Desde su taller artesanal situado en la localidad alicantina de Elda -donde cada una de las piezas se desarrolla a mano y a medida- y el ‘showroom’ que tiene en Madrid -un lugar exquisito en el que recibe personalmente a sus selectas clientas procedentes de los lugares más dispares- esta almeriense licenciada en Ciencias Empresariales cuya pasión, ¡más que eso, obsesión! siempre ha sido confeccionar el “look” de la mujer partiendo de los pies; exporta diseño de alta costura, calidad premium, exclusividad y emociones -todo Made in Spain- a los enclaves más selectivos del planeta; y ésta sí es una buena noticia para la promoción de la marca de país.
Pese a su juventud, nada ha podido interrumpir el cumplimiento de su objetivo fundamental, que no era otro que el de tener su propia fábrica de zapatos de alta costura. Ser empresaria y emocionar a sus -en demasiadas ocasiones- excéntricas y difíciles clientas a través de sus creaciones, no ha sido fácil.
La falta de ayudas en un país, España -donde a nivel institucional no se apoyan conceptos como la creatividad, la sofisticación o las altas aspiraciones por ser considerados como locuras inalcanzables- unida a la escasa cualificación y adaptación a las nuevas tecnologías en un sector, el del calzado, donde, además, la competitividad es brutal, intentaban devolver una y otra vez a la cruda realidad a una auténtica profesional que ha conseguido ya crear una “fábrica de sueños y emociones”.
Ahora, Patricia Rosales reparte su tiempo entre Elda, Madrid, los Países árabes o Rusia -guardando algunos días para visitar lugares originales, tradicionales o exóticos donde encontrar los materiales o la inspiración para sus nuevos modelos- mientras en su fábrica dieciséis artesanos manipulan materiales tan sublimes como la piel de anguila galluchat, el cocodrilo napato, las plumas de emú, el visón, la piel de pitón, el satén o el charol, entre otros, combinándolos con diamantes negros, zafiros azules o perlas; éstas con un simbolismo muy especial para la creadora que descubrirán en la entrevista…
El modelo de negocio de Patricia Rosales es una auténtica ‘estravaganza’ basada, paradójicamente, en los pilares tradicionales del buen gusto, el refinamiento y la elegancia internacionales. A punto de presentar en París su primera colección prêt-à-porter, la diseñadora insiste en que su mercado se encuentra entre los límites de la exclusividad más purista, de la alta costura, y eso no va a cambiar. Sus clientas se emocionan al recibir sus zapatos, únicos, envueltos como si de una joya se tratara; y ese es el fin, en definitiva, del ‘new luxury’.
Tienen que verla. No se pierdan sus declaraciones en la entrevista que les ofrecemos en vídeo/tv, en la que -como en pocas ocasiones- una joven diseñadora nos muestra su creatividad respaldada por toda una estrategia empresarial basada en los nuevos cánones de consumo; en esos innovadores “modus” empresariales que después los sociólogos o gurús se apropian para mostrarlas como suyas.
Gema Castellano