A nosotros nos corresponde que les hablemos a ustedes de Chile, de su pasado inmediato, del presente y de lo que está por venir, informándoles acerca de los movimientos que se están produciendo en lo público y lo privado, no sólo con óptica local, sino también, echando mano a los distintos trabajos que entidades internacionales de reconocido prestigio elaboran en perspectiva global, comparando los avances o retrocesos que se van produciendo en lapsos de tiempo generalmente de un año.
Claramente nuestro deseo es atraer inversión nacional o extranjera, combustible indispensable para que la actividad económica crezca. Por descontado, los que invierten buscan un lucro -situación legítima- pero además, sus acciones generan mano de obra e impulsan mejoras en la calidad de vida de las naciones.
Las autoridades públicas y privadas chilenas son concientes de la trascendencia y significado que representan las materializaciones en el adelanto del territorio nacional, de ahí los esfuerzos que se hacen hacia el interior y el exterior para buscarlas y captarlas, sean pequeñas, medianas o grandes, todas aportan, todas contribuyen, todas traen consigo el germen del progreso.
Pensar en crecer a base a “devaluaciones competitivas”, es ‘pan para hoy y hambre para mañana’. Necesitamos continuar invirtiendo en educación, en salud, en incorporar las tecnologías en todas las organizaciones sean del carácter que sean, en innovación, en infraestructuras, en logística, en medios de transporte y en agrandar la base exportadora.
Chile ya no es el país más barato de América. Está entre las tres economías donde los costos son más altos, – EE.UU., Canadá y Chile-, de ahí que pensar en seguir compitiendo con la malla de producto que tanto éxito han dado a sus promotores en épocas anteriores sin innovar o extender la gama se hará más cuesta arriba.
Por ello es valioso observar lo que están haciendo los que van por delante, como diferencian sus bienes o servicios, el cliente final a veces prefiere pagar algo más privilegiando la innovación, este esta en el producto mismo o en el entorno que la rodea.
Hace ya algunos días el Fondo Monetario Internacional, FMI, dio a conocer el Informe de Perspectivas Económicas Mundiales, en el cual se constata que Chile, alcanzó el pasado 2007, el mayor poder de compra por habitante de América Latina. Igualmente, el FMI, vaticina un crecimiento del 4,5% para la economía chilena en el 2008.
¿En cuanto se cuantifica esta mayor capacidad?
En US$ 13.936 dólares en el 2007. Cantidad superior en US$ 853 dólares a la obtenida el 2006 situada en US$ 13.083 dólares. Para los que prefieran el PIB per cápita del año partido por número de habitantes, en el 2007 supuso US$ 9.879 dólares, monto que igualmente deja a los chilenos en el primer lugar de la región.
¿Por qué se prefiere el PIB per cápita corregido?
Los expertos indican que de este modo se mide más apropiadamente la capacidad adquisitiva real de una persona en un país ante una canasta de servicios y productos similares para todo el mundo, considerándose tipo de cambio e inflación.
En cuanto al incremento previsto, el 4,5%, el FMI ubica a Chile por sobre el promedio mundial y regional, añade que el PIB saltaría este 2008 desde los US$ 158 mil millones actuales a los US$ 170 mil millones de dólares.
Con los datos del FMI delante, reiteramos en lo primordial de la Inversión Extranjera Directa, IED, ya sea a través de fusiones o adquisiciones, o vía implantación o aumentando lo ya existente, en cualquiera de los casos actúa creando riqueza e involucra aplicación de capitales a largo plazo, que al final son los factores que inciden en los índices de ascenso de los estados.
Hace escasas fechas comentábamos la evolución de la IED el pasado 2007 en Chile, un 94%, el mayor estirón dentro del continente, situando a nuestro país como el primer receptor IED per cápita de América Latina, con casi US$ 1000 dólares por habitante. La IED es decisiva para conseguir una progresión sostenible en la distancia.
Esto ya nos da una idea transparente de lo que se nos viene encima, la competitividad necesaria en países como Chile, país en camino hacia el desarrollo, se podrá alcanzar a base de aumentos en la productividad, innovando y ensanchando la paleta de lo ofertado.
Wolf & Pablo