La próxima reunión de Bonn, en julio próximo, continuación de la cumbre del clima de Naciones Unidas celebrada en La Haya en noviembre pasado (COP6), corre el riesgo de fracasar e incluso el Protocolo de Kioto y todas las medidas encaminadas a prevenir el cambio climático están en peligro, a causa de la administración republicana de Bush.
t
El Protocolo de Kioto de diciembre de 1997 concluyó con la adopción de un protocolo de reducción de emisiones de gases de invernadero por los países industrializados. El compromiso, que se encuentra en un difícil periodo de ratificación, obliga a limitar las emisiones conjuntas de seis gases (CO2, CH4, N2O, compuestos perfluorocarbonados (PFC), compuestos hidrofluorocarbonados (HFC)y hexafluoruro de azufre) respecto a las de 1990 durante el periodo 2008 2012, en proporciones diferentes según el país: reducción de un 8% para el conjunto de la Unión Europea, un 7% para EE UU y un 6% para Japón. Ucrania, la Federación Rusa y Nueva Zelanda se comprometen a mantener sus emisiones de 1990.
t
En conjunto la reducci¢n global acordada es de un 5,2% para los pa¡ses industrializados (anexo I del Convenio). El Protocolo no obliga en una primera fase a los pa¡ses en desarrollo, dadas sus menores emisiones por habitante. El a_o base se compone de las emisiones de 1990 de CO2, CH4 y N2O, y las emisiones de 1995 de los compuestos perfluorocarbonados (PFC), compuestos hidrofluorocarbonados (HFC) y hexafluoruro de azufre).
t
EE UU se comprometi¢ a reducir sus emisiones en s¢lo un 7%. Entre 1990 y 1998 las emisiones estadounidenses han aumentado un 1,8%. EE UU en 1990 (a_o base) emiti¢ 4.888, 8 millones de toneladas de CO2 equivalente. En 1998 las emisiones aumentaron a 5.953, 9 millones de toneladas de CO2 equivalente. EE UU, con s¢lo el 4% de la poblaci¢n mundial, emite el 25% de las emisiones mundiales, y cinco veces m s que la media mundial.
Para que el Protocolo de Kioto entre en vigor debe ser ratificado por un nomero suficiente de pa¡ses, que en conjunto sean responsables del 55% de las emisiones de los pa¡ses del Anexo I. Dada la irresponsabilidad de la administraci¢n republicana de EE UU, y su oposici¢n a la ratificaci¢n, ‘sta no est ni mucho menos asegurada. Estados Unidos, con el 36,1% de las emisiones en 1990 de los pa¡ses del Anexo I, en la pr ctica tiene poder de veto, m s cuando cuenta con la complicidad de otros pa¡ses, como Jap¢n y Australia, e incluso Rusia (17,4% de la emisiones en 1990). La Uni¢n Europea quer¡a que el Protocolo de Kioto entrara en vigor en el a_o 2002, coincidiendo con la Cumbre R¡o+10 en Johannesburgo (Sur frica). Hoy es casi imposible.
t
Estados Unidos es el pa¡s que m s dificultades ha creado, el tipo malo de esta pel¡cula planetaria, imponiendo en el pasado los mecanismos de flexibilidad, para no reducir sus emisiones, y tratando de obligar a que algunos pa¡ses del Tercer Mundo asuman compromisos de reducci¢n, algo que va contra el esp¡ritu y la letra del Protocolo. Dada la postura de Bush y la mayor¡a republicana en el Congreso y en el Senado, es muy improbable que EE UU ratifique el Protocolo de Kioto. Si al final se impone la postura de George W. Bush, el presidente del mayor contaminador mundial, y la presi¢n de otros gobiernos y de la opini¢n poblica es insuficiente, la situaci¢n se agravar¡a aon m s. No obstante m s del 75% de la poblaci¢n estadounidense quiere ratificar el Protocolo de Kioto y desea actuar para frenar el cambio clim tico.
Tal como han propuesto Los Verdes, hay que boicotear a las empresas petrol¡feras estadounidenses (Exxon, Texaco y Chevron), que son las que en oltima instancia dictan la postura de Bush, y pedir a nuestros gobiernos la adopci¢n de las siguientes medidas:
1.tRatificaci¢n inmediata del Protocolo de Kioto.
2.tElaboraci¢n de Planes para como m¡nimo cumplir los
compromisos internacionales, frenando y reduciendo las
emisiones de gases de invernadero, y en especial el CO2.
3.tAumento de la eficiencia energ’tica, proporcionando mayores servicios con un menor consumo energ’tico. Nueva fiscalidad ecol¢gica, para reducir el despilfarro y la destrucci¢n del medio ambiente.
4.tDesarrollo de las energ¡as renovables,especialmente la e¢lica y la solar directa.
5.tPoner en pr ctica de forma urgente nuevas pol¡ticas de transporte, que frenen el uso desmedido del autom¢vil privado y del transporte a’reo, los modos de transporte m s
contaminantes.
6.tLos gobiernos deben crear Comisiones del Clima, con
participaci¢n de la sociedad civil, incluidas las organizaciones sindicales, ecologistas y vecinales.
Jos’ Santamarta