Esto no ocurría habitualmente. Porque el hecho de que España fuera considerada como el primer país del mundo en creatividad culinaria hace unos años gracias a la magia de la cocina de Ferrán Adrià, al pragmatismo de Juan Mari Arzak, a la naturalidad del desgraciadamente ya desaparecido Santi Santamaría, a la obsesión por la tradición de Martín Beresategui, o a la sofisticación de Joan Roca, no solo creó escuela y puso el listón rozando la perfección, sino que también dio lugar a una competitividad que en ocasiones traspasó la deportividad para llegar a crear una situación incómoda.
La tregua se firmó, supuestamente, con la aparición de suculentas posibilidades de expansión e internacionalización que casi todos aprovecharon iniciando y desarrollando individualmente negocios hosteleros de éxito en países de como Japón, China o Estados Unidos; y ahora, las viejas glorias y los nuevos talentos conviven en un entorno común donde el desarrollo de la hotelería de calidad en ciudades como Madrid o Barcelona -una hotelería llamada a satisfacer un turismo urbano exigente- y su tendencia a albergar una cocina de excelencia ofrece -en tiempos de crisis- una prima de seguridad a genios de los fogones con pocas facilidades de financiación.
Xavier Franco, quien ha incorporado su restaurante SAüC -de cocina catalana de calidad- al cinco estrellas OHLA Hotel de reciente apertura en la barcelonesa Vía Laietana, ha llevado a lo más nutrido del staff gastronómico -en lo que a su elaboración se refiere- a su terreno, con el objetivo de mostrarles -orgulloso- cuales son sus feudos en una ciudad de oferta culinaria amplia y de prestigio. “!Qué convocatoria!”, nos comentaba admirada Carme Ruscalleda, la propietaria del Sant Pau, quién llegó acompañada de su hijo, el también chef Raul Balam, que gestiona el restaurante “Moments” del hotel Mandarín Oriental.
Y es cierto. !Qué convocatoria! Porque no faltó nadie. En el SAüC Restaurant se encontraban Jordi Vila, chef del restaurante Alkimia implicado ahora en la labor de dar prestigio aristocrático a la mundana pizza; Carles Abellán, quien firma la excelencia gastronómica del restaurante Bravo, situado en el hotel W; Fermí Puig, chef del restaurante “Petit Comite”; Joan Roca, artífice del célebre Celler de Can Roca en Girona; Xavier Pellicer, quién ha recogido el relevo de Can Fabes después de la trágica muerte de Santi Santamaría o Jean Luc Figueres, cocinero que ha intentado y conseguido como nadie la fusión entre la cocina catalana y francesa.
También estaba Ly Leap, que está triunfando en Barcelona con su restaurante Indochine; Albert Adrià, empeñado ahora, junto a su hermano Ferrán, en el concepto de cocina desenfadada con su coctelería “41º” y el bar de tapas “Ticktet”; el tradicional Carles Gaig; Xavier Torres, chef de moda tras el éxito de su restaurante -calificado como uno de los mejores de la ciudad- “Dos Cielos”, emplazado en el hotel “ME”; la ya mítica Mey Hofmann y Romain Fornell, ‘alma mater’ del Caelis, restaurante del Hotel Palace.
Xavier Franco mostró su talento culinario ante un extenso tribunal amigo en el que también calificaban cocineros de talante como Nando Jubany, experto en cocina de temporada; Jean Louis Neichel, que rinde honores a la cocina de prestigio en el barrio de Pedralbes; Pere Arpa, chef de Ca L’Arpa; Jordi Artal, impulsor de la cocina de autor desde las cocinas de su restaurante “Cinc Sentits”; Ignasi Camps, Oriol Ivern, una estrella Michelin del restaurante Isop; Jordi Juncà, quien recientemente impartía por primera vez en Girona una Master Class del café; Dani Lechuga, premio Cocinero del Año 2011; Oscar Manresa, propietario de varios restaurantes junto al mar; Pere Massana, del restaurante Can Pere; Hideki y Sam Mathsuhisa, auténticos showmen de la gastronomía y gestores del restaurante Koi Shunka; Angel Pascual, quién reivindica la palabra “cocinero” ante la de “Chef”; Francesc Rovira, del restaurante Gombren y Antonio Saez, del prestigioso Lasarte. Todos ellos alabaron la impecable propuesta gastronómica del SAüC chez OHLA Hotel, pero sobretodo, apoyaron la excelencia mostrada por un colega en una ciudad, Barcelona, capaz de satisfacer a los paladares más exigentes y variados de aquí y de otros ares.
Gema Castellano
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