Hace unos días el Presidente Sebastián Piñera y el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, firmaron el proyecto de ley que reduce los tiempos de creación de empresas de 27 a 16 días.
El proyecto se base en tres ejes. Primero, una modificación a la Ley de Rentas Municipales, disminuyendo los días que se tienen que esperar para obtener la patente y comenzar a operar un negocio. La fórmula consiste en que el emprendedor pueda comenzar a trabajar aun cuando no se haya verificado su domicilio y, por ende, no se le haya entregado la patente.
En segundo lugar, el texto legal establece un plazo de diez días para que el Servicio de Impuestos Internos, (Hacienda), verifique el domicilio comercial, ya que hoy dicho proceso puede tardar más de un mes y consecuentemente no se puede seguir con la apertura del emprendimiento, por no contar con documentos tributarios timbrados.
Finalmente, se reducen los costos, anulando el cobro por la publicación de la constitución y modificaciones de las personas jurídicas en el Diario Oficial. Además, se busca facilitar el trámite mismo de la publicación.
En Chile, un emprendedor debe cumplir con 9 procedimientos para iniciar un nuevo negocio, mientras que la media de los países de la OCDE requiere apenas de 5,7 trámites.
Decíamos que en promedio, iniciar un emprendimiento en el mercado chileno requiere de 27 días, prácticamente el doble de los 13 días que se necesitan en los países de la OCDE para concretar el proceso. En todo caso el punto de mira está puesto en que no se consuman más de cinco días en estas gestiones.
Asimismo, se están arbitrando medidas dirigidas a preparara mecanismos para la agilización de autorizaciones y permisos de edificación, el perfeccionamiento de la Ley de Quiebras y el sistema de ventanilla única.
Sobre este último aspecto la idea es establecer una plataforma integrada entre las más de 300 instituciones que forman parte del aparato público, de modo tal que cuando las personas naturales o empresas se acerquen a esta instancia, no tengan que acudir a otro organismo estatal en busca de antecedentes adicionales.
Igualmente, se constituirá un comité para destrabar las inversiones. La idea es que los proyectos anden lo más rápido posible y que los organismos relacionados se pronuncien en los plazos establecidos y agilicen la solicitud de requisitos.
Otra materia importante es todo lo relacionado con la innovación. La autoridad está revisando la práctica nacional de innovación y emprendimiento, así como la efectividad de los incentivos tributarios y programas de financiamiento existentes.
Se desea alcanzar una estrategia que potencie la innovación que genera valor y que posteriormente se puede comercializar. A esto va unido el propósito de duplicar la inversión chilena en I+D en cuatro años, para ir acercándose a cifras en torno al 1,5% del PIB.
Estas y otras medidas están conduciendo a que varios expertos estén pronosticando un crecimiento promedio superior a 6,5% en el segundo semestre, por lo que algunos indicadores mensuales podrían superar el 7% e incluso anotar variaciones de dos dígitos.
Los economistas Alejandro Alarcón y Jorge Selaive apuestan a un crecimiento de 6,5% en el segundo semestre de este año. Un 6,6% es la estimación de Cristóbal Doberti, economista jefe de BICE Inversiones y 6,7% la de Rafael Garay, académico de la Universidad Central.
La encuesta de expectativas del Banco Central arrojó una proyección de 4,5% para el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de mayo.
Euroamérica prevé un Imacec de 5,5% en mayo dado el dinamismo que está alcanzando la actividad económica, liderada por el consumo. El ex presidente del Banco Central Jorge Desormeaux, no descarta un crecimiento en torno a 5% en el segundo trimestre. Entre enero y marzo, la actividad se expandió apenas 1%.
Comercio y construcción son los sectores que en su opinión liderarán el crecimiento. En el primer trimestre la inversión creció 9,3% y el consumo un 7,5%. Hasta ahora, la inversión que aumenta es maquinaria y equipo y aún no recae en la producción nacional, pero en la medida en que las obras en construcción sigan creciendo, va a tener un efecto importante. Y el impulso de la demanda interna debiera compensar un eventual impacto de la crisis europea en la demanda externa.
Chile, figura hoy entre los polos más atractivos para la inversión extranjera, las TIC, los Servicios Globales, las Energías Renovables, todo lo relacionado con el Agua, el Turismo, las Industrias Auxiliares de la Minería, Agroalimentaria, Acuícola, Forestal, la Obra Pública, la Vivienda social, etc, son todos sectores que presentan grandes oportunidades.
Tomás Pablo R.