Durante siglos en sus diversos y poco interconectados valles se fueron esparciendo descendientes de muchos pueblos que pasaban por el centro del continente. En el siglo XIX todom el asia central quedó repartida entre los imperios británico y ruso. La única excepción fue Afganistán quien quedó como una æzona de nadieÆ que evitaba que ambas potencies tengan límites communes.
Kabul, el este y el sur del país están dominados por los pashtúes (38% de la población), quienes fueron los que le dieron a Afganistán su nombre y lo gobernaron durante más de 3 siglos hasta 1992. Sin embargo, la mitad de los pashtúes vive en el oeste pakistaní. Cuando Pakistán fue creado en 1947 el rey afgano exigía la liberación del Pashtunistán. Las zonas pashtúes de Pakistán están muy influenciadas por los talibanes y los enemigos de la intervención estadounidense. El deterioro de la crisis podría producir la fractura de Afganistán y de Pakistán.
Los pashtúes están divididos en tribus. Los durrani y los ghilzai son clanes pashtoes que han apoyado a distintos bandos militares. En 1996 los pashtoes apoyaron a los talibanes pues no quer¡an que Kabul sea gobernada por otras etnias.
El norte afgano est dominado por los uzbekos, tadjikes, kirguizes y turcomanos, nacionalidades que despu’s de la desintegraci¢n de la URSS tienen sus propias repoblicas. Los tadjikes (25% de la poblaci¢n) son los m s sedentarios y cultos. Los tadjikes gobernaron Bujara y Samarkanda, principales centros culturales isl micos del Asia central. Pero ahora ‘stas, al igual que todos los centros culturales tadjikes y las zonas tadjikes afganas no son parte del Tadkikist n. Los uzbekos afganos liderados por Dostum apoyaron primero al gobierno pro-sovi’tico y luego se han aliado y han guerrado con todas las fracciones ultra religiosas afganas (incluyendo los talibanes). Se les acusa de querer escindir Afganist n para hacer un gran Uzbekist n.
Los hazaras del centro y oeste son chi¡tas y est n muy influidos por los ayatolas iran¡es. Estos han sido reprimidos por varias fracciones sunnitas (como los talibanes y otros partido de la Alianza Norte_a, pese a que el partido Unidad -la principal fuerza hazara- es miembro de ‘sta).
Afganist n es un polvor¡n donde tribus y etnias se han enfrentado entre s¡ y dif¡cilmente hagan un estado viable. Mas, ‘ste debe seguir sobreviendo para evitar que sus vecinos se enfrenten por despedazarlo.
Isaac Bigio
Investigador y profesor de clase de la London School of Economics & Political Sciences