Pero también existe una preocupación mayor y que no guarda relación con la coyuntural situación: Chile debe en 2020 duplicar su actual capacidad instalada, la que actualmente se encuentra en 12.700 MW repartidos entre el Sistema Interconectado Central (SIC) y el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING). Esta necesidad se debe a que actualmente existe una demanda máxima que se empina sobre los 6 mil MW. Para 2020, y de acuerdo a las proyecciones que maneja la Comisión Nacional de Energía (CNE), ésta llegaría a cerca de 19 mil MW. De acuerdo a los proyectos en construcción, a los que se tramitan en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y a los que las empresas han señalado que materializarán, en 2015 Chile debería alcanzar a tener una capacidad instalada de 23.287 MW. Esta cifra, eso sí, recoge proyectos de respaldo diésel que presumiblemente no estarán disponibles en esa fecha, a la vez que asume que todos los anuncios de inversión se concretarán.
Una fuerte presencia del carbón; nuevos proyectos hidroeléctricos, y el definitivo adiós a la era del gas se rescatan de la proyección futura de la matriz. En la práctica, el uso de gas natural argentino para generación eléctrica finalizó, en gran parte, debido al aumento en las restricciones desde Argentina. Pese a esto, desde el punto de vista de presencia, esta fuente aún representa el 25% de la capacidad instalada del SIC y más de 58% del SING. Dicha participación caería en 2015 a 14 y 43%, respectivamente, siendo el carbón su principal sustituto. En ocho años más, al SIC ingresarían más de 4.300 MW de capacidad a base de carbón, mientras que el SING introduciría otros 1.200 MW. Para esto las empresas han anunciado inversiones por más de US$ 9.300 millones, las que se concretarían antes de 2015.
Aunque comparativamente son menos eficientes (sólo un 37% de la energía calórica se vuelve electricidad) que otras y generan mayores emisiones de gas (900 toneladas de CO2 por GWh generado). María Isabel González, de la consultora Energética, destaca que hay que analizar esta fuente en su conjunto. "El precio de la caloría de carbón comparada con la del GNL o el diésel es mucho más barato". Agrega que respecto de las emisiones también es necesario un análisis total. "La cantidad de CO2 emitido en todo el proceso de construcción de un panel fotovoltaico es mayor que las emisiones del carbón", resalta la experta.
Una de las características a la hora de proyectar la futura matriz energética es el retorno de las grandes obras hidroeléctricas. Dentro de ellas HidroAysén -sociedad creada por Endesa y Colbún- es la titular de la mayor iniciativa: cinco centrales en los ríos Baker y Pascua (Región de Aisén) que otorgarían 2.750 MW. "Dentro del ajuste de mercado, es necesario contar con centrales grandes que puedan aportar energía de base al sistema", afirma Renato Aburto, de la consultora Synex, agregando que las únicas centrales que se han podido realizar son las mini hidro y las que desarrolla Pacific Hydro junto a SN Power en el valle del Tinguiririca. "Todo lo demás es carbón", advirtió. Para Aburto existe una necesidad por centrales hidroeléctricas incluso más allá de HidroAysén, ya que para el consultor aún hay recursos hídricos que aprovechar en el sur del país. "Las centrales hidroeléctricas son bastante claves… afortunadamente el Gobierno se ha inclinado por apoyarlas", concluye Aburto.
Para 2015 se espera que ingresen 3.923 MW de energía hidroeléctrica, incluyendo los primeros 660 de HidroAysén. Una de las interrogantes que existen respecto al futuro energético del país es si Chile va a contar o no con nucleoelectricidad. El Gobierno de la Presidenta Bachelet, si bien encabeza los estudios para determinar la factibilidad de contar con esta fuente de generación, ya ha advertido que en su periodo de mandato no se tomará ninguna decisión respecto a la incorporación de esta fuente. El año pasado la llamada "comisión Zanelli" entregó el informe de la primera etapa de estudios sobre el tema. Actualmente, la CNE junto a la Comisión Chilena de Energía Nuclear se encuentran trabajando en la segunda etapa de estudios.
