Stern afirmó que tales tasas de crecimiento pueden derivar en un fuerte impacto en las economías de las naciones emergentes, en ese sentido, citó una posible caída de los precios de las materias primas y una fuerte reducción del turismo mundial.
Para el economista, ante tal panorama es fundamental que el mundo insista en derribar las barreras que dificultan el comercio y «se eviten al máximo» las normas proteccionistas, a fin de dar un mayor dinamismo al intercambio. En esa línea manifestó su oposición a los subsidios a la producción que otorgan los países industrializados. Al tiempo expresó la disposición del organismo que representa para ayudar al desarrollo de los países más pobres del mundo.
El funcionario del organismo multilateral puso de relieve la importancia que implicará para el comercio mundial el hecho de que Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Japón encuentren la forma de dar un mayor empuje a sus economías, dado que en la medida en que lo consigan, darán un impulso a la economía mundial.