El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, USDA, acaba de dar a conocer sus proyecciones económicas y agrícolas para el período 2011 -2020, estudio ejecutado por un grupo interdisciplinario de diez especialistas en el último trimestre del 2010. En resumen vienen a indicar que el crecimiento económico y demográfico disparará el requerimiento de víveres.
Prevén que la población mundial aumentará en un 1% anual, es decir, en unos 700 millones de habitantes en los diez años que comprende el trabajo. Los principales commodities verán crecer su comercio. El volumen tranzado del trigo lo hará en un 15%, mientras que el arroz y la soja en un 25% y 30% respectivamente.
La carne y las hortalizas se verán favorecidas en esta expansión. China e India, continuaran con altos índices de evolución, en tanto Estados Unidos lo hará a un promedio de un 2,6% y la Unión Europea a un 2%. Ya hemos comentado el objetivo de Chile de hacerlo a un promedio de un 6% anual en los próximos tres años.
Por supuesto, tras esto hay implícito mayores consumos de energía, agua, infraestructuras viales, digitales, transportes marítimos y aéreos, servicios financieros, logística y bienes de capital, por lo que las oportunidades son amplísimas, no se reducen solo a los bienes producidos.
Chile, en su deseo de alcanzar la condición de “Potencia Alimentaria”, además de prepararse para la recolección de volúmenes más grandes de frutos y sus correspondientes envíos al exterior, también, se está potenciando como un exportador de genética, en particular la frutícola.
“Australis Breeding” es el nombre del primer Programa de Mejoramiento Genético frutícola para la industria chilena de carozos. Desarrollado por A.N.A Chile, la Universidad de Chile y con el aporte del Consorcio Biofrutales e Innova Corfo, representa un hito para la industria pues significa poder contar con variedades frutícolas propias, las cuales son desarrolladas de acuerdo a las condiciones climáticas y de suelo de la nación, así como su adaptación a ser exportadas.
Recientemente se dieron a conocer cuatro nuevas variedades de carozos con las que ya se está trabajando: Andesduuno, una variedad de melocotón y 3 nuevos tipos de nectarinas, Andesnecuno, Andesnecdos y Andesnectres.
Estas cuentan con un buen sabor, calibre y productividad, unido a buenos periodos de poscosecha. Esta última, es una de las principales características que se busca como parte de la investigación genética, con el objetivo de prolongar la vida poscosecha de la fruta y así poder llegar a mercados más lejanos.
Cerca del 98% de los diversos frutales que Chile vende provienen de programas de mejoramiento genético extranjero. “La fruticultura chilena ha sido absolutamente dependiente del desarrollo genético extranjero”, comentó Samuel Escalante, Presidente de A.N.A Chile.
Es por ello que esta iniciativa pone al país en un nuevo escenario, esta vez como exportador de genética. El mérito del programa radica en poder entregarle a la industria una fruta con los requisitos necesarios para satisfacer a los productores, exportadores y consumidores.
Otro tanto está sucediendo en la uva. La variedad Isela-INIA se originó en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Centro Regional de Investigación (CRI) La Platina, por un cruzamiento realizado en 1992 entre Flame Seedless y Centennial. Se seleccionó durante la temporada 1998-1999. Existen empresas extranjeras –españolas entre otras-, que están embarcados en la obtención de nuevos derivados hortícolas y frutícolas.
José Antonio Galilea, Ministro de Agricultura chileno, comentó que “hoy día ya se cuenta con variedades que presentan una óptima condición para el consumo luego de un largo viaje, lo que significa llegar a mercados más distantes que Chile abastece y que sintoniza además con los desafíos de abrir nuevos mercados”.
“Creo que en los últimos años, tanto el mundo de la investigación como el sector privado se han ido percatando de la importancia que tiene, sobre todo el sector frutícola chileno, el ir avanzando en la creación de variedades propias, de variedades nuevas, que se adapten de mejor forma a las características de Chile, tanto respecto a distancia de los mercados de destino como a sus propias condiciones de suelo y climáticas”, comentó el ministro de Agricultura José Antonio Galilea.
“No se puede llegar a las grandes ligas colgados de la tecnología y en este caso de la genética de otros países. Eso es muy difícil”, comentó el titular del agro chileno a Portal Frutícola. Añadió que para hacerlo hay que contar con tecnología y genética propia.
CORFO, facilita el aterrizaje a las inversiones vinculadas al área alimentaria, por lo pronto los esperamos en el Foro Internacional de Inversiones dirigido a la Industria Alimentaria entre el 6 y 9 de junio próximo en Santiago de Chile.
TOMáS PABLO R.