-¿Por qué la elección de este título, «Razones para no abortar»?
-En principio, quise encontrar un título atractivo, actual, llamativo. +se es el motivo sencillo. Pero hay una motivación más profunda: el tema del aborto es muy serio, porque va en ello la vida humana; sin embargo mi intención fue buscar un título que apelara a la libertad de cada persona, que es la mayor conquista de este siglo: se trata de proponer argumentaciones para aclarar la verdad, o para seguir buscándola. El libro trata de convencer, no de imponer: se trata de fomentar el buen uso de la libertad del hombre, que va inseparablemente unido al ejercicio de la razón.
-¿Cuál es según su criterio la mayor razón que puede tener una mujer hoy para no abortar?
-La principal razón es que la vida es sagrada. Desde un punto de vista fundamentado en el cristianismo, cada persona ha sido creada a imagen y semejanza de Dios, y es para siempre. Y está llamada, como muy bien explica el Vaticano II en la «Gaudium et spes», es la llamada a la persona a ser por s¡ misma. Desde un punto de vista natural, sin apelar al mensaje cristiano, dicen los fil¢sofos que cada persona es una «novedad radical». Es verdad que una persona es incomunicable, que tiene defectos, pero tambi’n es verdad que es irrepetible y que tiene siempre, siempre, algo que aportar. Incluso la persona aparentemente m s indigente puede servir para desarrollar el amor de su madre.
-Si se trata de una cuesti¢n natural, que afecta a la especie humana en cuanto tal, +por qu’ parece que s¢lo la Iglesia cat¢lica est’ «obsesionada» en la lucha contra del aborto?
-El siglo XX pasar a la Historia como uno de los m s parad¢jicos: una de las paradojas m s chocantes es el gran desarrollo, por un lado, de la t’cnica en defensa de la vida y, por otro lado, el gran miedo a la vida; quiz porque el t’rmino «vida humana» se confunde con el t’rmino «calidad de vida». Estas posibilidades t’cnicas tan grandes han creado a veces «peque_os fantasmas» imaginarios, como creer que la vida est en conseguir todo lo que la t’cnica puede ofrecer. Sin embargo, la vida humana tiene en s¡ tal riqueza, que puede generar felicidad por s¡ misma. En Espa_a, por ejemplo, sin entrar en m s casu¡stica, no s¢lo la Iglesia est en contra del aborto, hay mucha m s gente. Pero tenemos una legislaci¢n dur¡sima que hace que muchas voces queden apagadas. Tambi’n creo que a nivel pol¡tico y social, esta ideolog¡a de la no defensa de la vida es hoy la que impera. Porque si a este nivel se valorara un poquito cada vida humana, por cada nacimiento el Gobierno deber¡a facilitar a los padres una casa mejor, m s dinero, m s posibilidades… Muchas pol’micas sobre la defensa de la vida son est’riles porque no se llega a la ra¡z del problema, que supone las enormes dificultades -de presi¢n social, laboral, econ¢mica, etc.- que una mujer debe enfrentar hoy a la hora de tener un hijo.
-A nivel mundial, segon la ONU, el gran problema va a ser el envejecimiento de la poblaci¢n. ¨C¢mo puede estar d ndose, al mismo tiempo, una cada vez mayor difusi¢n de la contracepci¢n y del aborto?
-Es otra de las paradojas a las que alud¡a anteriormente: envejecimiento de la poblaci¢n y, a la par, cada vez mayores t’cnicas para evitar embarazos. ¥Pero tambi’n mayores t’cnicas para conseguir el embarazo deseado! En todo esto hay una grave reducci¢n del sentido de la persona, que se ha convertido, en realidad, en un bien de consumo, en un bien de consumo afectivo: ¨Me apetece el hijo? Lo tengo. +No me apetece? No lo tengo. En resumen, un desprecio a la vida, por no comprender lo que es la vida y su valor. ¨Por qu’ no se comprende la vida? Porque es misteriosa. Cuando un matrimonio tiene un hijo, saben que «es» de ellos, pero al mismo tiempo, comprenden que «no es del todo» de ellos: interviene algo misterioso que proviene de Dios. Al quitar ese misterio, la nueva vida pasa a ser algo de tejas para abajo. Y sin criterio, termina orient ndose como un problema.
-Como experta en bio’tica y como profesional sanitario, +no crees que se echa en falta, cuando se discuten estos temas, las voces de los m’dicos?
-La sanidad ha sido siempre una consecuencia de que el hombre enfermaba, y ven¡a a ser como una «f mula sol¡cita» que proteg¡a la debilidad. Pero al socializarse la medicina, al tecnificarse, este sentido primigenio no siempre se ha ocultado, pero s¡ ha quedado en un segundo o tercer lugar. Muchos biosanitarios, sobre todo los que est n en el terreno de la investigaci¢n b sica, se han visto deslumbrados por los avances de la investigaci¢n cient¡fica en s¡, pero no de la ciencia para humanizar. Se prescinde de la orientaci¢n humanitaria en las carreras sanitarias y se quedan con la parte cient¡fica. Por otra parte, a los sanitarios «de a pie» les caen muchos «muertos». Muchas veces su principal tema es que tienen que sacar adelante su profesi¢n. Pongamos el caso de la objeci¢n de conciencia de los farmac’uticos: en algunos sitios les obligan a vender la p¡ldora abortiva o les ponen una multa…. En mi opini¢n, entre los sanitarios hay mucha gente que, calladamente, est actuando bien; pero creo que la defensa poblica de la vida no es tanto tarea suya, sino de los pol¡ticos y de los formadores de la opini¢n. Un sanitario ahora se encuentra con que puede no avanzar profesionalmente, e incluso hundirse, porque las leyes, la pol¡tica y la sociedad le van en contra. Aunque hablen, la mayor parte de las veces no se les escucha.
-La proliferaci¢n de libros-testimonio y divulgativos (como el de Gianna Jessen) contra el aborto est siendo mayor de lo que se esperaba, considerando que la sociedad parece haber enterrado ya el debate sobre la despenalizaci¢n del aborto. +Acaso la pol’mica sigue viva?
-Dice Juan Pablo II que el mal, ni es lo m s importante, ni es lo definitivo. Tras una ‘poca m s o menos dolorosa, todas estas cosas pasar n. Dice tambi’n que el hambre insaciable de verdad, de belleza, de libertad, de unidad, y la voz de la conciencia, jam s se acallar n. Por mucho que a la persona la envenenen, nunca se podr envenenarla del todo. Por otra parte, la gente ahora necesita modelos para saber c¢mo actuar. Estos libros-testimonio, de una manera sencilla, nos dan pautas asequibles de lo que puede ser mejor.
-¨Cree, por tanto, que se puede dar marcha atr s en las legislaciones del aborto y la contracepci¢n?
-No soy experta en estudios sociol¢gicos o pol¡ticos; como persona de la calle, medianamente informada, parece que no se puede dar marcha atr s, aunque, desde una perspectiva hist¢rica, se han visto caer muchos imperios. Creo que la mano de Dios es mucho m s poderosa, y que +l es el Se_or de la historia. Por eso creo que las cosas cambiar n algon d¡a. En resumen, conf¡o en que, como se_ala el Papa, las l grimas del siglo XX sean la primavera del siglo XXI.
Perfil biogr fico
Gloria Mar¡a Tom s y Garrido es natural de Yecla (Murcia). Doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Premio Rafael Folch a la Tesis Doctoral, y Master en Bio’tica por la Universidad de Murcia.
Es Orientadora Familiar por la Universidad de Navarra, Miembro de la Asociaci¢n Espa_ola de Bio’tica y de la Sociedad Andaluza, y Vicepresidente de la Sociedad Valenciana de Bio’tica. Actualmente es profesora de la Universidad Cat¢lica San Antonio (UCAM). Ha impartido y coordinado diversos cursos, simposios, congresos tanto a nivel nacional como internacional. Tiene en su haber m s de 50 comunicaciones y ponencias.
En todo su itinerario profesional se advierte su profunda admiraci¢n por la persona y la naturaleza, lo que se pone especialmente de manifiesto en sus publicaciones, tanto a nivel cient¡fico como divulgativo, en el campo de la Educaci¢n y de la Bio’tica.