Frente a la crisis económica y el «paroxismo de la globalización», al que sumó el «flujo desordenado y caótico del terror después del 11 de setiembre», Fernández hizo un llamado a «actuar sin prejuicios ni dogmas, pero con claridad y responsabilidad».
El canciller boliviano efectuó sus planteamientos al dar hoy una conferencia, en la sede de la Comunidad Andina sobre «Perspectivas de la integración en el actual contexto internacional», invitado por el Secretario General de la CAN , Sebastián Alegrett, quien lo calificó de «estadista, diplomático y hombre de pensamiento y acción».
En su intervención, largamente aplaudida por el cuerpo diplomático que asistió al acto, el canciller boliviano y presidente del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, dibujó el contexto internacional como un «cuadro turbulento, de paradojas y contrastes».
Por un lado, la región andina muestra los logros de la construcción democrática, la modernización de las economías, la conquista de la paz y su vitalidad cultural. Por otro, persiste la «concentraci¢n de la riqueza y la exclusi¢n social, la discriminaci¢n y el atraso acumulado, la dependencia y la vulnerabilidad».
«No es hora de estabilidad», enfatiz¢ Fern ndez, «es un momento de cambio y transformaci¢n inestable a un nuevo equilibrio desconocido pol¡tica y econ¢micamente», en el que se cruzan y chocan «las tendencias que vienen del pasado y las que anticipan el futuro».
Las primeras tendencias se manifiestan en la «exclusi¢n sistem tica y ancestral de la poblaci¢n ind¡gena y campesina» que est en «las capas tect¢nicas profundas de la sociedad andina». Pero sus demandas actuales son distintas a las de hace 200 y hasta 50 a_os cuando procuraban integrarse a las sociedades nacionales.
En una especie de «m¡tico retorno al pasado», los nuevos movimientos ind¡genas «ya no quieren integrarse, sino diferenciarse. Hoy se habla de autonom¡a cultural y ‘tnica», advirti¢. Y es en ese «retorno de la historia», que contradice el supuesto «fin de la historia» pronosticado por Francis Fukuyama, donde se inserta el fen¢meno de la globalizaci¢n «que no trajo estabilidad ni paz» y se convirti¢ en un «agente subvertor del orden establecido», segon Fern ndez.
A su juicio, la globalizaci¢n cambi¢ la econom¡a y el sistema de producci¢n, rompi¢ la estructura de poder tradicional y cambi¢ al Estado.
«Ya no se corresponde el poder pol¡tico nacional con la base de poder econ¢mico transnacional», observ¢, a la par que tambi’n modific¢ las relaciones sociales, inclusive a la familia.
Al «paroxismo de la globalizaci¢n» que equipar¢ con «una navegaci¢n a ciegas», Fern ndez sum¢ «el flujo desordenado y ca¢tico del terror» que conmovi¢ al mundo con el atentado del 11 de setiembre.
De esos dram ticos acontecimientos, el canciller boliviano extrajo dos consecuencias. La primera, la reafirmaci¢n del valor del estado: «en las crisis y en las guerras, el Estado es m s importante que el mercado», afirm¢, tras destacar la convergencia de las grandes naciones ? Rusia,
Estados Unidos y China- para «tratar de organizar el caos y reconstruir un sistema internacional que parec¡a salirse de sus manos»
La segunda consecuencia se refiere al plano econ¢mico. Segon Fern ndez, el 11 de setiembre fue un «factor explosivo» que agudiz¢ la profunda crisis, anticipada hace tres a_os, con los desequilibrios financieros que estallaron primero en Asia, luego en Brasil y ahora en Argentina , y «ponen en evidencia la vulnerabilidad de Am’rica Latina».
La crisis econ¢mica genera, a su vez, dos tendencias. Por un lado, hay «una reacci¢n pol¡tica, formal y jur¡dica a favor del libre comercio»; por otro, se observa «un operativo empresarial concreto para garantizar la fluidez en las fuentes de abastecimiento y cobra importancia los costos de la seguridad y del transporte».
Frente a esta situaci¢n, qu’ deben hacer los pa¡ses andinos. Si bien admiti¢ que «no tengo las respuestas, sino mis propias preguntas», el canciller de Bolivia abog¢ por el fortalecimiento de la democracia. «Ante la amenaza del terror, debemos reafirmar la libertad y construir sociedades plurales, participativas, fundadas en el respeto a los derechos humanos».
La erradicaci¢n de la pobreza y la promoci¢n del desarrollo «como el verdadero nombre de la paz» es una «tarea pol¡tica interna que deber realizar cada sociedad andina».
Ante la globalizaci¢n, Fern ndez propuso la reafirmaci¢n del derecho a insertarnos mejor, pelear por los mercados, luchar por la democratizaci¢n del sistema econ¢mico internacional y armonizar las pol¡ticas econ¢micas y
monetarias. «Hay un solo riesgo pa¡s y debemos enfrentarlo en comon», advirti¢.
En el campo de la integraci¢n, sintetiz¢ los logros alcanzados en m s de tres d’cadas al destacar el incremento del comercio intracomunitario de 100 a casi 6.000 millones de d¢lares, la existencia del Tribunal Andino de Justicia que permite la soluci¢n de las controversias y el papel de la Corporaci¢n Andina de Fomento como fuente de financiamiento.
Pero advirti¢ que los pa¡ses «no deben caer en la tentaci¢n de aplicar pol¡ticas proteccionistas que pueden romper con todo lo hecho» y deben ser capaces de «resolver sus diferencias comerciales», al propio tiempo que se avanza en la articulaci¢n de la CAN con el Mercosur y «nos insertamos en el mercado hemisf’rico del Area de Libre Comercio de las Am’ricas» que defini¢ como un «paso inevitable y deseable».