1.- Desde hace 2 años, por encargo de nuestro Arzobispo, he colaborado para humanizar las duras y estrictas condiciones de reclusión que deben soportar en la CAS los allí recluidos. En este período de tiempo también he podido conocer mejor el valor humano y la situación procesal de estos presos, los cuales siendo muy jóvenes al momento de su detención y posterior enjuiciamiento y reclusión, habían tomado opciones políticas radicalizadas.
2.- No compartiendo el método empleado, pues una prolongada huelga de hambre constituye un grave riesgo para su salud, comprendo su impaciencia por el ya demasiado tiempo que han intentado, sin éxito, hacer oír ante las autoridades de gobierno y judiciales, sus demandas en pro de lograr su libertad mediante un justo proceso y la correcta aplicación de algunas leyes, en particular la llamada Ley Antiterrorista.
3.- El promedio de años de reclusión, que llega a casi 10 años, el hecho que distinguidos juristas han manifestado su convicción de que se ha aplicado erróneamente la mencionada Ley Antiterrorista y que no se habr¡an observado las condiciones de un justo proceso, avalan sus demandas y urgen nuestra conciencia a no quedar indiferentes y pasivos ante el sacrificio de su salud y a contribuir a una justa soluci¢n de este problema humano que ciertamente es parte de la reconciliaci¢n que ansiamos para Chile.
4.- Con todo respeto hago un llamado a las autoridades de Gobierno, del Poder Judicial, del Poder Legislativo y dirigentes pol¡ticos para que valoren correctamente la importancia que tiene para la reconciliaci¢n nacional y para el prestigio de nuestra democracia, la pronta soluci¢n de este problema. Tambi’n llamo a los huelguistas de hambre a levantar su movilizaci¢n.
5.- Como lo he estado haciendo hasta ahora, siguiendo el llamado de nuestro Arzobispo a emprender acciones y caminos de reconciliaci¢n y de encuentro entre los chilenos, me pongo a disposici¢n para colaborar en la bosqueda de una justa soluci¢n.
Mons. Alfonso Baeza Donoso
Vicario Episcopal