El gusto por la ostentación, por el lujo frívolo y por ofrecer una imagen distorsionada de sí mismo que ha llevado a toda una generación a niveles de endeudamiento insostenibles, al abandono de la formación en pro del dinero rápido y a una insatisfacción y ansiedad personal sin precedentes; son elementos aberrantes pertenecientes a un modelo social ya caduco que -sin embargo- todavía da sus últimos coletazos en un intento de reproducir comportamientos agotados e irracionales que la historia se encargará de analizar.
Mientras tanto, otros -los más innovadores- hablan ya de la “Quality Revolution”, ese concepto post-material que se refiere a las formas en las que las personas obtendrían el bienestar después de una era estresante en la que consumir por consumir sin obtener la plena satisfacción se había convertido en una adicción. Las marcas, al acecho siempre de las nuevas tendencias de consumo, se apresuran para entender las motivaciones, gustos y necesidades de este nuevo consumidor; pero unas lo están consiguiendo y la mayoría, no.
Porque si la felicidad se mide por el grado de satisfacción personal serán la calidad, el confort, la excelencia, el placer y el disfrute sin ostentación lo que estos consumidores neo-postmaterialistas buscan; y en este aspecto, la alemana Mercedes ha entendido la esencia de un movimiento silencioso y refinado que va a marcar las nuevas maneras del estilo en el consumo. No cabe duda de que el nuevo Clase C Coupé de Mercedes va camino de convertirse en un icono para estos nuevos modernos, y no tanto por su elegante y discreto exterior, sino por su sorprendente interior.
El Mercedes Clase C Coupé es bello por fuera, pero su interior recrea un espacio privado sublime y único. Se trata de un lugar -emblema del confort- aislado de las agresiones del entorno dónde recuperar el tiempo y desde dónde divisar con toda comodidad y seguridad -solo o con compañía- los más bellos paisajes y sensaciones al volante y en movimiento, sintiendo que el destino es lo de menos ante el placer sensorial que produce el viaje.
Su excelente e impactante estética deportiva externa, que no solo sustituye al Mecedes CLC sino que competirá con el el Audi A5 Coupé o el BMW Serie 3 Coupé, encierra un habitáculo exclusivo y funcional con asientos traseros integrales y amplísimos para dos personas, además de novedades tecnológicas de relevancia fundamentales para la optimización del tiempo de unos usuarios más exigentes.
El sistema multimedia Command Online, que ofrece conexión a Internet utilizable también por el conductor con rutas de navegación manipulables desde cualquier terminal de ordenador y el navegador económico completamente integrado en la consola central MAP Pilot, que se controla a través del sistema de sonido Audio 20 CD -que también ofrece la función de búsqueda de información sobre tráfico, TMC·Pro- son algunas de las exclusivas funcionalidades incorporadas al Clase C Coupé con el objetivo de comunicar a los viajeros con el exterior y ampliar su espectro de seguridad y confort.
Con cinco modelos de mecánica -el C 180 gasolina de 156 CV, el C 220 CDI de 170 CV, el C 250 CDI de 204 CV, el C 250 gasolina de 1,8 litros combinado de serie con un cambio automático de 7 velocidades y el C 350 con sus 360 CV con un cambio automático de siete velocidades, 7G-Tronic Plus- el Coupé más “intelect-chic” del momento encierra su talante atrevido, sofisticado e incluso extravagante en una carrocería compacta y seductora -con su largo capó- que, sin ostentación, muestra la personalidad del individuo más adaptado a las nuevas reglas del juego que exige la era post-crisis; de ese superviviente consciente de que, ahora, el objetivo es el bienestar por encima de la acumulación de riqueza.
Gema Castellano
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