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A la espera del comienzo del campeonato del Mundo en Melburne, Australia, el próximo dieciocho de marzo, y sin saber todavía qué ocurrirá durante los seis días de entrenamientos que los monoplazas realizarán a lo largo de dos semanas en Bahrein con el fin de adaptarse al calor, en el Circuito de Cataluña este lunes no había ojos nada más que para el MP4-22 de McLaren y el F2007 de Ferrari,
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o si lo prefieren para Felipe Massa y Fernando Alonso, quién participará en los entrenamientos también este martes aunque no está previsto que lo haga el miércoles. Alonso, siempre parco en palabras y con ánimo de despistar, se ha limitado a asegurar que, por ahora, lo mejor de su nuevo bólido son los colores; no sabemos si por el “naranja” del sponsor o el “plata” que hace que su coche brille como una luciérnaga centelleante a pleno sol.
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Por lo demás, lo que importa, se ve que el MP4-22 le “hace feos” al bi-campeón del mundo y que los ingenieros de McLaren deberán emplearse a fondo si quieren que brille por sí mismo y no por sus colores. Aún así, en los entrenamientos de este lunes ha hecho el tercer mejor tiempo, 1;22.726, muy por delante del F2007, que ha terminado acumulando un tiempo de 1;23.007 y en quinta posición.
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El Ferrari no va fino, sigue arrastrando los problemas de la pasada temporada, y Massa ha visto como incluso se le paraba justo a la salida. De la Rosa hubiera sido el laureado si del Gran Premio se tratara y ha colocado a su McLaren en primera posición de los test con un tiempo de 1;22.634. En otro ámbito de cosas habrá que tener cuidado con BMW, que amenazaba con ladrar pero tiene incluso intención de morder podium, y también con Renault, que aunque se ha separado un poco de los mejores tiempos en esta ocasión ha demostrado su solidez.
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Ante semejante incertidumbre generada por la optimización de las nuevas máquinas, el cambio de escudería de Alonso y la desaparición de los circuitos de su mayor enemigo, Schumacher, todo está por ver. Pocos se atreven a hacer previsiones y la prudencia se impone porque para qué arriesgar con especulaciones. Habrá que esperar a Melburne donde, seguro, un ahora discreto Raikkonen esta temporada con Ferrari, sacará también las uñas a Fernando Alonso, quién ha sido recibido en Montmeló con una enorme pancarta que reza “Bienvenido Campeón” aunque en ningún momento se ha dejado ver.
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El asturiano sigue sin hacer caso de las recomendaciones de Bernie Ecclestone, el premier de la Formula One, empeñado en que los campeones deben también ejercitar su faceta de relaciones públicas; y es que aquí, como en todo, cada uno va a lo suyo. Los pilotos como Alonso a ganar carreras y los empresarios como Ecclestone a ganar dinero. En cualquier caso, “tanto monta, monta tanto”. Un problema doméstico, este de la accesibilidad de los pilotos al público, que también habrá que solucionar.
Gema Castellano
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