Después de un periodo de construcción de dos años y medio, los visitantes podrán recorrer más de 120 piezas en un espacio de exposición que cubre más de 5.000 metros cuadrados. Estarán exhibidas de una forma completamente nueva.
El edificio circular del museo justo al lado de la torre central de oficinas de la compañía continuará siendo un icono.
Ahora, el edificio adyacente de baja altura completa al “Bowl”, que es como se conoce al edificio circular del museo desde que fue inaugurado en 1973. Esto ha multiplicado por cinco la superficie de exhibición disponible.
El Dr. Norbert Reithofer dio la bienvenida como invitado de honor a Eberhard von Kuenheim, quien como Presidente del Consejo de Administración inauguró el museo en 1973. Aunque la exposición ha cambiado desde entonces, la filosofía del museo continúa siendo la misma: “Un museo BMW tiene que mostrar en vivo la tradición corporativa. Y tiene que mostrar cómo BMW define el futuro, basándose en objetos concretos”, según palabras de Reithofer. El futuro fue presentado de una manera poco habitual: 350 aprendices de BMW Group sorprendieron a los invitados como representantes de la próxima generación que podría dar forma a la historia de BMW Group.
La calle hacia el interior.
El Museo BMW no se aísla de su entorno urbano; más bien lo prolonga simbólicamente en su interior. Un sistema de rampas dispuestas en el espacio y que parecen ingrávidas, queda enlazado con los espacios de exposición abiertos y cerrados. Las modernas fachadas, los caminos entrecruzados y fascinantes perspectivas visuales crean un ambiente vivo y urbano. El museo fue concebido como «edificio de tráfico urbano», compuesto del ambiente de la vida determinada por la movilidad de una gran ciudad, con calles, plazas, puentes y viviendas. Este concepto se acentúa con el asfalto bituminoso que cubre todo el suelo del museo.
Este asfalto, sometido a un sofisticado proceso de pulido, realza el aspecto de las calles que atraviesan las zonas de exposición. Los contenidos y las funciones están estrechamente unidos entre sí. «Le dimos especial importancia a que la estructura arquitectónica resulte convincente a largo plazo, que la estética de sus formas se justifique por los contenidos que el edificio alberga», explica el catedrático Prof. Uwe R. Brückner, arquitecto del nuevo Museo BMW. De esta manera, el nuevo Museo BMW consigue establecer un lazo entre la intemporal y siempre moderna arquitectura de la semiesfera que fue sede del museo desde la década de los años setenta, y la arquitectura del siglo XXI en el interior del museo nuevo, muy propia de la era de los medios modernos.
Las rampas unen las 25 zonas de exposición que corresponden a siete temas generales. De este modo, el visitante recibe informaciones cada vez más detalladas sobre cada uno de esos temas. Además, la configuración de la exposición le permite enlazar las informaciones recibidas anteriormente con aquellas que se refieren al nuevo tema que se aborda en otra sección. Con este concepto arquitectónico, es posible concebir cualquier exposición de modo vertical u horizontal. La superficie de 4.000 m2 que se ganó agregando la primera planta de gran extensión del edificio contiguo, alberga en diversas secciones y varios espacios la exposición permanente del Museo BMW. En la parte del museo que tiene forma de semiesfera se organizan exposiciones itinerantes relacionadas con temas específicos.
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