Según los deseos de la Comisión Europea, los sistemas de control de la presión de los neumáticos deben ser un equipamiento obligatorio en todos los modelos de automóviles nuevos para el año 2012. Gracias a esta normativa, la comisión desea no sólo promover la protección medioambiental, sino también reducir la cifra de accidentes producidos a causa de fallos en los neumáticos.
Los antecedentes se basan en el hecho de que sólo una presión de inflado correcta asegurará que los neumáticos funcionen con una baja resistencia a la rodadura, proporcionando el máximo rendimiento del combustible; indicando a su vez que la lenta pérdida de presión es la principal causa de fallo de los neumáticos.
El proveedor internacional del sector del automóvil Continental recomienda con urgencia prescribir sistemas que evalúen la presión de los neumáticos de forma precisa, alertando al conductor cuando detecte una leve pérdida de presión. Incluso los pequeños daños en los neumáticos pueden tener consecuencias graves. Por medio de esta proposición, la Comisión Europea ya cumple con las demandas de los clubs de automóviles y expertos en automoción.
Alexander Lührs, portavoz del principal fabricante de neumáticos de Europa, Continental, enfatizó la gran ganancia en seguridad como resultado del uso de este tipo de sistemas: "Los reventones de neumáticos suponen un grave riesgo para los usuarios de las carreteras, sobre todo si se producen cuando se viaja a gran velocidad", afirmó explicando el problema. "Si un conductor pierde el control de su automóvil, en ese preciso momento habrá mucha gente en la carretera que también esté en una situación de grave peligro".
Indicó que Continental cuenta con años de experiencia dentro del sector de los sistemas de control de la presión de neumáticos. "Cerca del 90% de todos los defectos de los neumáticos se atribuyen a una lenta pérdida de presión de los neumáticos", explicó. Estos podrían deberse a pequeños pinchazos causados por tornillos, clavos o un fallo en la válvula. Si el conductor del automóvil recibe una advertencia primaria de un sistema de evaluación preciso podrá restaurar la presión del neumático adecuada, o en caso de que sea necesario, poner un neumático nuevo.
Según Lührs, uno de cada tres automóviles que circula por las carreteras de Alemania lleva una presión de neumáticos inferior a la recomendada. Si todos los coches llevaran las ruedas con la presión correcta, los costes de automoción sólo en Europa se podrían reducir en 3.400 millones de euros cada año. Una presión de neumáticos incorrecta causa un gran aumento de la resistencia a la rodadura, que lleva a un consumo de combustible superior innecesario y a tener que lanzar a la atmósfera una cifra mayor de CO2. A causa de ello también aumenta la distancia de frenado.
Los expertos en ingeniería de chasis y neumáticos instan a advertir sobre las condiciones de una baja presión de inflado para conseguir aumentar la seguridad de los vehículos y minimizar el número de fallos de neumáticos. Continental está presionando para que sea obligatorio disponer de un sistema de control de presión de los neumáticos que alerte al conductor en cuanto la presión en al menos uno de los neumáticos muestre una desviación de un 10% frente a la presión de inflado recomendada.
Al mismo tiempo, los expertos de Continental advierten que no se debe ser poco estricto cuando se formule un estándar técnico: Es importante reconocer que si la legislación se basa en proporcionar un umbral de advertencia de presión baja de un 25%, cada vez habrá más y más conductores de automóviles que conducirán con las ruedas poco infladas simplemente porque el manual de comprobación de los neumáticos será considerado como un inconveniente. Esto afectará de forma severa a los costes de utilización, eficacia de combustible y seguridad del automóvil.
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