Hasta el momento la Alianza ha avanzado como un cuchillo caliente sobre la mantequilla, pues ha operado en territorios cuya población era hostil a los talibanes. Ahora ésta debe incursionar en el cinturón pashtú donde ésta no es popular y los talibanes se están atrincherando para resistir.
La toma de Kabul no significa que todo va color de rosas para los anti-talibanes. Bush quizo evitar que la Alianza capture la capital para no enajenar a Pakistán y a los pashtúes. Se teme que las diversas fuerzas aliancistas vuelvan a masacrarse entre sí mismas como en 1992-96 cuando lograron arrasar Kabul y matar más de 50,000 de sus habitantes. EEUU exige la constitución de un gobierno amplio multi-étnico. Mas, aún las fracciones anti-talibanas, Rusia, EEUU y los 6 vecinos afganos no se han puesto de acuerdo.
Los pashtúes no querrán reconocer un gobierno que no esté encabezado por uno de ellos y tienden a ver como una ofensa el que Kabul no sea gobernada por pashtúes. Ninguna fuerza significativa pashtú está con la Alianza y el grueso de los pashtoes anti-talibanes les es hostil. Ahora dificilmente la Alianza aceptar que el nuevo gobierno sea liderado por el favorito norteamericano: el ex rey Zahir.
La Alianza es una coalici¢n fragil de antiguos enemigos unidos solamente contra los talibanes. Hay reportes que tropas aliancistas est n saqueando ciudades tomadas y asesinando a cientos o miles. Estas, a su vez, no responden a un comando central, sino a distintos caudillos que han guerreado entre s¡ y que podr n chocar dispu ndose cuotas de poder o el bot¡n.
LAS DISTINTAS FUERZAS EN LA ALIANZA NORTE½A
Las 3 principales ciudades del norte afgano est n ahora bajo el dominio de la Alianza. Sin embargo, en cada una de ‘stas operan milicias que en el pasado tuvieron choques armados. Los principales caudillos militares ser¡an los generales Abdul Rashid Dostum en Mazar-I Sharif, Ismail Khan en Herat y Mohammed Qasim Fahim en Kabul.
Los dos oltimos provienen de las filas del partido Jamiat Islami de Burhanuddin Rabbani, el actual presidente oficial del ‘Estado Isl mico Afgano’ conformado por la Alianza. Sin embargo, estas 3 figuras encabezan sus respectivas fracciones. Rabbani es un cl’rigo fundamentalista quien inici¢ el sistema teocr tico hostil a las mujeres que los talibanes agudizaron. Fahim representa a los militares quienes tienden a ser ideol¢gicamente m s pragm ticos y pol¡ticamente menos h biles, y muchos de los cuales sirvieron en las antiguas FFAA pro-sovi’ticas. Khan fue el caudillo de la ciudad occidental de Herat y tiene una tradici¢n de rivalidad con la jefatura central militar de Jamiat.
Mientras Jamiat se apoya en los tadjikes (25% de la poblaci¢n), Dostum quiere aparecer como el Pash o el nuevo Tamerl n de los uzbekos (10% de la poblaci¢n). Despu’s de haber sido obrero, sindicalista y miembro del Comit’ Central del depuesto partido gobernante pro-sovi’tico, Dostum encabezando una milicia de unos 20,000 uzbekos traicion¢ al presidente Najibullah ali ndose a los ‘mujahedines’ ayud ndoles a tomar Kabul en 1992. Luego de haberse aliado a Jamiat se coalig¢ con los pashtoes pro pakistan¡es de Hekmaytar para bombardear Kabul para nuevamente reconciliarse con Rabani contra los pashtoes.
Antes de perder Mazar-e Sharif frente a los talibanes Dostum encabez¢ un mini-estado con 5 millones de habitantes y su propia linea aerea. Acusado de asesinar a su lugarteniente Pahlawan, el hermano del difunto Abdul Malik se levant¢ con ‘l ayudando a que los talibanes tomen Mazar e-Sharif. El es el onico lider afgano que no fue ‘mujahedin’ y quien sigue usando el uniforme del Viejo ej’rcito pro-sovi’tico. Las tropas de Dostum tienen fama de saqueadoras e informes indican que similar actitud est n tomando con la recaptura de Mazar e-Sharif. Los enemigos de Dostum dicen que ‘l no cree en nadie y su estrategia se basa en el tradicional juego uzbeko donde distintos jinetes se enfrentan en un todo vale por el cuerpo de una cabra.
La tercera fuerza significativa es el partido Unidad basado en siete fracciones hazaras. Los hazaras son la nacionalidad que m s represi¢n ha sufrido por parte de los talibanes y otras fracciones. A diferencia del 80% de los afganos, los hazaras (12% de la poblaci¢n) son chi¡tas. Racialmente son mongoloides y son descendientes de las bandas de Gengis Khan. Los hazaras han sido empujados a vivir en la altiplanicie del pa¡s, una de las peores y m s heladas zonas. Los hazaras controlan barrios en estas 3 ciudades. En el pasado ellos se han enfrentado a Jamiat.
Cada una de estas fuerzas tiende a estar m s ligada a un pa¡s vecino. Los hazaras son tradicionales aliados de Ir n, con quien comparte el mismo credo ch¡ta y una lengua similar. Pese a su pasado comunista Dostum es el preferido de Uzbekist n y Turqu¡a y posiblemente por los EEUU debido a ser el m s secularizado. Turqu¡a es el onico miembro musulm n de la OTAN y su estrategia post-guerra fr¡a consiste en crear un arco de pa¡ses turco-parlantes, pro occidentales e isl mico seculares en el cual deben estar Azerbaij n, Kazakist n, Turkmenist n, Uzbekist n y Kirguist n. Jamiat es apoyado por Tadjikist n pero tambi’n por Rusia, China e Ir n.
PAKISTAN Y LOS PASHTUES ANTI-TALIBANES
La toma de Kabul por parte de la Alianza ha creado resentimientos en la oposici¢n pashto. El ex rey Zahir ha cuestionado a esta por incumplir con su palabra. Los relativamente pocos l¡deres pashtoes pro-estadounidenses temen que el hecho que la capital afgana est’ ahora bajo el commando de las etnias minoritarias va a empujar a muchos pashtoes al lado talib n.
Se ha reportado que talibanes de etnias minoritarias (como los hazaras) se han pasado al bando de la Alianza. Mas, no hay mayores reportes acerca de fuerzas pashtoes hayan defeccionado.
Algunos informes indican que tropas de la Alianza estar¡an disputando Jalalabad, la principal ciudad pashto fronteriza a pakist n, y que habr¡an tomado el aeropuerto de Kandahar, la sede de Mullah Omar. Sin embargo, el grueso de los atacantes no son pashtoes y es probable que ello irrite a la etnia mayoritaria afgana.
Pakist n est disgustada por la captura aliancista de Kabul. Desde su nacimiento Pakist n siempre ha sido rival de la India y no puede dares el lujo de tener en su frontera occidental otro enemigo. Los servicios secretos pakistan¡es (ISI) fueron el principal instrumento extranjero para canalizar la ayuda militar de la CIA a los mujahedines y siempre han tenido su propio partido pashto.
Primero fue el de Hekmaytar y luego fueron los talibanes tan
armados y patrocinados por ellos. Lo que Lahore quisiera es que se permita a sus antiguos aliados talibanes el encontrar una forma de supervivencia e integraci¢n en un nuevo gobierno amplio aunque ello pase por depurar a Omar o entregar a Bin Laden.
Pakist n viene impulando en los campos de refugiados un movimiento pro paz y unidad tras el monarquista Gilani, el mismo que carece de mayor armamento.
Por otra parte hay peque_os grupos pashtoes monarquistas armadas operando pero dificilmente ‘stos puedan ganar a la mayor parte de las tribus pashtoes.
Algo probable es que los talibanes logren reagruparse en el cintur¢n pashto mientras esperen a que la nueva coalici¢n gobernante pueda explotar.
AFGANISTAN DEL NORTE VS AFGANISTAN DEL SUR
Durante la Guerra fr¡a tres pa¡ses asi ticos en particular fueron el centro de largas guerras que ocasionaron cada una millones de muertos. En Corea, Vietnam y Afganist n los EEUU y la Uni¢n Sovi’tica se enfrentaron mediante intermediarios esquivando una lucha frontal. En los dos primeros casos Washington envi¢ tropas para apoyar el sur mientras que Mosco arm¢ a los Partidos Comunistas del norte. En Afganist n, por el contrario, fue el Ej’rcito Rojo quien intervino y los EEUU quienes armaron a la oposici¢n mujahedin. Si Vietnam represent¢ un triunfo para los partidos comunistas y Corea un empate entre las dos potencias, Afganist n fue una de las causas del desplome sovi’tico y de la victoria atl ntica en la Guerra fr¡a.
La Guerra afgana se ha prolongado doce a_os m s despu’s del retiro de las tropas sovi’ticas y nueve a_os m s desde la ca¡da del oltimo gobierno izquierdista en Kabul. Posiblemente las peores atrocidades cometidas en la Guerra fueron hechas entre s¡ por las diversas fracciones anti comunistas vencedoras cuando se disputaron y se siguen disputando el poder.
Hoy en d¡a este pa¡s est dividido en dos estados. Al Norte est el ‘Estado Isl mico de Afganist n’ cuyo presidente es Burhanuddin Rabbani, el mismo que ha contado siempre con el reconocimiento internacional (incluso cuando solo controlaba el 5% del territorio afgano). Al Sur est el ‘Emirato de Afganist n’ dominado por los talibanes y el emir Mullah Omar. Esta vez Washington apoya al norte y est unida a Mosco. La diferencia entre los dos reg¡menes afganos no es entre proyectos de sociedad antag¢nicos, pues ambos estados se reinvindican islamistas y est n capitaneado por religiosos anti-comunistas y fundamentalistas.
Lo que formalmente divide a ambos reg¡menes son sus v¡nculos con el resto del mundo y sobre su interpretaci¢n del cor n. Mas, lo que m s les separa es su base ‘tnica. La Alianza Norte_a se basa en las tres principales minor¡as: tadjikes, uzbekos y hazaras. Los talibanes se apoyan en los pashtoes, quienes representan entre el 40% y el 50% de la poblaci¢n, y son quienes han gobernando Afganist n y Kabul durante casi todos los oltimos 3 siglos.
Es probable que Afgainst n del Norte avance pero dificilmente podr adue_arse del conjunto del pa¡s. Es probable que el tablero se invierta y que los talibanes pasen a controlar menso del 10% del territorio. En ese caso su ideal ser¡a esperar, de la misma manera que la Alianza aguard¢ un lustro para trascender dicha barrera.
Otra alternativa es la de una formula de compromiso que pueda pasar por que los talibanes entreguen a Bin Laden. La probabilidad que ‘stos den la espalda a Omar no es muy alta pero no es descartable.
Afganist n es el onico pa¡s asi tico que se divide entre norte y sur sin que haya una diferencia de modelos de sociedad. Yemen al igual que Corea y Vietnam tambi’n qued¢ partido de acuerdo a sus asociaciones con el mundo autodenominado ‘libre’ y el mundo autodenominado ‘socialista’. Yemen sigui¢ el curso de Alemania y se reunific¢ tras un r’gimen capitalista.
Vietnam se unific¢ bajo la ‘gida de un partido comunista que hoy se esfuerza en promover el Mercado y las multinacionales norteamericanas. Corea queda internacionalmente como la oltima naci¢n escindida en torno a sistemas sociales antag¢nicos.
Durante la Guerra coreana las tropas comunistas llegaron a capturar casi toda la peninsula hasta que la ayuda exterior estadounidense revirtiese la situaci¢n. Podr¡an los talibanes repetir dicho escenario? Su dificultad est en su extremo aislamiento internacional. A lo que pueden apuntar es hacia una estrategia larga de guerrilla esperando que los triunfadores es escindan tanto a nnivel interno como internacional. Quiz s en Bin Laden la idea ser¡a convertir al Afganist’an del sur en una suerte de ‘foco’ que incentive alzamientos islamistas en Cachemira, Chechenia o las naciones rabes.
Las perspectives de viabilizar un gobierno multi-‘tnico de amplia base en Kabul ya fracas¢ entre 1992 y 1996 y puede volver a fracasar por rivalidades entre caudillos y entre pa¡ses vecinos. En dicho caso ya no estar¡amos hablando de dos Afganist.n sino del retorno al caos post-sovi’tico y a la emergencia de distintos poderes regionales o de un desmembramiento territorial.