Ante esta situación, Nissan no entiende que los Sindicatos no hayan aceptado la propuesta de competitividad con medidas que ya se aplican en otras fábricas en España tanto de Nissan, como de la competencia. La empresa también considera que su propuesta está en línea con la mejora de la competitividad que el entorno está pidiendo no solo a las empresas del sector de la automoción, sino a todo el sector industrial en España, por lo que es poco comprensible que los sindicatos se opongan a unas medidas que en el futuro el país tendrá que aplicar en su nueva política industrial si quiere prosperar.
Además de no conseguir las oportunidades inmediatas ya explicadas, con esta falta de acuerdo las operaciones industriales de Nissan en España dan un paso atrás y pierden la oportunidad de mandar un mensaje positivo a la multinacional en Japón que permitiese mantener la tendencia de crecimiento iniciada con la adjudicación de nuevos productos antes de verano.
Por todo ello, el consejero director general de Nissan Motor Ibérica, Frank Torres, ha remarcado que: «Cualquier oportunidad futura pasa por llegar a un acuerdo de mejora de la competitividad en línea con los puntos propuestos a los Sindicatos y que han rechazado, de no ser así, corremos el riesgo de no conseguir nuevas oportunidades, lo que afectará a nuestro futuro a medio plazo».
Una negociación que se daba por hecha:
Fue sólo hace unos día, el pasado 4 de Septiembre, cuando Nissan anunció que, si consiguía alcanzar el acuerdo de competitividad con los sindicatos, la Planta de Barcelona podría trabajar a pleno rendimiento a pesar de la crisis.
Además, ese acuerdo serviría de referencia para el resto de centros productivos y situar las operaciones industriales de Nissan España en la línea de salida para acceder a futuras oportunidades; la primera, la adjudicación de 24.500 unidades anuales del nuevo pick up, que se encontraban asignadas a otro centro productivo.
La consecución del acuerdo de competitividad habría permitido evidenciar que la fábrica barcelonesa era suficientemente competitiva para asumir esta nueva carga de trabajo, que habría supuesto:
• Mantener una producción estable de 2 turnos a pleno rendimiento
• Pasar alrededor de 300 empleados temporales a permanentes
• Obtener unas inversiones, además de las ya anunciadas, de unos 14 millones de euros
• Introducir nuevas variantes del pick up distintas a las del mercado Europeo, que pueden abrir la producción de este modelo a otros mercados
El Consejero Director General de Nissan Motor Ibérica SA, Frank Torres, aseguraba entonces que: «Las plantas de Nissan en España han de ser competitivas para continuar creciendo y para ello presentamos una plataforma de medidas que nos permitirían optar a posicionarnos por encima de 200.000 vehículos al año, a través de más volumen o nuevos modelos». Explicó que: «Dada las premura de tiempo para conseguir la primera gran oportunidad, en esta negociación nos hemos concentrado en los puntos que nos permitirían conseguir las 24.500 unidades adicionales del pick up, y que ya se aplican en otras plantas de Nissan en España y en empresas del sector».
Sobre el desarrollo de las conversaciones con los sindicatos, Torres, señalaba hace sólo unos días que: «el proceso de diálogo está aún abierto y estamos convencidos de que finalizará con un acuerdo durante esta semana». «No puede ser de otra manera dadas las oportunidades inmediatas y a medio plazo que la estrategia de crecimiento global Nissan Power 88 presenta para las operaciones industriales en España», añadió.
Finalmente no ha sido así.