La historia de nuestros tres alimentos emblemáticos no es otra que la historia de hambre, colonización y mestizaje del Mediterráneo, desde sus orígenes agrícolas en Próximo Oriente hasta su constitución como unidad cultural, a lo largo de los milenios que han configurado los rasgos primeros de nuestra identidad: los alimentos que vertebran nuestro sistema alimentario, el paisaje de trigales, olivos y viñedos que ha llegado a ser nuestra geografía referencial afectiva, y el paisaje simbólico de nuestro imaginario colectivo, ligado a un culto a la fertilidad de la tierra que a veces se presenta sin solución de continuidad desde la prehistoria hasta nuestros días.
En los albores de esta andadura que nos ha legado un paisaje esculpido por el arado, la alimentación jugó un papel fundamental como desencadenante del desarrollo exponencial de la cultura. En el largo camino de aprendizaje técnico que condujo al alimento fabricado, es decir, a ese estadio avanzado de apropiación, transformación y aprovechamiento del medio que llamamos civilizaci¢n, fue sin duda el extraordinario poder del cereal, transformable a un tiempo en s¢lido b sico y en l¡quido embriagante (en un pan y una cerveza primitivos), lo que convirti¢ en agricultores sedentarios a los recolectores cazadores del Creciente F’rtil de Pr¢ximo Oriente, cuna del trigo y la cebada silvestre y epicentro de la revoluci¢n neol¡tica que iba a propagar por toda la cuenca mediterr nea el nuevo modus vivendi/operandi basado en la agricultura.
Dependientes del cereal y en pleno proceso de aprendizaje de sus posibilidades alimentarias, nuestros antepasados fueron amaestrados por el grano mucho antes de llegar a cultivarlo.
Fue asimismo, gracias a la acumulaci¢n de ese primer bien duradero, almacenable y canjeable, que florecieron los primeros pueblos de casas-silos, el comercio, los oficios, las primeras ciudades y la escritura. Nacida como respuesta a la necesidad de administrar el excedente creciente generado por los primeros pueblos que cruzaron el umbral de la civilizaci¢n; Mesopotamia y Egipto, pioneros en la invenci¢n-fabricaci¢n de los productos derivados de sus cultivos b sicos, el pan, la cerveza y el aceite de s’samo, fundamento de su alimentaci¢n y de su econom¡a.
Una primera trilog¡a cereal-alcohol-aceite que ya tiene su correspondiente y reconocible traslaci¢n en el culto religioso: los textos mesopot micos hablan de un pan «devuelto» del templo = bendito, de un «vino puro» para las libaciones y de aceites perfumados para ungir = purificar el suelo de los santuarios. A medida que la ola civilizadora se despliega hacia Occidente, en esa encrucijada de pueblos y saberes que es el Mediterr neo oriental, la zona de Levante del Creciente ¢cuna tambi’n del olivo silvestre¢, Chipre, Creta y el Peloponesio, alcanzan paulatinamente el dominio de sus recursos aut¢ctonos y/o aclimatados, el trigo-cebada, el olivo y la vid, originarios del C ucaso vecino.
Es pues en ese contexto donde emergen los primeros civilizados por la tr¡ada mediterr nea, los fenicios y los griegos, que trasladar n a sus colonias el cultivo/culto de sus tres frutos/productos b sicos, muy pronto asimilados por los pueblos ind¡genas. Los romanos acabar n por reunir bajo el signo de la tr¡ada ese Mediterr neo dividido en una unidad cultural, el Mare Nostrum de pan, aceite y vino.
La exposici¢n propone, pues, un recorrido por la prol¡fica cultura material asociada tanto a su producci¢n y comercio, como a su omnipresencia en la vida f¡sica y espiritual de nuestros ancestros, que los utilizaron como alimentos, remedios, drogas, ung_entos, fuente de energ¡a, moneda, propiciadores de fertilidad, etc., y para quienes fueron s¡mbolo de civilizaci¢n y prosperidad.
El discurso expositivo desvela la fuerza de las met foras generadas por nuestros alimentos «de vida», tradicionalmente asociados al sexo y a la fertilidad (recordemos el simbolismo de la tierra + arado + simiente = fruto), a la perpetuaci¢n de la especie y del ciclo vital, y a la vida eterna. De ah¡ la conversi¢n, en el mbito simb¢lico-religioso, de nuestros «esenciales cotidianos» en «esenciales espirituales», en encarnaci¢n de las divinidades nutricias.
De ah¡ tambi’n la importancia de la comuni¢n alimentaria tanto de la comida-banquete que sellaba ventas y contratos como del banquete ritual, de la ofrenda y la libaci¢n, acci¢n de gracias debida a los dioses y a los muertos, oltimos responsables del eterno retorno de la vida y la abundancia. Un culto agr¡cola antiqu¡simo que el monote¡smo cristiano ha asimilado, desprovisto de todo contenido sexual, a la figura de Cristo, que significa literalmente «el Ungido».
Ungido con los sagrados ¢leos que se_alan a los elegidos, su cuerpo es «el pan vivo que baja del cielo» y sacia eternamente, su sangre es el vino del conocimiento y la trascendencia.
ALIMENTOS SAGRADOS analiza la importancia del hecho alimentario como detonador-vertebrador de cultura y configurador primero de nuestra identidad. Explora la fuerza de las met foras alimentarias en las manifestaciones religiosas, as¡ como la permanencia de ritos y creencias ancestrales que nos vinculan a todos los pueblos que han participado en la configuraci¢n de nuestro presente.
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GUI.N DE LA EXPOSICI.N
1. En el principio fue el grano
El neol¡tico. Los poblados granero (9000 a.C.- 4000 a.C.)
El papel del hecho alimentario como detonante de la revoluci¢n econ¢mica y simb¢lica que supone el neol¡tico
- A. ¨Domesticadores… o domesticados?
Los pioneros de la agricultura en Oriente Pr¢ximo
B. La oleada cereal
El Mediterr neo neol¡tico
2. El alimento fabricado como s¡mbolo de civilizaci¢n
Los estados granero (4000 a.C. – 1000 a.C.)
- A. Egipto, Mesopotamia y Levante
Producci¢n agraria, fabricaci¢n alimentaria y aparici¢n de la escritura
- 1. Pan y cerveza
Beber y comer el cereal
2. Aceite y vino
Los lujos del vino y el aceite
B. Los primeros pueblos de la tr¡ada: el Mediterr neo oriental (Chipre, Creta y Micenas)
C. Vivir y trascender: el eterno alimento
- 1. El culto al fruto
El culto a la fertilidad. Divinizaci¢n de los alimentos de vida que mueren y renacen c¡clicamente y son s¡mbolo de inmortalidad.
Las met foras sexuales en el imaginario agrario: los alimentos son fruto del matrimonio entre el arado y la tierra.
- 2. El sentido de la ofrenda alimentaria
Veneraci¢n (ofrendas, libaciones y sacrificio) a los dioses y a los muertos que son, en oltima instancia, los responsables de la perpetuaci¢n de la vida.
3. Consagraci¢n de la tr¡ada
De las colonia griegas y fenicias al Mare Nostrum romano
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A. De un mar de colonias al Mare Nostrum romano
Comercio, colonizaci¢n y mestizaje
B. Dem’ter / Tanit / Ceres
Dem’ter, la Madre del pan
El mito. Los misterios de Eleusis
La ense_anza de Dem’ter: el cultivo del cereal y la fabricaci¢n del pan
C. Dioniso / Baco
Dioniso, el esp¡ritu del vino
Entusiasmo y transgresi¢n
El banquete
D. Atenea / Minerva
El mito del nacimiento del olivo
Del olivo al aceite
Luz
Unci¢n
Coronaci¢n
E. Oferentes
4. Comerse a Dios
- A. La iconograf¡a cristiana
Fijaci¢n y depuraci¢n del imaginario ancestral
Pan, aceite y vino: una «trinidad» alimentaria
B. La eucarist¡a cristiana
Comerse a Dios como acci¢n de gracias
Cristo, el Ungido: un hogar espiritual reflejo de nuestro hogar terrenal
MEDITERRANEUM. ARTE, HISTORIA Y CULTURA
Un ciclo de exposiciones sobre el pasado y el presente del Mediterr neo.
El Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona propone una nueva oferta cultural, la exposici¢n: «Diosas. Im genes femeninas del Mediterr neo, de la prehistoria al mundo romano». La exposici¢n inaugura un ambicioso proyecto que, bajo el t¡tulo de Mediterraneum, tiene por objetivo promover una reflexi¢n entorno al Mediterr neo como marco hist¢rico, espacio de contacto natural en el que se han sucedido civilizaciones y culturas en constante interacci¢n. Las creencias, los modos de vida, el comercio, la guerra, el arte, han tenido durante toda la historia un lugar de encuentro y superaci¢n en el mare nostrum.
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Barcelona es una gran metr¢polis mediterr nea. En cierto modo podemos afirmar que la ciudad es producto del mestizaje cultural que ha originado el Mediterr neo a lo largo de milenios. Nuestra concepci¢n del mundo, buena parte de los cimientos ideol¢gicos, gustos est’ticos, formas sociales o manifestaciones pol¡ticas de nuestra sociedad encuentran sus paralelos remotos en ambos lados de la rivera mediterr nea. Las manifestaciones art¡sticas, por lejanas que ‘stas sean, de las culturas del Mediterr neo se nos presentan a menudo con una rabiosa actualidad, al tiempo que han fijado unos referentes simb¢licos y est’ticos en los que podemos reconocer ciudadanos de Atenas, Barcelona, Alejandr¡a, Tr¡poli o Siracusa.
La Tr¡ada Mediterr nea, formada por el trigo, el olivo y la vi_a, constituye un denominador comon de la alimentaci¢n, el paisaje y el universo simb¢lico de nuestra sociedad. El mar, ese elemento a veces placentero a veces hostil, medio de vida, de intercambio o escenario de guerras, tiene un papel protagonista en nuestras formas de vida como lo tuvo en los viajes hom’ricos, y lo fue para venecianos, pisanos y turcos en sus guerras e intercambios. Finalmente el Mediterr neo constituye un mosaico de culturas con un substrato comon, ha sido durante toda la historia de la humanidad un escenario de convivencia y confrontaci¢n de los cuales somos herederos.
El gran Historiador Fernand Braudel nos lo cuenta con gran maestr¡a en su obra La Mediterran’e. «La historia no es otra cosa que una constante interrogaci¢n de los tiempos pasados en nombre de los problemas y las curiosidades ¢e incluso de las inquietudes y las angustias¢ del tiempo presente que nos rodea y asedia. M s que cualquier otro universo de los hombres, el Mediterr neo, que es la prueba de ello, no cesa de contarse a s¡ mismo, de revivir en s¡ mismo. Haber sido es una condici¢n para ser».
Mediterraneum constituye un programa de actividades entorno al patrimonio cultural y su difusi¢n. La intensa historia de la humanidad en este reducido marco geogr fico que constituye el Mediterr neo nos ha legado un riqu¡simo patrimonio no siempre bien conocido y casi nunca relacionado entre s¡. El proyecto se plantea como una aproximaci¢n multidisciplinar a los fen¢menos hist¢ricos a largo plazo, una propuesta para releer en nuestro propio pasado las condiciones del presente.
Mediterraneum es una propuesta de dinamizaci¢n a gran escala, basada en el eje articulador de cinco exposiciones que se contemplan como un conjunto de programaciones: conferencias y concursos, actividades pedag¢gicas, ediciones, etc.
El Mediterr neo es un escenario hist¢rico que ha permitido la circulaci¢n de ideas, hombres y mercanc¡as a lo largo de toda la historia de la humanidad. El intercambio ha posibilitado una intensa interacci¢n cultural entre los distintos pueblos y civilizaciones que lo han habitado. Para los antiguos griegos el Mediterr neo estaba en el centro del mundo, al igual que el gora en la ciudad, y era sin¢nimo de civilizaci¢n frente a la barbarie, el control del mar era el control del mundo, un mar cuya onica salida a lo desconocido ¢que hoy conocemos por estrecho de Gibraltar¢ estaba protegido por Heracles, el h’roe hijo de Zeus y s¡mbolo de la fuerza y ahuyentador de los peligros.
Las relaciones norte-sur y este-oeste han fluido a lo largo de la historia creando unas continuidades y rupturas en el patrimonio colectivo, y dando lugar a un substrato cultural compartido que se refleja en una multitud de mbitos.
El Mediterr neo constituye, hasta el siglo XVII, uno de los escenarios culturales b sicos de la humanidad. A partir de ese periodo los intercambios a gran escala mundial, y el papel ascendente de los pueblos del norte de Europa, as¡ como de los nuevos territorios colonizados, marcan las pautas de un nuevo orden mundial y de nuevos escenarios de la producci¢n e interrelaci¢n cultural.
El proyecto Mediterraneum ofrecer , pues, una nueva visi¢n de algunos de los aspectos constitutivos del acervo cultural del marco mediterr neo a lo largo de la historia: el hombre prehist¢rico que ocup¢ los abrigos naturales de las reas ribere_as del Mediterr neo, los primeros asentamientos del neol¡tico en Anatolia, la llanura Sirio-Libanesa o el f’rit del Nilo, las culturas insulares desarrolladas a partir del tercer milenio a.C., la Grecia cl sica, los pueblos guerreros y comerciantes: ponicos, fenicios y el Imperio romano, la expansi¢n isl mica, el cristianismo y Bizancio, el feudalismo y los cruzados, el Islam turco y el Imperio Otomano, las ciudades-estado y el Renacimiento.
La exposici¢n «Diosas» abre el ciclo. A ‘sta le seguir otra exposici¢n sobre la tr¡ada mediterr nea. El pan, el vino y el aceite analizados como alimentos b sicos y tambi’n como referentes simb¢licos.
La exposici¢n abordar uno de los aspectos b sicos de la historia de la humanidad, ese «no-acontecimiento», as¡ definido por algunos autores, a partir del cual algunos pueblos aprenden no s¢lo a cultivar plantas y a domesticar animales, sino a elaborar alimentos a partir de dichas plantas.
Una elaboraci¢n compleja que requiere de una tecnolog¡a sofisticada y un conocimiento del entorno natural, as¡ como de las cualidades de los alimentos.
La tercera de las exposiciones estar destinada a analizar la funci¢n simb¢lica del toro en el imaginario colectivo de las culturas mediterr neas.
Desde los toros que acompa_an a las diosas de la cultura de _atal H_y_k en Anatolia, a los rituales taurinos de la cultura minoica en Creta, o el toro que acompa_aba a los difuntos del antiguo Egipto en su viaje al m s all .
El mar y la navegaci¢n ser n los protagonistas de la siguiente exposici¢n que nos mostrar el proceso a trav’s del cual los pueblos dominan el mar, y como, a partir de ese momento, se aceleran los intercambios de todo tipo y se generan los conflictos. La influencia del mar en el universo simb¢lico de los pueblos mediterr neos est presente, no s¢lo en la t’cnica de navegaci¢n sino tambi’n en la producci¢n art¡stica.
El ciclo finalizar con una exposici¢n de s¡ntesis en la que se mostrar el Mediterr neo como un mosaico de culturas, que con caracteres identitarios propios mantienen un substrato comon generado por el mestizaje al que ha dado lugar la interacci¢n cultural a lo largo de la historia.
El proyecto mediterraneum es una apuesta para ofrecer una nueva versi¢n del pasado que nos permite comprender mejor el presente, as¡ como un ensayo sobre el contexto hist¢rico-cultural en el que Barcelona se ha ido definiendo a lo largo de sus 2000 a_os de historia. El ciclo, adem s, constituye una oportunidad onica para reunir y contemplar un patrimonio colectivo disperso en multitud de museos de todo el mundo que conservan el acerbo cultural de cientos de generaciones que nos han precedido.
FICHA TECNICA:
Fechas:
30 de junio – 30 septiembre
Lugar:t
Sal¢n del Tinell del Museo de Historia de la Ciudad. Barcelona
Horario de visita:t
De lunes a viernes de 10 a 20 h. Domingos de 10 a 15 h
Horario y tel’fono:
De lunes a viernes de 10 a 14 h. Tel. 93 315 11 11
E-mail: museuhistoria@mail.bcn.es
Idea y producci¢n:
Museo de Historia de la Ciudad. Instituto de Cultura de Barcelona Ayuntamiento de Barcelona
Direcci¢n:t
Antoni Nicolau i Mart¡, director del Museo de Historia de la Ciudad
Gui¢n y comisariado:
Simone Zimmermann
Asesoramiento cient¡fico y documentaci¢n:
Dra. Marina Picazo, profesora titular del Departamento de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra; Gregorio del Olmo del Departamento de Sem¡ticas de la Universitat de Barcelona; Mrs Sapho Athanasopoulou, arque¢loga del Ministerio de Cultura de Grecia; Miquel Molist, director del Museu d’Arqueologia de Catalunya.
Coordinaci¢n general:
Lina Ubero y Joaquim Vicente (MHCB)
Asistencia t’cnica:
Alfonso Berruezo, S=nia Mart¡nez, con la colaboraci¢n de: Anna Alarc¢n, Judit Vives (MHCB)
Dise_o del montaje:t
S.V. Arquitectos, Victoria Garriga y Pedro Azara con la colaboraci¢n de Gemma Serch
Realizaci¢n:
Equiro Equipament, S.L.
Dise_o gr fico:
Pint¢ Fabregat Pin¢s, dise_o gr fico
Conservaci¢n preventiva:
L¡dia Font (MHCB); con la colaboraci¢n de Anna Naulart, Margarita Alcob’, S=nia Argano
Conservaci¢n y registro:
Jesos Marull
Patrocinio:
La Vanguardia, CAM (Caja de Ahorros del Mediterr neo)
Con la colaboraci¢n de:
Institut Catal. de la Cuina, Gremi de Flequers de Barcelona, COM R.dio, Barnacentre, Mercats Municipals, iGUZZINI e IBERIA
Cat logo:
Conjuntamente con la exposici¢n se editar un cat logo con textos encargados a especialistas internacionales, entre los cuales se encuentran: Marie Claire Bernadette Amouretti, Jean-Pierre Brun, Claudia Suter, Miguel Civil, Massimo Montanari, Christine Armengaud, Franzois Lissarrague, Miquel Molist, Marina Picazo, Yannis Tzedakis y Simone Zimmermann
Actividades complementarias:
La muestra contar con actividades complementarias, con visitas guiadas todos los mi’rcoles a partir de las 18 h, visitas nocturnas y talleres escolares. El Museo organizar una mesa redonda el 19 de septiembre, a las 19.00 h, con la participaci¢n de especialistas que han colaborado en l’exposici¢n.
MUSEO DE HISTORIA DE LA CIUDAD
Plaza del Rei, s/n 08002 Barcelona
Tel.: 93 315 11 11tFax: 93 315 09 57
E- mail: museuhistoria@mail.bcn.es