El limitador voluntario de velocidad, que el 77% de los conductores españoles desearía ver en su coche, según una encuesta reciente realizada por la Fundación RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) y que ha tenido un amplio eco en los medios de comunicación, permite al conductor definir una velocidad máxima que no se debe rebasar. Si quiere superarla en algún momento, basta pisar el acelerador hasta superar su punto duro. En cuanto al regulador, mantiene voluntariamente la velocidad del vehículo en un valor programado sin que el conductor tenga que presionar el pedal del acelerador. Estos equipamientos aumentan la seguridad y el confort del conductor, ya que puede centrar su atención en lo que sucede en la carretera.
El regulador y limitador voluntario de velocidad sigue la filosofía de Citroën en materia de sistemas de ayuda a la conducción: extenderlos a la mayor cantidad posible de modelos, aumentando así la seguridad de sus vehículos, pero sin coartar la libertad del conductor, que puede activarlos o desactivarlos en cualquier momento.