Según publicó el diario montevideano La República, Arbilla había sido designado en el cargo por el presidente Juan María Bordaberry, permaneció en funciones luego de que el mandatario eliminara con respaldo militar las instituciones
republicanas y continuó también cuando las Fuerzas Armadas desplazaron a Bordaberry y se hicieron cargo directamente del país.
En realidad, Arbilla participa desde hace tiempo de los ámbitos de decisión de la SIP, pero a las empresas periodísticas orientales les molestó su designación como presidente. Los medios montevideanos que renunciaron a su participación en la cámara empresaria regional son el matutino La República, la revista Posdata y el vespertino El Diario, que si bien no era miembro pleno de la entidad había formalizado poco tiempo atrás su solicitud de ingreso. Todos anunciaron que no retornarán la organización hasta tanto Arbilla no abandone la presidencia.
La República informó que «los medios uruguayos que quedan en la SIP son el diario que fue vocero de la dictadura militar, El Pa¡s; el diario de la Secta Moon, Ultimas Noticias, y el diario del Opus Dei, El Observador. El semanario Brecha no integra la SIP». Uruguay sufri¢ una dictadura militar entre los a_os 1973 y 1985, que al igual que las dem s que asolaron Latinoam’rica durante los a_os setenta reprimi¢ a la sociedad, encarcel¢, asesino y desapareci¢ a los disidentes, expuls¢ al exilio a miles de personas, impuso a sangre y fuego el neoliberalismo econ¢mico e desat¢ una f’rrea censura sobre los periodistas y los medios de comunicaci¢n.
Un ejemplo de la forma en que se silenciaba a los periodistas en Uruguay ocurri¢ el 27 de junio de 1973, en un decreto que impon¡a la censura a los medios de comunicaci¢n. En su art¡culo tercero, el decreto dec¡a: «Proh¡bese la divulgaci¢n por la prensa oral, escrita o televisada de todo tipo de informaci¢n, comentario o grabaci¢n que, directa o indirectamente mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente decreto atribuyendo prop¢sitos dictatoriales al Poder Ejecutivo, o pueda perturbar la tranquilidad y el orden poblicos».
Durante la gesti¢n de Arbilla en la dictadura, fue asesinado el director del semanario Marcha, Julio Castro, y fueron secuestrados decenas de periodistas y escritores, entre los que se encontraban Carlos Quijano, Carlos Borche y Santiago Puchet y el poeta Juan Carlos Onetti. Tambi’n, durante su gesti¢n entre 1973 y 1976, se clausuraron 173 medios de comunicaci¢n (14 de los cuales fueron cierres definitivos), se produjeron cientos de allanamientos a las redacciones y se intervino la Asociaci¢n de la Prensa Uruguaya (APU), la organizaci¢n sindical de los periodistas, y todos sus dirigentes fueron encarcelados.
Todas las clausuras, cierres, secuestros, requisas y suspensiones aplicadas contra periodistas y medios de comunicaci¢n sumaron m s de medio millar durante el per¡odo en que Arbilla fue jefe de Prensa de la dictadura, segon la informaci¢n del diario La Repoblica. Tambi’n fueron requisadas las ediciones completas de los medios argentinos Mayor¡a, La Opini¢n y La Naci¢n (cuyos directivos comparten ahora la mesa con Arbilla en la SIP), hasta se secuestro ¡ntegra una edici¢n de la revista internacional de cultura
«El Correo de la Unesco».
El presidente de la SIP particip¢ del cierre de los diarios La Gaceta de San Ram¢n (Canelones), Ultima Hora, La Ma_ana, Ahora, Cr¢nica, El Popular y Acci¢n, un vespertino que dirig¡a el actual presidente Jorge Batlle. Tambi’n cayeron el semanario Marcha (cuyo director fallecido dos a_os despu’s en su exilio de M’xico), y los peri¢dicos Idealismo, El Faro de Sauce, Ahora, Mensajero, Valdense,
9 de Febrero, V¡spera, Darbas, La Idea Nueva, Civismo, Perspectiva.
Poco despu’s de su designaci¢n, Arbilla fue agasajado en el Golf Club de Montevideo, una cena a la que estaban invitados los ex presidentes Julio Lacalle, Julio Mar¡a Sanguinetti y el actual Jorge Batlle, entre otros. Ninguno de los tres concurri¢ y los medios locales obviaron explicar que Arbilla habia clausurado un vespertino que dirig¡a Batlle, y que Sanguinetti era tambi’n por
entonces periodista.
La designaci¢n de Arbilla tambi’n recibi¢ un pudoroso silencio en la Argentina, donde los diarios porte_os Clar¡n y La Naci¢n obviaron informar sobre el acontecimiento. Durante la dictadura fueron encarcelados Edmundo Rovira, que muri¢ en el Penal de Libertad, Norma Cedr’s, funcionaria de El Popular que muri¢ en el penal de Punta De Rieles, mientras que Julio Castro, subdirector de Marcha, es uno de los uruguayos desaparecidos.
(ANC-Utpba)