De su atelier situado en el 463 de la barcelones calle Muntaner, salen colecciones enteras para clientes exquisitos que saben esperar y tienen claro que la paciencia es indispensable para obtener un producto único. Cada uno de ellos ha elegido anteriormente -bajo el asesoramiento de Vicente- el tejido, siempre de altísima calidad; el cuello -mejor si es italiano-; los puños; la “tapeta” o el tipo de bordado de las iniciales; y Vicente Fossas, personalmente y asistido por sus “oficialas”, repasa las medidas de su cliente una y otra vez. Siempre es necesario.
El usuario puede haber sumado o restado peso, podría ser que sus hombros hubieran cambiado de altura o incluso es posible que el cuello se haya descolgado unos milímetros. La mínima diferencia en las medidas del cuerpo podría dar al traste con la óptima construcción de la camisa. Por tanto, el proceso debe ser impecable.
No hay dos cuerpos iguales, por tanto, la camisa perfecta será la que se haya construido pura y exclusivamente para cada uno de los cuerpo. Es muy dificil conseguir un aspecto impecable con una camisa realizada en serie y son los pequeños detalles como el canesú o el aspecto del pecho cuando el hombre se sienta, los que marcarán la diferencia entre una camisa construida a medida y otra realizada en serie por muy hecha que esté.
Se trata de un mundo fascinante. Vicente Fossas se lamenta por la dificultad de encontrar aprendices que se dediquen al oficio de la camisería, pero él ha encontrado el spertising en dos mujeres que mima cada patrón. Insiste en que es un oficio que engancha. Iba para universitario pero descubrió que la artesanía camisera era su pasión y su talante “avant garde” lo ha impulsado a idear una fórmula intermedia que le permite ofrecer sus servicios personalizados a un segmento mayor de la población que quiere ir “a medida”. Pero dejemos que sea él mismo quién lo cuente.
En esta entrevista que les ofrecemos en formato de vídeo/TV, Vicente Fossas -gerente de Vía Domitia– nos hace partícipes de la importancia de ofrecer una imagen impecable y de la necesidad de probar -al menos una vez en la vida- la sensación de llevar una camisa hecha a medida. Un lujo que, aunque no lo crean, casi todos se pueden permitir.
Gema Castellano