Sainz dijo unas palabras de agradecimiento por la organización del acto a Citroën, último equipo al que perteneció el piloto madrileño, y a su vez, quiso homenajear al pueblo de Madrid de la forma que mejor saber hacer, con una espectacular exhibición de pilotaje a los mandos del Citroën Xsara WRC. Monumentos como la Puerta de Alcalá, La Cibeles o Neptuno jamás antes habían visto semejantes trompos, derrapajes y maniobras que se desarrollaron ante los atónitos ojos de un público que se estimaba en unas 100.000 personas. Parte de esta exhibición la hizo en compañía del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que en el puesto de copiloto vio en ángulos y a velocidades inéditas, los más emblemáticos monumentos de la capital.
Además de por el alcalde de Madrid, cuyo Ayuntamiento apoyó la organización del acto, Sainz estuvo arropado por importantes autoridades y por compañeros de las distintas escuderías por las que ha pasado a lo largo de su carrera deportiva. El director general de Automobiles Citroën, Claude Satinet, la consejera delegada y directora general de Automóviles Citroën España, Magda Salarich, y el director de Citroën Sport, Guy Frequelin, escucharon unas emocionadas palabras de agradecimiento por parte del piloto madrileño.
El espectáculo empezó horas antes del comienzo oficial del homenaje, con el paso por el centro madrileño de una caravana escoltada por la policía motorizada y compuesta por todos los vehículos Citroën que iban a participar en el evento, entre los que se contaban los paradigmáticos Xsara WRC, el 11 ligero o el Tiburón. El nutrido desfile de coches, que comenzó en la sede de Citroën en al calle Doctor Esquerdo y terminó en la Puerta de Alcalá, creó enorme expectación entre los viandantes que contemplaron con verdadera admiración la abigarrada mezcla de vehículos clásicos y modernos, de competición y de calle, juveniles y señoriales, que componían esta curiosa caravana.
A las tres de la tarde, un nutrido público se encontraba entre la Puerta de Alcalá y la Plaza de Neptuno, en un circuito de poco más de un kilómetro de longitud. En él, vieron evolucionar modelos históricos de Citroën, como el Tiburón y el Traction Avant, y de su gama actual como el C4, último lanzamiento de la marca; el descapotable C3 Pluriel, además de los C2, Coche del Año en España, que participan en el Trofeo Citroën C2 Sport Car. Llamó particularmente la atención el Citroën C3 Pluriel del Programa Autopía, desarrollado por el Instituto de Automática Industrial del CSIC, que recorrió el circuito sin conductor.
Uno de los momentos estelares de la jornada fue la aparición en la pista del Citroën Xsara WRC, pilotado por el actual Campeón del Mundo de Rallies, Sébastien Loeb. Pero la apoteosis llegó cuando también Carlos Sainz se puso a los mandos de su Xsara WRC. El madrileño hizo disfrutar a los aficionados con su evolución por el circuito, entre otras cosas, por derrapajes imposibles de ver un día normal en el centro de la capital, convertido por unas horas en un auténtico tramo del Mundial de Rallies. También se ofreció una exhibición de conducción deportiva en C2 Super 1600, a cargo de Daniel Sordo, piloto de Citroën y flamante campeón del Rallye de Madrid.
Varias pantallas situadas a lo largo del recorrido permitieron al público estar informado de lo que ocurría en el escenario, situado en la Puerta de Alcalá, así como de la evolución de los pilotos por el circuito. A través de dichas pantallas se proyectaron, además, spots y vídeos que repasaron la trayectoria de Sainz en competición, desde sus comienzos hasta la última temporada con Citroën, en la que el equipo consiguió, por segundo año consecutivo, el título de Campeón del Mundo de Rallies.