Alaide Foppa, poetisa y feminista, inicio la lucha por la defensa de los derechos humanos en Guatemala.
De padre italiano y madre guatemalteca, nacio en Barcelona en 1914, vivio algunos anios en Argentina y paso la adolescencia en Italia. Alaide llego a Mexico con su esposo, Alfonso Solorzano, colaborador hasta 1954 del regimen democratico guatemalteco. Ella inicio su labor como catedratica en la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Nacional Autonoma de Mexico (UNAM), y permanecio alli hasta sus ultimos años. Esta universidad la recuerda ademas como la fundadora de la catedra de Sociologia de la Mujer, en la Facultad de Ciencias Politicas y Sociales.
Tambien impartio catedras en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
En 1975, fundo la revista FEM, primera publicacion feminista en Mexico que hasta hoy se publica ininterrumpidamente. Condujo el Foro de la Mujer en Radio Universidad, publicaba critica de arte en suplementos culturales, y asistia a reuniones de las organizaciones de defensa de derechos humanos como Amnistia Internacional y la Agrupacion Internacional de Mujeres contra la Represion (Aimur).
Entre su obra se destacan las poesias, La Sin Ventura, Los dedos de mi mano, Aunque es de noche, Guirnalda de Primavera, Elogio de mi cuerpo, Las palabras y el tiempo. Tradujo al espaniol El ave Fenix, de Paul Eluard, y la Poesia de Miguel Angel (el escultor renacentista).
El 19 de diciembre de 1980, en un viaje a su natal Guatemala para visitar a su madre, el auto en que viajaba Alaide Foppa fue interceptado por policias de G2 del ejercito guatemalteco en la capital de ese pais. Desaparecio en aquella tierra tan amada por ella. Antes, su hijo fue asesinado por ese mismo ejercito y su esposo murio atropellado en la ciudad de Mexico por un auto que se dio a la fuga.
De «Elogio a mi Cuerpo», transcribimos a continuacion el siguiente fragmento:
LOS OJOS
Minimos lagos tranquilos
donde tiembla la chispa
de mis pupilas
y cabe todo
el esplendor del dia.
Limpidos espejos
que enciende la alegria
de los colores.
Ventanas abiertas
ante el lento paisaje
del tiempo.
Lagos de lagrimas nutridos
y de remotos naufragios.
Nocturnos lagos dormidos
habitados por los suenios,
aun fulgurantes
bajo los parpados cerrados.