Se prevé que esta planta ensamblará modelos Volkswagen y Škoda a partir del próximo año pero no iniciará tareas de producción, con una capacidad anual de 115.000 vehículos, hasta 2009. En aproximadamente 400 hectáreas, localizadas a las afueras de Kaluga, se construirán nuevos edificios para los trabajos de pintura, soldadura, líneas de montaje y oficinas.
“El mercado del automóvil en Rusia es uno de los más interesantes del mundo. Hasta el momento, las marcas del Grupo solo han estado presentes a través de compañías importadoras. Aún así, para poder disfrutar de los beneficios sostenidos generados por la previsión de crecimiento de este mercado, teníamos que producir en Rusia”, comentó Pischetsrieder. Además, subrayó que la producción en Kaluga generará hasta 3.500 nuevos empleos directos para Volkswagen en Rusia. También se han previsto otros efectos positivos en el mercado laboral a través de proveedores de componentes y otras actividades de la empresa. “Además, a medio plazo se entregarán un gran número de componentes desde otras plantas del Grupo. Eso estabilizará los puestos de trabajo en otros centros de producción del Grupo”, añadió Pischetsrieder.
La nueva planta fabricará vehículos adaptados a las necesidades de los clientes rusos y a sus carreteras y condiciones climatológicas. “Fabricaremos vehículos con las normas globales de calidad de Volkswagen, utilizando maquinaria avanzada y herramientas, así como una fuerza de trabajo altamente especializada”, enfatizó Pischetsrieder. Por otro lado, añadió que el precio de los modelos producidos de forma local estarían en la línea de los del mercado ruso. El resto de modelos de la gama Volkswagen continuarán importándose después de la entrada en funcionamiento de la planta, por lo que la marca ofrecerá una amplía gama de modelos. “La experiencia nos ha enseñado que la elevada presencia local del Grupo refuerza la importación de vehículos completos”, comentó Pischetsrieder.
Detlef Witing, Presidente del Consejo de Dirección de Škoda y Miembro del Consejo de Dirección de Volkswagen, llamó la atención sobre una iniciativa de mercado paralela a la construcción de la fábrica de Kaluga: “Ampliaremos gradualmente la red de concesionarios y las compañías de servicio para las marcas Volkswagen y Škoda en Rusia para mantener el equilibrio con respecto a la creciente capacidad de producción. Nuestro objetivo es ofrecer a los clientes vehículos de alta calidad y un servicio orientado a los estándares internacionales. Por otro lado, completarán la oferta unos atractivos paquetes de financiación de nuestra financiera rusa subsidiaria”.
La construcción de este centro de trabajo, a 160 kilómetros al suroeste de Moscú, empezó en el momento en que se firmaron los acuerdos a finales de mayo. Más de 500 personas trabajan en la actualidad en la fábrica, a lo largo de las 24 horas del día, utilizando cerca de 200 vehículos de maquinaria pesada de construcción. Sólo los movimientos de tierra ya significaron un reto para el equipo de construcción. Antes de que se complete la planta, habrán sido removidos unos seis millones de metros cúbicos de tierra para nivelar la superficie.
En la fase final de construcción, la nueva planta de Kaluga dispondrá de su propia línea de ferrocarril para asegurar la fiabilidad de la entrega de piezas y componentes. Otra de las áreas de tierra ha sido destinada a proveedores que deseen establecerse en la misma zona.