Mas de 13 millones de euros, una cifra que debería ir aumentando por contrato progresivamente en los próximos años, es lo que paga Cataluña para albergar una carrera que no garantiza el retorno de la inversión ni por asomo. Una cantidad ridícula si la comparamos con lo que abona Valencia a cambio de que Ecclestone traiga el circo a su circuito urbano -unos 30 millones de euros- que tampoco se amortizan.
Al premier del gobierno catalán no le queda más remedio que prescindir de lo superfluo después de haber recortado incluso en los servicios sanitarios; y es que habrá que ver a partir de ahora como se organiza el ejecutivo autonómico para justificar privilegios, cuando ya se han suprimido los derechos más primarios. En lo que respecta a Valencia, todo está por decir. Desde la organización de la Copa América -un auténtico fiasco a nivel económico y especulativo- las finanzas de la autonomía de Camps y de la municipalidad de Barberá iniciaron una esperpéntica huida hacia adelante cuyo déficit y desastre para el ciudadano solo se conocerá cuando abandonen el control del poder.
Pero a Ecclestone poco le importan la fatigas financieras de los que tienen que pagar por alojar su espectáculo y absolutamente nada cualquier cosa que no suene a “divisas”. Ni siquiera le interesa ya Europa -sumida en una crisis generalizada- y mira hacia Asia como la panacea del futuro de la Fórmula 1 tras constatarse ya, definitivamente, que Estados Unidos no tiene ningún interés por los super-bólidos empapelados de propaganda.
Pero mientras Ecclestone intenta esta “deslocalización” de un negocio que ingresa anualmente unos mil millones de euros, otros -muy poderosos- miran al circo del automóvil como la llave de la maquinaria de hacer dinero en unos tiempos en los que ellos -los herederos- lo tienen más complicado que sus padres -algunos de ellos especuladores natos capaces de cambiar el destino de alguna que otra moneda- para estabilizar sus inversiones. Dicen que Carlos Slim Domit, hijo de Carlos Slim; James Murdoch Jr. heredero de Ruper Murdoch, el magnate mediático; y John Elkann, sucesor de los Agnelli, han lanzado una oferta conjunta casi irresistible a través del consorcio Exor News Corporation valorada en unos 1.500 millones de euros al fondo de inversiones CVC Capital Partners -auténtico propietario de la Formula 1 con una participación del 70%- pero Ecclestone no es de los que se dejan amilanar. Ya se verá.
Así las cosas, la Fórmula 1 llega a Barcelona con menos brillo que en épocas anteriores -eso sí- pero haciendo ruido. Pirelli -de vuelta a la acción después de veinte años de ausencia- ha puesto, sin duda, la guinda a unas carreras que se habían tornado planas y aburridas con sus neumáticos programados para que duren entre 23 y 25 vueltas y que garanticen varios pit-stops; un reto, según Marco Tronchetti Povera, su presidente, que han superado. Pero no ha sido el único. El suministrador italiano de gomas ha roto con la norma de la gratuidad de los neumáticos- que a Bridgestone le costaba seis millones de euros por equipo y temporada- e invierte 20 millones de euros que recupera con creces con la publicidad en los circuitos. Sin hacer cuentas intuímos que el acuerdo es Beneficioso para Tronchetti; quién -de no ser así- no estaría.
La italiana del calendario más exclusivo del mundo celebró su incursión de nuevo en las carreras en Barcelona con una espectacular fiesta que tuvo lugar en uno de los lugares más bellos de la ciudad, la Lonja del Mar. Como presentadores del evento estaban Antonio Lobato y Nira Juanco -quienes han encontrado en las carreras otras maneras de facturar además de la que correspondería a su faceta de presentadores- y como estrella invitada, Inés Sastre, musa del calendario 1997 con fotografías de Richard Avedon. Se echó de menos la presencia de la esposa de Marco Tronchetti, presentadora de tv en Italia -la tunecina Afef Jnifen- un valor añadido indiscutible en cualquiera de las exposiciones de valor de Pirelli.
A la misma hora el piloto de Mc Laren, Lewis Hamilton- cumplía con sus obligaciones promocionales con la firma Hugo Boss en una fiesta ofrecida en la tienda de Paseo de Gracia; un trabajo que Fernando Alonso y Felipe Massa tuvieron que atender el mismo día por la mañana, en el nuevo espacio de Ferrari también el el exclusivo Paseo de Gracia. Nada extraordinario.
La Formula 1 no ha traído a Barcelona grandes yates, fastuosas fiestas o personalidades de relevancia económica, social, cultural o de la farándula; y la terminal de vuelos privados del aeropuerto solo ha registrado un leve aumento de su tráfico gracias a la llegada de pilotos como Fernando Alonso, que se desplazan en jet. Posiblemente la Formula 1 no vale lo que cuesta.
Gema Castellano
Pulse las fotos para Ampliarlas
Links Relacionados:
MOSCú ESTá PREPARANDO UN GRAN PREMIO DE FóRMULA 1 EN SUS CALLES PARA EL AñO 2012