Y decimos “de invierno” porque, a pesar de los pesares y de la voluntad pública y privada, la Vall d’Aran no consigue desestacionalizar su maravillosa oferta pirenaica; colapsándose en temporada de esquí y desertizándose a partir de abril.
No es esta falta de planificación y consolidación de un turismo sostenible y uniforme una buena cosa a corto y medio plazo; sobretodo, a juzgar por informes ya presentados por expertos de credibilidad indiscutible, que dejan claro el impacto del cambio climático en la zona para los próximos años.
El Sindic D’Aran, Francesc Boya -metido ahora en asuntos de definición territorial (no quiere que Aran pertenezca al Alt Pirineu sino que se reconozca oficialmente su propia identidad, también territorial) cuya resolución de una manera u otra podría definir las futuras ayudas económicas a la zona, entre otros detalles- ha dado tímidas muestras de la apuesta pública local por la diversificación presentando una campaña publicitaria cuyo slogan es “Val d’Aran: Esencia de los Pirineos” de escaso impacto, en la que se intenta hacer hincapié en los cuatro principales productos del valle: la nieve, el senderismo, la bicicleta de montaña y el bienestar. Una iniciativa cara con retorno negativo debido a su carácter de aislamiento, a causa de su nexo nulo con una estrategia global que implique a todos los actores -instituciones, empresarios y empresa privada- que ya se desvela como urgente.
En cualquier caso la nieve todavía parece que da para mucho, y a pesar de que la incertidumbre sobre el futuro ya comienza a ser patente, los empresarios locales andan más preocupados por “llenar” -sus hoteles, restaurantes y tiendas- que por hacer autocrítica o plantear estrategias y exigencias a las administraciones o a la propia estación de esquí; aunque, insistimos, todos coinciden, sin alzar demasiado la voz, en que la época dorada llega a su fin. Baqueira Beret -la estación de esquí más exclusiva de España- se enfrenta ahora a una competencia brutal encabezada por Aramon o Andorra; a la redefinición de su modelo turístico (sostenible o de masas), a la división interna debido a una falta de estrategias comunes y a su propia política de empresa privada basada hasta ahora en el déficit cero.
Porque la empresa Baqueira Beret -propiedad de Jesús Serra Farré, quién junto a su esposa ostenta casi el 50% de las acciones, a La Caixa y a la aseguradora Catalana Occidente, gestionada por José María Serra Farré– no está dispuesta a lidiar con números rojos que pudieran garantizar “futuribles”. La compañía supedita sus reinversiones a un porcentaje ínfimo de sus beneficios, y así, la estación va perdiendo competitividad aunque de momento se note sólo simbólicamente en las cajas registradoras de los que allí tienen sus negocios.
A pesar de que la compañía Baqueira Beret ha anunciado inversiones estimadas en seis millones de euros para la instalación de un nuevo telesilla de seis plazas -un proyecto previsto para este verano de 2010- las infraestructuras son el talón de Aquiles de esta estación de esquí que en la temporada 2008-2009 acogió a más de 800.000 personas; un hándicap de difícil solución que requeriría del consenso de administraciones y empresa privada.
Un más que complicado acceso desde Lleida, el colapso en las pistas por remontes insuficientes o un sistema de expendeduría de forfaits obsoleto, entre otros detalles de desidia producto de la autocomplacencia y la supeditación de inversiones al ‘cash flow’ de la empresa Baqueira Beret, están desestabilizando el equilibrio entre la calidad y el precio de la estación de esquí más “chic” de España.
Con el objetivo de evaluar el posicionamiento real actual de la estación de esquí tras una temporada complicada, autoridades y empresarios relevantes de la Vall d’Arán se ha reunido en el hotel La Pleta de Baqueira Beret gracias a una iniciativa de Jordi Cuadrat, director del hotel La Pleta by Rafael Hoteles. Cuadrat ha querido terminar la temporada invitando al conglomerado empresarial de la zona a la autocrítica positiva moderada por uno de los grandes en cuestión de marketing, Xavier Oliver, profesor de IESE en la materia y ex presidente de BBDO España.
En un ambiente absolutamente distendido y respaldado por lo más selecto del empresariado del valle como Oriol Filella, director del hotel Montarto o Andrés Vidal, propietario del emblemático restaurante “Casa Irene”; así como del Sindic d’Arán, Francisco Boya; del alcalde de Naut de Arán, César Ruíz-Canela Nieto o de Roberto Buil, director de marketing de Baqueira Beret; Cuadrat ha conseguido abrir un debate sobre el futuro turístico del valle que ya se prevé imparable por necesario y urgente.
A la conferencia de Xavier Oliver titulada “De las transacciones a las relaciones. Sólo dando podemos recibir”, siguió una cena realizada por el equipo de cocina de La Pleta en la que también participó “Casa Irene” con dos creaciones -“Ostras gratinadas con sabayón de higos” y “Foie fresco a la poelle sobre yema cocida a baja temperatura y salsa de trufa”- bajo el slogan “Armonia & Fusión”. Un excepcional y exclusivo maridaje auspiciado por Veuve Clicquot, en el que tres tipos de champagne de la firma (Yelow Label, Rosé y Vintage 2002) debían maridarse con los diferentes platos de alta cocina mediante un divertido juego de paladares.
El innovador experimento nos dio a conocer las excelencias gastronómicas de la zona y la alta cualificación de un empresariado absolutamente autodidacta, que se merece todo el apoyo para no tener que ceder ni un ápice de la calidad y el nivel adquiridos durante años.
Gema Castellano
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