Carlos Lavado estuvo reunido con el hispano Carmelo Ezpeleta
(equivalente en las dos ruedas de lo que significa Bernie Ecclestone para la
Fórmula 1), director de la empresa Dorna que desde hace una década tiene las
riendas comerciales de los campeonatos mundiales en las clases MotoGP, 250 y
125cc. En esta conversación, el caraqueño planteó la idea de hacer una fecha
en Venezuela, algo que puede ser posible siempre y cuando nuestro país
cuente con un circuito homologado y el consiguiente soporte económico para
cubrir los costos de organización.
Adicionalmente, Lavado, quien compitió entre 1978 y 1992 en las
categorías 250 y 350cc, adjudicándose los cetros del cuarto de litro de 1983
y 1986 a los mandos de sendas Yamaha del equipo venezolano Venemotos, tuvo
la ocasión de manejar la Yamaha M1 de 240 caballos de fuerza que llevó al
título 2004 al italiano Valentino Rossi, experiencia que llenó de emoción y
satisfizo en extremo al siempre inquieto piloto de Caracas.
«Manejar la moto de Rossi fue algo espectacular – precisó Carlos
– me pareció una moto fácil de llevar, pero claro, nunca la forcé al límite
tampoco conocía la pista y ni siquiera pude poner la rodilla en el piso,
pero igual en recta marcaba 280 kms/h. Me invitó un ingeniero de Yamaha y de
verdad nos dimos un buen gusto en las vuelticas que realizamos, aunque de
haber estado Valentino Rossi seguro que habríamos rodado un poquito más
rápido. Yo comparo esta prueba como si a algún piloto de automovilismo le
permitiesen montarse en el Ferrari de Michael Schumacher, un lujo que pocos
o ninguno pueden darse».
Como no podía ser de otra manera y fiel a su costumbre, Carlos
Lavado divirtió a los presentes – entre los que se encontraban numerosos
periodistas especializados que también rodaron en la moto del campeón
Valentino Rossi – al imitar los gestos y manías del talentoso piloto
italiano en los momentos previos a subirse en su máquina azul. La única vez
que Lavado llegó a manejar una moto de la máxima categoría fue en 1983,
cuando practicó en Mugello en la Yamaha de 500cc de otra de las leyendas de
este deporte, el norteamericano Kenny Roberts.
«Aprovechamos este viaje para conversar con Carmelo Ezpeleta –
prosigue Lavado – el hombre encargado de dirigir Dorna y todo lo relacionado
con el Mundial. Nos dijo muy claro que Venezuela podría optar por una fecha
a partir de la temporada 2007, pero para ello debemos contar con una pista
homologada con todos los parámetros de la FIM y que a su vez también sirven
para la FIA, por lo que un Fórmula 1 también podría correr o cualquier otra
categoría internacional. Claro que ese circuito no lo tenemos, así esta
afirmación le disguste a algunos, lo que más se acerca es Maracaibo pero
igual hay que hacer una inversión muy grande, si bien hace tanto calor en
esa pista que mejor es pensar en hacer un circuito nuevo; es una posibilidad
que me parece más viable, hay ciudades interesantes como Barquisimeto,
Guatire o Puerto La Cruz que pudieran desarrollar este proyecto que
necesariamente debe contar con el respaldo del Estado porque hablamos de
cifras realmente importantes».
Ha pasado un cuarto de siglo desde la última ocasión en la que
Venezuela organizó una válida del Mundial de velocidad, temporada 1979 que
arrancó en San Carlos y que regaló a Carlos Lavado la primera de sus 19
victorias en las categorías 250 y 350cc, convirtiéndolo en una de los
mejores pilotos de todos los tiempos en las cilindradas intermedias. Sin
embargo, el volver a tener otra vez a un venezolano en el Continental Circus
se hace más difícil debido a los costos de participación cada vez más
elevados, sin olvidar que en naciones como España preparan a sus futuros
campeones desde edades infantiles y tienen el apoyo absoluto de las empresas
más grandes.
«Tenemos pilotos jóvenes muy interesantes como Fernando Amantini
Robertino Pietri y Armando Ferrer Jr – indica Carlos – el mejor lugar para
que se desarrollen es en Europa, pero para eso se necesita un muy buen
soporte económico, porque de otra manera no se puede llegar a ninguna parte.
Ellos vienen de la categoría que creamos hace cinco años en la clase Fucam
150cc, aunque de verdad luego de esa experiencia y los sinsabores que
tuvimos nos quedaron pocas ganas de hacer algo similar. Sigo pensando que se
ha perdido mucho en la velocidad nacional, esperemos que las cosas mejoren
en el futuro. En el latino de San Carlos tratamos de darle una mano al
equipo de los maracuchos pero parece que hacen las cosas a su manera y desde
entonces no he vuelto a saber de ellos».
En el tema de los pilotos Carlos Lavado no escatimó elogios
hacia el fenomenal Valentino Rossi, centauro que en su opinión es el mejor
porque se divierte sobre la moto además de tener un control excepcional en
cualquier condición. Como siempre, el ojo crítico de un doble campeón
mundial no deja escapar detalles que sólo se pueden apreciar cuando se ha
vivido en ese ambiente durante toda una vida.
«Lo peor que pudo haber hecho Sete Gibernau – afirma el campeón
latino 1978 – es haber hecho enfadar a Valentino, porque después de lo de
Qatar cuando sancionaron al italiano, no dejó opción a nadie. Rossi se la
pasa echando broma en los pits, contagia a todo el equipo, se siente tan
seguro que incluso no se preocupa cuando no consigue los mejores tiempos. En
cambio me sorprende lo irregulares que son los demás, no es lógico que en
una carrera estés peleando la punta y en la otra no pases del séptimo. Hay
que estar atento al chamo Daniel Pedrosa, se dio unas vueltas en la Honda de
MotoGP y estaba muy cerca de los mejores, muchos dicen que tiene ventaja por
su poco peso, pero desde mi punto de vista, su manejo es el que hace la
diferencia. Ojo, quizá esté equivocado, pero no comparto con aquellos que se
quejan de su supuesta ventaja, tal como me lo decía el papá de Sebastián
Porto».
En el moderno trazado de Cheste, conocido por su slogan de «Una
pista dentro de un estadio», Lavado compartió también con sus compatriotas
José Barresi y Michael Berti quienes residen en la región de Cataluña: el
primero participó como invitado en la serie BMW Boxercup y el segundo
aprovechó la oportunidad para estar más cerca del entorno que nunca pudo
disfrutar como corredor. Carlos Lavado señaló que uno de los promotores del
torneo monomarca alemán le garantizaba una moto en caso de querer enfundarse
otra vez el traje de cuero, última presentación oficial que realizó en 1997
sobre una Ducati Supersport en San Carlos y que saldó con una victoria.
«En Valencia, como en toda España, la afición a las motos es
impresionante – concluye Lavado – y cuando caminábamos en los pits la gente
no paraba de saludarnos, tomarse fotos y pedirnos autógrafos. Michael Berti
se quejaba porque avanzábamos muy lento. Compartimos ratos estupendos con
grandes amigos como Angel Nieto, quien nos trató de maravillas al igual que
Alberto Puig. Siempre es agradable reencontrarse en este ambiente y muchos
nos insisten en volver a Europa, pero pienso que en Venezuela se pueden
hacer cosas buenas para el motociclismo y estamos decididos a lograrlas».
Siempre punzante en sus comentarios, Carlos Lavado sigue siendo
un hombre que no evita la polémica al expresar lo que piensa, característica
que por supuesto le ha ganado antipatías en distintos sectores vinculados a
las competencias nacionales. Ahora el campeón tiene en mente nuevos y
ambiciosos proyectos los cuales espera que cuenten con el respaldo oficial y
privado, único camino para permitir que el nombre de Venezuela vuelva a
estar otra vez en la palestra del motociclismo mundial.