujeres combatientes. Bin Laden, en cambio, es un millonario que es financiado por otros magnates, y no hay mujeres en sus commandos y hasta en las manifestaciones que sus partidarios promueven.
Mientras que los diversos focos guerrilleros impulsados por Guevara desde un primer momento irrumpieron atacando los intereses estadounidenses, muchos grupos armados islamistas (como Al Qaeda) nacieron gracias a los d¢lares y las armas que la CIA o sus aliados le proporcionaban. Despu’s que ambos ayudaron a colapsar a la Uni=n Sovi’tica algunos islamistas fueron creando sus propias redes aut¢nomas y contrapuestas a EEUU.
Guevara al igual que Bin Laden consideraban a EEUU como su enemigo central, pero por diversas razones. Para el primero los EEUU es el baluarte del capitalismo, mientras que para el segundo es el centro de los infieles.
Mientras los guevaristas se esforzaban en ganar a la opinion poblica de los pa¡ses ricos (para producir revoluciones al interior de ‘stos), Bin Laden considera a todos sus habitantes (pobres o ricos) como un enemigo en su
conjunto. Uno promov¡a la lucha entre las clases y el otro entre las religiones.
Durante la Guerra de Vietnam en occidente se desarrollaron numerosas manifestaciones en las cuales hab¡an distintos grados de simpat¡a para los revolucionarios del tercer mundo. En las actuales manifestaciones en occidente contra la Guerra casi no hay nadie que se identifique con Bin Laden y la inmensa mayor¡a rechaza sus m’todos e ideas.
Los distintos grupos armados europeos inspirados en Guevara (como las Brigadas Rojas o la Fracci¢n Roja) pon¡an como blancos a militares o personalidades del sistema, y se cuidaban de no atacar indiscriminadamente a civiles inocentes. Los que perpetuaron la matanza del 11 de septiembre no tuvieron mayor contemplaci¢n por los miles de inocentes que trabajan en la torres gemelas o sus alrededores (aunque estos fuesen ni_os o musulmanes).
Para muchos analistas occidentales esta oltima caracter¡stica har¡a que estos movimientos sean m s peligrosos pues ser¡an capaces de utilizar armas des destrucci¢n masiva contra cualquier grupo de civiles en cualquier momento.
Para el pent gono, si bien el enemigo islamista podr¡a ser m s letal para los ciudados estadounidenses, este no representa un peligro para EEUU. La brutalidad de los islamistas no apunta a socavar al sistema de mercado
mundial, sino a golpear a la pol¡tica exterior estadounidense.
Por parad¢jico que parezca ‘sto pero los halcones dentro de occidente pueden estar sacando provecho de Bin Laden. No les es dif¡cil transformarlo en un gran sat n tras el cual se debe unir toda la opinion poblica y los pa¡ses de occidente. En cierta manera combatiendo a los ‘verdes’ islamistas, Washington logra socavar a los ‘rojos’. Por una parte polariza la escena global entre quienes est n a favor o en contra del nuevo terrorismo. Por otra parte empuja a muchos movimientos de pasado insurgente y socialista
(como el IRA) a irse desarmando. Finalmente, ayuda a que gran parte del descontento que hay en el mundo mahometano contra la pol¡tica exterior de EEUU frente a Palestina, Chechenia, Cachemira y otros pa¡ses, no sea canalizado por marxistas, sino por islamistas.
Muchos partidarios de las democracia liberal dir n que Bin Laden y Guevara son rom nticos totalitarios. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que ambos representan alternativas y bases sociales antag¢nicas.
Isaac Bigio
Investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences