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Desde que se inició la intervención aliada más de 10,500 civiles han muerto. Las matanzas se siguen dando y la última ha sido contra una boda en la que murieron criaturas. Mas, el nuevo gobierno iraquí estará vetado de juzgar a cualquier soldado extranjero que haya vejado o asesinado a sus ciudadanos.
Abu Garib tal vez debería mantenerse pero convertida en un museo que sirva para educar a la población mundial contra las torturas que allí fueron instruidas por Saddam y por sus reemplazantes.
Isaac Bigio
Analista Internacional
