
Clausurada una Cumbre del Clima 2019 que ha terminado una vez más sin conclusiones pero que, sin embargo, ha dado un protagonismo inusitado al activismo mediático, los expertos siguen apelando al consenso a nivel mundial para conseguir frenar un el primer cambio climático de la historia del planeta provocado por la acción del hombre. Mientras tanto, los países más poderosos esperan ansiosos las oportunidades que ofrecerán las catástrofes, como por ejemplo, la apertura de nuevas y ventajosas rutas comerciales por los Polos.
No existe el consenso. Países emergentes como China e India reivindican su derecho al desarrollo y Estados Unidos está inmerso en un negacionismo difícil de combatir. Las grandes empresas, a pesar de que comienzan a reconocer que el cambio climático les perjudica, no tienen claro cómo afrontar los cambios y las inversiones todavía no tienen como prioridad el beneficio del planeta.
Sin embargo, el planeta ha agotado el tiempo de descuento y las consecuencias las está pagando ya la población. En lo que respecta a España, los períodos de sequía prolongada ya se alternan con otros de lluvias torrenciales destructivas, cuyas aguas poco aprovechables provocan escorrentías que erosionan el terreno.
Los glaciares han, prácticamente, desaparecido y las líneas de costa están amenazadas no solo a medio plazo, sino que están destinadas a las destrucción cada vez que se produzca una precipitación torrencial.
Respecto a las temperaturas, las alcanzadas en España como media en los últimos años indican que están afectando a la salud de la población más vulnerable y que ya no son atractivas para el turismo. Las "noches tropicales" con temperaturas que superan los 20 grados Celsius y humedad de hasta el 90% han pasado a ser denominadas por el término "noche tórrida" por los climatólogos y ocupan períodos de tiempo cada vez más amplios afectando a la salud pública.

En este contexto, el de las "noches tórridas", los expertos estudian un nuevo fenómeno que se produce en el centro de las ciudades y que se ha revelado como especialmente nocivo: "la isla de calor". Los centros de las ciudades registran temperaturas diurnas y nocturnas muy superiores a las de la periferia y las inversiones en planes de prevención son nulas.
"Es importantísimo conseguir frenar el proceso porque las temperaturas normales tardarán muchos años en recuperarse", insiste el profesor Javier Martín-Vide.
En esta entrevista que les ofrecemos en formato de vídeo/tv hablamos con él sobre el impacto real del Cambio Climático en nuestras ciudades, del nivel de adaptación de las economías, de los plazos, de los cambios reales en el entorno… porque el clima es ya un problema real camuflado por el acceso al confort.
Gema Castellano @GemaCastellano