"Se construyeron las carreteras, lo que es un gran aporte, pero nunca más se pavimentaron los caminos laterales, que es por donde sale nuestra fruta. La calidad de vida de la gente que vive en el campo en cuanto a alcantarillado, agua potable y pavimentación es de otro siglo. Como no hay pavimentación en los villorrios agrícolas, no hay locomoción pública y la gente tiene que caminar kilómetros", explica Antonio Walker, presidente de Fruséptima.
A estas alturas el "Chile potencia alimentaria" es un slogan casi tan metido en el subconsciente colectivo como el de la Teletón. Sin embargo, la frase pierde sentido cuando se piensa que oficialmente todavía hay más 50 mil kilómetros de caminos de tierra en el país. Según la Dirección Nacional de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, se trata de 80.700 km de caminos enrolados – dependientes de la misma Dirección-, de los cuales 18 mil están pavimentados, 41 mil son de ripio y 21 mil de tierra. Sin contar otro resto de aproximadamente 30 mil kilómetros más, que por ser de propiedad de privados, el Estado no puede invertir.
Esos miles de kilómetros de tierra son un verdadero atentado a la competitividad nacional. Según el ranking de competitividad global 2008-2009 que elabora World Economic Forum, Chile ocupa el lugar número 35 en infraestructura, por debajo de varios países con los que competimos, como Australia y Nueva Zelandia.
Chile es un país netamente exportador, nuestros productos – frutas y hortalizas- son perecederos, después de cosechados su vida continúa, por lo que no pueden ser transportados por caminos de tierra o con hoyos, eso repercute en la calidad de la fruta. La única manera de competir con los países que están en el mismo hemisferio es con una infraestructura en óptimas condiciones.
"Necesitamos caminos expeditos especialmente en las regiones donde se produce fruta, de la III a la IX", señala Juan Carlos Sepúlveda, gerente general de Fedefruta. na de las regiones más afectadas por la falta de infraestructura es la de la Araucanía. La principal falla es que Obras Públicas funciona solo, incluso se han devuelto recursos que no se usan porque faltan proyectos.
"En Malleco, los productores de arándanos tienen que sacarles aire a los neumáticos de los camiones para que la fruta no se mueva tanto. Cuando llueve se cortan la mitad de los caminos, la gente queda totalmente aislada. Si no hay caminos adecuados para trasladar la fruta, olvidémonos de cualquier reconversión y potencia alimentaria", dice René Araneda secretario general de la Sofo.
"En la Dirección Nacional de Vialidad señalan que el porcentaje de ejecución del último presupuesto fue mayor a 98%. Pero el foco tiene otras prioridades. La inversión para 2009 está concentrada en caminos indígenas de la VIII, IX y X Región principalmente de la IX, ahí vamos a invertir $10 mil millones", explica Carlos Rubilar, director nacional de Vialidad. Otro de los puntos conflictivos es la carretera de la fruta, en la VI Región.
"Necesitamos la doble vía, porque por ahí se saca toda la producción de la parte norte de la VI Región, de Buin, Paine y Santiago. Se sale por ahí hacia los puertos de San Antonio y Valparaíso", recalca Francisco Duboy, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de la VI Región.
En todo caso, ya se está licitando para comenzar a reformarla y, si todos los plazos se cumplen, podría estar lista en 2014. Los trabajos consideran ampliación a segundas calzadas y un nuevo acceso sur al puerto de San Antonio.
