Es decir, los módulos pueden ser unidos uno a otro por sus costados, lo que les permite producir instalaciones como escuelas, oficinas, campamentos, casinos, todo ello con un periodo de entrega muy bajo. Por ejemplo, el colegio de Tocopilla fue terminado y entregado en 27 días. De esta manera, la empresa se ha ido consolidando, hasta llegar a tomar un rol protagonista en su rubro. "Una de nuestras características es que nosotros nunca hemos retirado ganancias, ya que toda utilidad se capitaliza", explica Concha, "esto nos ha permitido seguir invirtiendo en nuestro crecimiento, desarrollo y tecnología". Así, los planes para el futuro son vender US$18 millones y arrendar 600 módulos en 2008 . "En un plazo de dos años, instalarnos con oficinas y stock en el norte y sur del país", agrega Concha.
Además, esperan llegar a los países vecinos, desarrollar el segmento de segunda vivienda y, finalmente, están en el proceso de industrializar la producción de los módulos, para lo cual ya se están efectuando inversiones en la planta de Casablanca.
