Chile se presenta como uno de los países más estables y sólidos económicamente de Iberoamérica, así lo demuestra su reciente incorporación a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) a finales de marzo de este año.
Nuestra economía que ha crecido a más de un 5% anual durante las últimas dos décadas, ha llevado a cabo una política de apertura económica internacional mediante un continuo proceso de liberalización a través de la firma de acuerdos comerciales bilaterales, convirtiéndose en el país con mayor número de acuerdos firmados a nivel mundial. De este modo, los acuerdos comerciales suscritos por Chile con otros países y bloques económicos permiten acceder a un mercado de más de 4.000 millones de consumidores, lo que constituye más del 60% de la población mundial.
Desde que entró en vigor el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Chile, hace 7 años, el intercambio comercial ha crecido más de un 200%. Las importaciones procedentes de la UE se han incrementado un 128 %, mientras que las exportaciones chilenas han aumentado un 284%. Este fuerte incremento es consecuencia, entre otros factores, del arancel aplicado a las importaciones procedentes de la UE, que se sitúa por debajo de un 0,7%, con alrededor del 95% de los intercambios libres de derechos de importación.
En la actualidad hay unas mil empresas españolas que operan en Chile, principalmente en los sectores de electricidad, gas y agua (54%), comunicaciones (16%), servicios financieros (12%) y construcción (6%). En términos de inversión materializada, España es el segundo mayor inversor en Chile y, según datos del Comité de Inversiones Extranjeras en Chile (Cinver), la inversión bruta acumulada en los últimos 35 años es de 59.000 millones de euros, de los cuales, un 19,4% son de origen español.
Sólo durante el año 2009, las inversiones españolas en sociedades anónimas abiertas en el país sudamericano obtuvieron unas ganancias de 2.200 millones de euros, lo que significa un aumento del 15,8% frente al año anterior, que alcanzaron en torno a los 1.900 millones de euros. Según la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo de España, la inversión directa española en Chile acumulada entre 1993 y 2009 ascendió a 11.885 millones de euros.
¿Qué papel ha jugado y juega la empresa española en el desarrollo de Chile? La presencia de la empresa española ha tenido un fuerte impacto en nuestro crecimiento. En sectores tales como financiero, telecomunicaciones, energía eléctrica, construcción, agua, agroindustria y alguno más, posicionándose entre las líderes de cada uno de ellos. La naturaleza de los mismos los ha puesto en relación directa con instituciones, empresas y personas, quienes han percibido la calidad, la cobertura, el precio y renovación de los bienes y servicios ofrecidos situación que tiene una poderosa influencia en el crecimiento esperado. Las firmas españolas han continuado en esta primera parte del siglo XXI invirtiendo y apostando por Chile, transformando y mejorando su inversión, aún siendo sectores maduros han conseguido ir adaptándose a las exigencias de la era del conocimiento, incorporando nuevas tecnologías y formas de hacer y ejecutar, lo que permite que a su alrededor, apoyados en su oferta, se inicien nuevas actividades que impulsan el avance de nuestro país.
Esta fuerte presencia entre nosotros ha posibilitado la expansión de las compañías peninsulares, en algún caso acompañados por sociedades locales, a otras naciones del continente incentivando la relación comercial y la inversión entre los propios estados de nuestro entorno, creando flujos en todas las direcciones, contribuyendo a la estabilidad de la zona, facilitando los acercamientos y acrecentando la calidad de vida de nuestros habitantes.
Se podría pensar que la coyuntura económica de debilidad actual por la que atraviesa Europa haría disminuir este ímpetu inversor que traía España en Chile, pero la realidad ha sido la contraria, la inversión, particularmente PYMES, continúan llegando, esparciéndose por todo el territorio chileno, promoviendo nuevas formas de gestión, cambios tecnológicos, sociales, educativos, todos con gran influencia en el adelanto de las regiones en que esta dividido el país.
Ahora la inversión hispánica está concentrándose en nuevos negocios con un amplio futuro por delante, como son los derivados de la banda ancha y sobre todo el de los Servicios Globales, esto es utilizar Chile como plataforma para prestar servicios al mundo, lo cual obliga a las Universidades y Centros de Formación Profesional, a formar expertos y técnicos de alto nivel, a concentrarse en tener un Capital Humano competitivo y bien adiestrado, lo que sin duda es una manera más de ir dando soporte a la evolución económica del territorio.
No nos extendamos más, la relación económico empresarial entre España y Chile, o si lo prefieren, entre la Unión Europea y Chile, está a pleno rendimiento. Es cierto que en este momento los que están tirando del carro somos los países emergentes, alguna vez nos tenía que tocar, eso hace que exista un alto número de casas europeas, españolas entre ellas, que se están planteando su entrada en tierras chilenas, nuestra opinión, es que es muy buen momento para hacerlo.
TOMáS PABLO R.