Diálogo significa encuentro, interacción espiritual y material entre la multiplicidad y pluralidad de culturas y civilizaciones diferentes, en un plano de igualdad social y económica, libre de presiones políticas y religiosas o de coacciones militares.
Hoy se hace imprescindible el respeto pleno a las soberanías nacionales, la justicia y equidad a nivel nacional e internacional, el respeto a los derechos humanos, la promoción de la democracia con justicia y equidad, la reducción de la pobreza y la exclusión en el mundo, el fomento de la paz y la convivencia como componentes fundamentales de las relaciones entre los pueblos y países, y la advertencia acerca de los peligros del racismo y la xenofobia, hoy potenciados por una campaña contra el Islam.
En América, durante generaciones, hemos visto cómo se han suprimido religiones en nombre de credos que pretenden ser hegemónicos, cómo se han prohibido lenguas y se han destruido sin miramientos los fundamentos materiales y espirituales que constituían el sustento de culturas y civilizaciones muchas veces milenarias.
El colonialismo y sus secuelas, la violencia y la esclavitud, los movimientos migratorios, y la expoliaci¢n de las riquezas acumuladas a lo largo del tiempo, han significado la demolici¢n continua y masiva de estas culturas. Las diversas formas contempor neas de dominaci¢n, las radicales desigualdades econ¢micas, y la continuada violencia econ¢mica, pol¡tica y cultural siguen destruyendo las condiciones mismas de toda forma de verdadero di logo.
El incalculable saqueo y destrucci¢n de los habitats ecol¢gicos del planeta trae como corolario inevitable la erosi¢n progresiva de las condiciones de existencia de millones de seres humanos, el hambre, los desplazamientos masivos y la muerte, y compromete irreversiblemente la supervivencia de sus culturas.
Este modelo de desarrollo ha destruido la milenaria cultura agraria, ha generado un crecimiento explosivo y ca¢tico de las megal¢polis de los pa¡ses del Sur, ha fragmentado la cohesi¢n urbana, ha generado cinturones perif’ricos en los que crecen sin cesar la miseria, las enfermedades y la violencia.
En esta humanidad amenazada, los pueblos originarios y las mujeres han sido y son v¡ctimas de las formas m s extremas de violencia. En Am’rica, los pueblos ind¡genas siguen siendo objeto de discriminaci¢n social, pol¡tica y econ¢mica. Sobre sus cuerpos se violan sistem ticamente los derechos humanos fundamentales. Las mujeres, la mitad de la humanidad, han constituido el veh¡culo de la violencia, y son objeto continuo de abusos y tr ficos criminales, al igual que los ni_os.
En lugar de di logos entre los pueblos y el mutuo est¡mulo de sus valores espirituales se imponen los sistemas electr¢nicos de comunicaci¢n como medio masivo de homogenizaci¢n de las formas de vida, de empobrecimiento de la experiencia individual y colectiva, de manipulaci¢n de sus emociones y su visi¢n del mundo: un poder omn¡modo de devastaci¢n de las memorias y de la riqueza de las expresiones humanas que impiden el di logo y el reconocimiento del otro como su oltima consecuencia. La interacci¢n entre culturas y pueblos ha sido fuente de creaci¢n de sociedades abiertas y de expresiones espirituales y art¡sticas originales de la mayor riqueza.
El di logo entre los pueblos, culturas y pa¡ses del Sur constituye un camino imprescindible para conocerse y fortalecerse, y es el paso previo para crear condiciones hacia un fruct¡fero di logo, con bases justas, con el Norte. Los estados del Sur deben reivindicar su pleno y leg¡timo derecho a implementar acuerdos de cooperaci¢n entre ellos, en aras del mutuo beneficio y el fortalecimiento de las relaciones entre sus pueblos.
Los nuevos sistemas de control comunicacional y las pol¡ticas de tolerancia cero, aceleradas por los oltimos acontecimientos internacionales, agravan la indefensi¢n de los ciudadanos frente a los poderes hegem¢nicos. Estas tendencias suprimen las libertades individuales, impiden el di logo social y cierran el paso a soluciones democr ticas.
Crear condiciones para un di logo necesario entre culturas y civilizaciones significa:
1.tGarantizar los medios de subsistencia y las condiciones de igualdad pol¡tica y econ¢mica.
2.tDefensa de la naturaleza y restauraci¢n de los equilibrios ecol¢gicos destruidos por los agentes industriales.
3.tRestituci¢n e inviolabilidad de los territorios hist¢ricos de los pueblos ind¡genas.
4.tModelos de educaci¢n formal e informal democr tica, libres de contenidos racistas y etnoc’ntricos.
5.tProtecci¢n de las fuentes de comunicaci¢n plurales y descentralizadas.
6.tDefensa y respeto de la diversidad de las creencias religiosas y valores espirituales de los pueblos.
Los participantes del Encuentro aconsejan llevar a la pr ctica la Declaraci¢n de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural y apoyan los esfuerzos de las diferentes organizaciones del sistema de Naciones Unidas para promover el Di logo de Civilizaciones. Instan a los organismos multilaterales a desarrollar este concepto igualitario, requisito indispensable para una cultura de paz y el desarrollo de nuestros pueblos.
Asimismo acordaron la creaci¢n de un mecanismo independiente de seguimiento y promoci¢n latinoamericano y caribe_o sobre el Di logo de Civilizaciones y convinieron constituirse en una red permanente entre ellos, para dar impulso al Di logo intercultural e interregional.
Los participantes agradecieron el apoyo del gobierno y del pueblo de la Repoblica Bolivariana de Venezuela, de la UNESCO y del SELA por sus esfuerzos para llevar a cabo este Encuentro».
Caracas, 16 de noviembre de 2001