En Holanda más del 80% del parlamento (al igual que el de los 8 países que han suscrito dicha constitución) votó por esa carta. El contundente veredicto popular muestra cierto divorcio entre la población frente a los grandes partidos pan-europeos (centro-derecha demo-cristiana, social-democracia y liberalismo) quienes llamaron al Sí.
Si bien el resultado del referendo no es obligatorio, el gobierno prometió tomarlo en cuenta si más del 30% del electorado sufragaba. Ante el temor que se genere una expansión internacional del NO con marchas callejeras, es posible que los líderes europeos decidan ir a una renegociación.
La actual constitución europea ha quedado muerta y lo que se buscaría es rescatar algunas de sus pautas. Mientras tanto, los dos extremos que propusieron el No (derecha nacionalista e izquierda socializante) tratarán de crecer a expensas de la centro-derecha y centro-izquierda.
Isaac Bigio
Analista Internacional