Semejante descalabro no ha dejado indiferente a nadie. Tanto, que incluso los que siempre han ido por libre -incapaces de aliarse incluso por el beneficio del negocio común- han decidido, a la desesperada, probar suerte y aunar fuerzas. A ver qué pasa.
El president de la Generalitat, Artur Más, anunciaba a finales del pasado mes de abril la creación de un Cluster de la industria de la automoción en Cataluña, que integrará a las constructoras Seat, Nissan, Gestamp, Ficosa y Doga. El cluster estará liderado por las dos primeras; y está justificado.
Seat es la primera empleadora catalana con 11.421 trabajadores fijos y un crecimiento de 70 puestos de trabajo anuales y Nissan creará 1.000 empleos directos y 3.000 indirectos a partir de 2014, con la producción de un nuevo vehículo. La buena noticia de productividad viene acompañada de una rebaja salarial del 20% en los nuevos empleos; pero, a estas alturas, deberemos acostumbrarnos a que la creación de empleo y la competitividad en España, vendrán de la mano de la precariedad de los salarios.
Recolocados los ‘egos’ de los grandes, se ha podido, por fin, firmar la constitución del clúster, que, según palabras de Artur Mas, “se produce tarde”. Y no le falta razón. En una región geopolítica donde hace dos décadas que se impulsa la figura del clúster e incluso cuenta con un Observatorio Internacional sobre Clústers cuyo objetivo es evaluar la competitividad de estas asociaciones empresariales, constituir el del automóvil ha sido, hasta ahora, tarea imposible; a pesar de que el sector representa al 10% del PIB catalán y 100.000 puestos de trabajo.
Felip Puig, conseller de empresa y empleo, incide en el detalle de que el Clúster -presidido por Vicenç Aguilera, también presidente del Circuito de Cataluña- no tendrá dotación económica y será financiado por las propias empresas constituyentes.
Y con las posibilidades del clúster en mente pero el pesimismo en el sentimiento, un puñado de directivos de empresas automovilísticas almorzaban con Mariano Rajoy y Artur Mas en un hotel barcelonés horas antes de la inauguración del Salón del Automóvil este viernes día 10 de mayo.
El presidente del gobierno español anunció, a lo largo de la mini cumbre, un nuevo paquete de inversiones en la industria por valor de 1.000 millones de euros, que sumado a las medidas ya puestas en marcha, supondrá -según el jefe del ejecutivo- «5.000 millones de euros comprometidos en poco más de un año por una industria como la de automóvil, que está haciendo de España la punta de lanza en su firme apuesta europea«.
Por la tarde y con retraso, Rajoy llegaba al Salón del Automóvil perfectamente flanqueado por sus ministros de Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Industria, José Manuel Soria. Artur Mas tuvo que esperarlo algunos minutos y la visita comenzó por Nissan y terminó por Seat; empresas que constituyen el núcleo duro del Clúster de Automoción.
No estaba cómodo el presidente del gobierno en el recinto ferial de Plaza España y tanto Artur Mas como él mismo, no se esforzaron en disimular, en ningún momento, un lenguaje corporal que dejaba clara su escasa sintonía.
Digna de mención, por injustificada, es la superprotección de los dos ministros hacia su presidente durante todo el recorrido; quienes mostraron una actuación más propia de un ‘guarda de corps’ que de un acompañante de comitiva. “¿Cuántos quedan más?», preguntaba Rajoy con disimulo a Fernández Díaz, refiriéndose a los ‘stands’ a visitar. “Uno”, le contestaba casi sin mover la boca el premier de Interior, refiriéndose a Seat.
No duró demasiado la visita de Mariano Rajoy a un Salón del Automóvil, en su 37ª edición, bastante descolorido. Porque a pesar del esfuerzo de la industria y la administración por convertirlo en el punto de encuentro y la plataforma de divulgación de la industria de la automoción en España, la escasez de novedades y prototipos resta encanto al certamen.
Veintidós marcas -Aston Martin, Bentley, Ferrari, Lancia, Jeep y Land Rover, representadas por el Grupo Quadis; Honda, Hyundai, Jaguar, Kia, Peugeot, Maserati, Mazda, Mercedes Benz, Nissan, Renault, Seat, Smart, Volkswagen, Dacia, Audi, y Volvo- se han comprometido con la feria, que, para incentivar la afluencia de público, ofrece este año conciertos de David Bustamante, La Unión y Blaumut. Como novedades el coche de concepto Renault Twizy RS F1 y el el Volkswagen E-up eléctrico; pero nada que ver con lo visto días antes en Shanghai.
El Salón del Automóvil de Shanghai, llamado “Auto China 2013”, que se ha celebrado del 21 al 29 de abril, se ha llevado ‘el gato al agua‘ en lo que las preferencias de los fabricantes para presentar sus novedades, se refiere.
El AUdi A3 Sedán, el BMW X4 Concept, el Citroën DS Wild Rubís, el Detroit Electric SP.01, el Ford Escort Concept, el Lamborghini Aventador LP 720-4 50 Anniversario, el Maserati Ghibli o el Mercedes GLA Concept, entre otros, han seducido en un mercado capaz de invertir en una industria que, hoy por hoy, en España carece de perspectivas positivas.
No obstante, la coincidencia del Salón del Automóvil con la semana de la Fórmula 1 ha pretendido devolver a la ciudad un esplendor, por el momento, imposible. El circo automovilístico de Ecclestone -que antaño plagaba la ciudad de exclusivas fiestas, fastuosos eventos y lujosas manifestaciones de ocio- se ha circunscrito este 2013 a los límites del Circuito de Cataluña, donde sí se respira un microclima diferente. Y es que ahí no hay recesión, pero sí polémica. Porque a ‘perro flaco todo son pulgas‘ y Ecclestone ha llegado al Circuit derramando un jarro de agua fría sobre las pretensiones catalanas de apropiarse de la exclusividad de “la carrera” en España.
El ‘cappo de la One’ apoya la alternancia entre Barcelona y Valencia que pretende ‘la del Turia’ por motivos presupuestarios; y, para rizar el rizo, asegura no tener claro donde se celebrará el Gran Premio en 2014, cuya sede se sabrá, a mucho tardar, el próximo mes de septiembre, cuando la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), haga público el calendario de competiciones.
Ecclestone parece olvidar que tiene un contrato firmado con Barcelona hasta el año 2016, pero bien es verdad que Ecclestone suele hacer y deshacer a su antojo. Sin embargo, pocos aficionados imaginan una Barcelona sin el Gran Premio de Montmeló, por lo que la incertidumbre y la polémica están servidas. Una incertidumbre que no hace más que remarcar el estado depresivo de un país, que necesita estímulo urgentemente.
En cualquier caso y como es bueno tener memoria, recordaremos los vínculos que Ecclestone mantiene con Valencia, forjados en los ‘tiempos de vino y rosas’ -en plena euforia de la America’s Cup- que vivió la Comunidad del Turia en plena época de bonanza; cuando Francisco Camps se presentó en el despacho londinense de Bernie Ecclestone, para entregarle su proyecto de Formula 1 en Cheste.
Aseguran que el ‘mandamás’ de la ‘One’ le pidió a cambio unos ‘terrenitos’ en el Parque de Sagunto para construir un astillero de yates de lujo. Intermediando a favor de Valencia andaba también Alejandro Agag, el ‘yerníssimo’ del ex presidente Aznar y socio de la empresa Stancourt Limited, con sede en Inglaterra, dedicada a gestionar los derechos de retransmisión de las carreras de F1 en España, los concursos mediante mensajes SMS y el ‘merchandising’ de Fernando Alonso; quien hace negocios directos con Bernie.
Con esta perspectiva, de sabios es reconocer que Cataluña juega en desventaja ante las afinidades de Ecclestone por Valencia. Al final, todo va a parar a los intereses políticos.
Gema Castellano
@GemaCastellano
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