La Asociación Española de Coaching asegura que la crisis ha impedido el crecimiento del mercado del coaching en España, al mismo tiempo que reconoce que esta modalidad de, digamos, ‘entrenamiento para tener éxito y ser feliz en la vida‘, no entra en las prioridades presupuestarias de las empresas y particulares inmersos en una coyuntura económica y social adversa. Llegados a este punto, el análisis se complica. Porque, según afirman sus defensores, el coachinges el arma más vanguardista para luchar contra eso mismo: las crisis personales y las empresariales.
Lo cierto es que mientras los profesionales de diversas materias metidos a coaches discuten sobre si se puede vivir de ello o no, además de renegar de un intrusismo que habría que definir o pretender hablar de mercado cuando ni siquiera se percibe en la sociedad la demanda de los servicios de coaching, en los círculos más elitistas españoles -acostumbrados ya a tener en nómina al psiquiatra, al entrenador personal y al coach- se comienza a desconfiar de unas personas que acaban dirigiendo la conducta del individuo e incluso anulando su voluntad, aseguran los detractores de una disciplina que entró en España con el nuevo siglo y la bonanza económica.
Por otro lado, ¿crean los coachs dependencia en sus clientes?. No es fácil profundizar en este asunto, ya que -tal y como asegura la Asociación Nacional de coaching– el sector no ha conseguido consolidarse en España; pero sí es cierto que, aunque de manera muy tímida y a pesar de la poca incidencia de esta disciplina, ya han saltado las alarmas en este sentido. ¿Cual es la diferencia entre un coach de soporte emocional y un psicólogo?, ¿Qué tienen que ver otras mancias alternativas con el crecimiento personal y el coaching?. Enseguida surgen preguntas de difícil respuesta que nos llevan, cuanto menos, a cuestionarnos muchos aspectos de esta práctica a la que se ha puesto ahora nombre, pero que -más o menos definida- siempre ha estado presente de la mano de asesores, consultores, personas de confianza, directores espirituales e incluso confesores.
Con el objetivo de salir de dudas sobre los fundamentos del coaching y las auténticas funciones de un coach hemos hablado con Jordi Vilá, presidente de Cataliza -primera cooperativa de profesionales de consultoría, formación y coaching en España- y coach profesional por ICF (Internacional Coach Federation), además es Máster en Dirección de RRHH EADA y por el IESE.
Hemos querido abordar este polémico tema con un profesional que, quizás, pueda definirnos qué es lo que pretende un coach cuando una empresa o particular requiere sus servicios y si éste -el coach- es capaz, con toda honestidad, de no sucumbir a la tentación de ejercer una influencia adictiva sobre alguien hasta conseguir la absoluta dependencia.
En esta entrevista que les ofrecemos en formato de vídeo/tv, ni Jordi Vilá puede olvidar que es un ‘coach‘ ni yo que mi función es la de intentar disipar el mayor número de dudas; pero estoy segura de que ustedes sabrán sacar sus propias conclusiones. ¿Están seguros de que necesitan un coach?.
Gema Castellano