Los 30.000 compañeros que se concentraron, en un gran piquete, el miércoles 8 en Plaza de Mayo, refutaron cualquier ilusión del gobierno de que la lucha piquetera hubiera entrado en reflujo. í Cómo podría entrar en tal perspectiva con el brutal incremento de los despidos y la quiebra de la cadena de pagos en todas las ramas!
Las resoluciones de la Asamblea Nacional son invocadas del norte al sur para fundamentar los enormes piquetes de Neuquen-Cipolleti, tanto en los cortes del 31 como del 7 de agosto pasados, como la rebelión popular que crece en Misiones, o la movilización que tiene por referencia a la CGT de San Lorenzo, en Santa Fe.
Incluso el paro aislado que han debido declarar Maffei y Yasky ante el recorte de los salarios docentes, o los paros y movilizaciones de ATE, todos han sido encuadrados por la opinión popular en la perspectiva del movimiento piquetero. Una parte del movimiento estudiantil ya ha tomado las calles arrastrado por este impulso general.
No tiene nada de extraño, por lo tanto, que los temas excluyentes que polarizan a la opini¢n poblica sean, sistem ticamente, el llamado riesgo-pa¡s, de un lado, o sea los banqueros y la crisis financiera, y los cortes de ruta y los piquetes, del otro. El secretario del Tesoro yanqui, en un polo; la FTV (CTA), la CCC y el Polo Obrero, en el otro.
Cuando desde la tribuna de Plaza de Mayo, Abancay Ardura, de la CCC, dijo que hab¡a que echar al gobierno y convocar a una Asamblea Constituyente, volc¢ a la multitud la conclusi¢n fundamental de la Asamblea Nacional, o sea la cuesti¢n del poder. Soslayar este punto es condenar al fracaso cualquier movimiento reivindicativo.
La tendencia de conjunto fue muy bien definida por el menos pensado para ello: ya hemos perdido a los pobres, dijo De la Roa, ahora podemos perder a la clase media.
La explicaci¢n para esta din mica es que el car cter imparable y generalizado de la bancarrota econ¢mica y pol¡tica del r’gimen, ha dejado fuera de foco las respuestas aisladas e inconsecuentes de las burocracias sindicales y ha provocado el derrumbe del centroizquierdismo. Debido a esa pol¡tica de aislamiento, que se limita a protestar, sin perspectiva, ante los diversos ajustes, pasaron el impuestazo, la reforma laboral, los anteriores recortes de salarios y la liquidaci¢n de Aerol¡neas. Las direcciones que impidieron la huelga general de todo el tr fico a’reo, para buscar una salida equitativa con los pulpos, han fracasado miserablemente en la posibilidad de aprovechar a favor del pueblo la enorme crisis que abri¢ Aerol¡neas en las privatizaciones del r’gimen.
La lucha actual contra el ajuste y por la libertad de los compa_eros correr¡a un riesgo similar al de las luchas mencionadas y a lo ocurrido con Aerol¡neas, si no se desarrolla consecuentemente una movilizaci¢n de conjunto, hasta la huelga general indefinida.
Repetimos: el enorme alcance de la bancarrota econ¢mica es precisamente el factor que limita las posibilidades de salida del r’gimen. Ni la presencia del secretario del Tesoro yanqui, ha podido parar la hemorragia. Las salidas del r’gimen llevan a una explosi¢n social y pol¡tica cada vez m s gigantesca.
En P gina 12 del domingo, Horacio Verbitsky ha presentado el programa del neocentroizquierdismo, para intentar encuadrar al movimiento piquetero. Dice en sustancia que hay que reprogramar la deuda externa, o sea que propone un acuerdo con el imperialismo para pagarla; que es necesaria una canasta de monedas, es decir una devaluaci¢n pactada con Brasil; que es necesario un subsidio por empleo y formaci¢n de 360$ para los jefes de familia desocupados, unas 600.000 personas sobre cuatro millones y medio de desocupados y subocupados. Es un programa que quiere estrangular al movimiento piquetero en el iluso marco democratizante del capitalismo.
El salario ciudadano es una planteo que circula en varios pa¡ses. Pretende que el subsidio al desocupado actoe como el piso salarial de los trabajadores, convirtiendo en duradera la enorme reducci¢n de los salarios impuesta en la oltima d’cada y media. Se pretende, de este modo, revertir el reclamo de que el salario m¡nimo sea determinado por el costo de la canasta familiar y de que el subsidio al sin trabajo sea equivalente al salario del trabajador activo.
Los planteos y movimientos centroizquierdistas o democratizantes se oponen por el v’rtice a la gran perspectiva que ha abierto el movimiento piquetero y las luchas populares todas, que es la de un gobierno de la clase obrera, un gobierno de trabajadores. Es en esta perspectiva que se plantea la Asamblea Constituyente soberana y la organizaci¢n de la huelga general por las reivindicaciones .
otNo pago de la deuda externa.
otNacionalizaci¢n de la banca bajo control obrero.
otReparto de las horas de trabajo.
otSalario m¡nimo de 600 pesos, subsidio al parado de 500 pesos.
otPor un plan econ¢mico y pol¡tico de los trabajadores.
otPor un congreso de bases de todas las organizaciones de los explotados.
Partido Obrero
Secretar¡a de Prensa