Un comando suicida de Hamás, intentó ingresar a un gran mercado en Natania, al norte de Tel Aviv. Al ser interceptado por un policía, accionó un explosivo que llevaba adherido a su cuerpo. La fortísima explosión causó al menos seis muertos y casi un centenar de heridos.
Tanto Hamás como la Yihad Islámica habían anticipado que si Israel continuaba sus incursiones contra territorio de Cisjordania, respondería con acciones suicidas.
Ahora, corresponde esperar la respuesta militar de Israel, que no hará más que alimentar el odio y la desesperación que lleva a estos jóvenes a inmolarse en un martirio con el que pretenden vengar a su pueblo.
Las propuestas de paz formuladas por Egipto y Jordania, duermen en los despachos oficiales. El primer ministro Sharon busca la paz que prometió en su campaña electoral, a través de más violencia.
La Autoridad Palestina no tiene margen para invocar una salida negociada en medio de un acoso militar constante que provoca varios muertos diarios en su pueblo.
Riyad Al Zanun, ministro palestino de sanidad, cuenta que en sus 40 a_os de ejercer la profesi¢n y despu’s de haber estado en cuatro guerras, nunca hab¡a visto un nivel de crueldad como el de los actuales ataques israel¡es.
Y proporciona cifras de v¡ctimas de la nueva Intifada, la protesta del pueblo palestino:
510 muertos, de los cuales 131 son menores de edad. Y 25.000 heridos, de los cuales unos 10.000 tienen menos de 18 a_os. La mitad de los 2.200 inv lidos, tambi’n son ni_os.
Y en el medio del drama, el grotesco de los equ¡vocos: un mando militar israel¡ admit¡a que el asesinato de cinco polic¡as palestinos cuando cenaban en su casamata el pasado domingo, se origin¢ en un dato err¢neo de la inteligencia militar de su pa¡s. (Mu/QR/Au-Mt/Am-Vi/ap)
Carlos Iaquinandi Castro