Miguel Lerín, promotor del Concurso Internacional de Canto Francisco Viñas y biznieto del célebre tenor, recibió el relevo al frente de esta responsabilidad de su madre, María Vilardell -gran pianista- aunque fuera su abuelo y yerno del Tenor Viñas, Jacint Vilardell, quien fundara el concurso -que ha cumplido ya su 50 aniversario- en el año 1963.
Ganar el primer premio del Concurso Internacional de Canto Francisco Viñas, asociado al Teatro del Liceo, no garantiza, sin embargo y a priori, una plaza de excepción en piezas operísticas de postín. “Los artistas jóvenes ahora van muy deprisa”, se lamenta Miguel Lerín, argumentando que el estudio insistente y sintetizado de la técnica vocal, será lo que les permitirá afrontar con éxito los “roles” destinados a sus diferentes “tesituras” de voz. Así, finalmente, gana el que más depura la técnica apoyado por profesores adecuados y no el que tiene, solamente, el privilegio de poseer las facultades vocales fisiológicas para el Canto.
Tanto insiste Lerín en “la técnica” que, durante el recorrido que realizamos por su estudio -un amplísimo piso de carácter modernista repleto de alusiones a la Opera, piezas de ‘atrezzo’ pertenecientes a diferentes interpretaciones del Tenor Viñas y varios pianos- hace que me detenga ante una colección de fotografías de los artistas contemporáneos más relevantes, que ocupan toda una pared de la amplia estancia. Lo que a cierta distancia parecía una dedicatoria con firma sobre el retrato, es algo mucho más relevante.
Miguel Lerín les pidió que definieran -en ese espacio limitado- lo que significa, según sus diferentes criterios, ‘la técnica’; y el resultado es sorprendente. Digna de mención, por gráfica, es la de Montserrat Caballé, que insiste, con extraordinario sentido del humor, en aprender a “dominar bien la propia anatomía” como estrategia de técnica vocal.
Lerín, es -sin embargo y a pesar de su purista nivel de exigencia- una persona cercana y sensible, extremadamente preocupada por la actual coyuntura del país y sus terribles consecuencias en la educación, la cultura y el arte. La colaboración de la iniciativa pública y privada no termina de resolverse y el mecenazgo es una opción inviable hasta que la Ley que lo regula no se cambie. Es, según sus palabras, “una catástrofe”.
Me cuenta, como anécdota absolutamente disociada de temas líricos y también ideológicos o políticos, que el alcalde de su pueblo -Moyà- declaró la quiebra -tras recibir un Cosistorio con una deuda acumulada de 25 millones de euros en un pueblo de 6.000 habitantes. Ahora, tras una gestión honesta, el Ayuntamiento tiene beneficios. En definitiva, lo que necesitamos es buenos gestores que trabajen por el “bien común”; que también incluye la cultura y el arte.
Hemos hablado con él. En esta entrevista que les ofrecemos en formato de vídeo/TV, Miguel Lerín nos sumerge en un mundo -la ópera, los artistas y las grandes producciones- fascinante; con más adeptos de los que en principio podríamos imaginar. “Los Tres Tenores” democratizaron la lírica; asegura. Una disciplina que, paradójicamente, el pueblo dominaba, sin embargo, en épocas mucho menos avanzadas culturalmente.
Gema Castellano
@GemaCastellano
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