Una vez que los talibanes han caído Sharon siente que tiene la luz verde de Bush para lanzar su propia guerra anti-terrorista. Arafat es equiparado al Mullah Omar por amparar a los islamistas. A diferencia de Afganistán, la Autoridad Palestina condena al Hamas y le ha apresado a decenas de sus militantes. Sin embargo, un paralelo que tienen Bin Laden y Hamas es que ambos han sido creaciones de quienes hoy son sus enemigos. Mientras el primero fue impulsado por la CIA contra los soviéticos, el segundo fue alentado por Israel contra los pro-soviéticos palestinos de Arafat.
Sharon quiere que Arafat lance una ofensiva general hasta erradicar al Hamas, pero el problema es que los islamistas han venido creciendo a tal punto que tal vez se hayan convertido en el mayor partido palestino. Tras la red de mezquitas que controlan han establecido una red de servicios sociales.
Por otra parte, han logrado sintonizar con una población palestina cansada de abusos y descontenta con un Arafat que no consigue mucho. Sharon quiere aprovechar la coyuntura internacional abierta con la victoria estadounidense en Afganist n para humillar a su archi-rival Arafat y socavar o eliminar a la Autoridad Palestina.
Arafat puede estar pensando en retirarse o en exilarse a Tunez. Muhammad Dahlan representa el ala palestina que est dispuesta a aceptar muchas exigencies sionistas a cambio de mantener la autoridad palestina, mientras que Marwan Barghouti representa a los j¢venes radicalizados que sostienen que el levantamiento (intifada) debe continuar hasta conseguir un estado independiente.
Si bien la extrema derecha sionista quisiera la destrucci¢n de todo possible autonom¡a palestina o una nueva limpieza ‘tnica, lo cierto es que Sharon no puede ni quiere hacer ello. Su objetivo es tomar una medida de fuerza que obligue a una escici¢n dentro de los palestinos produciendo un ala leal a Israel que colabore con ‘ste para reprimir a los radicales.
El problema es que dicha t ctica puede terminar haciendo que los extremistas palestinos crezcan aon m s. Ya hay fracciones del partido de Arafat, Al Fatah, que reinvindican un ultimo atentado. Lejos de producir el aislamiento y disminuci¢n del Hamas se est apuntando a una polarizaci¢n donde el centro moderado hebreo y rabe quedar¡an en medio del sandwiche entre Sharon y Hamas.
Por el momento Arafat est pasando por uno de sus momentos m s dif¡ciles y donde ya se discuten alternatives de recambio frente a ‘l.
Isaac Bigio
Investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences