El pasado viernes el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se desplazó hasta Barcelona para inaugurar el salón del Automóvil acompañado del Ministro de Industria y Turismo, José Manuel Soria y el Comisario Europeo de Energía y Medioambiente, Arias Cañete. Antes del recorrido a través de los dos pabellones ocupados por las 38 marcas participantes, Rajoy almorzó en el Palacete Albéniz con los directivos de las principales empresas del sector, una comida a la que asistió el President de la Generalitat, Artur Mas; el Alcalde de Barcelona, Xavier Trías; el Presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), Mark Fields; y el Presidente del Salón del Automóvil, Enrique Lacalle.
Lacalle, en su discurso, intentó justificar la prevalencia de un certamen que ya cuenta con 96 años de historia, a pesar de su evidente declive en los últimos años. Espera un 40% más de asistencia de público que en la edición anterior, aunque las grandes marcas todavía prefieren Ginebra para presentar sus prototipos e innovaciones. El objetivo del Salón es “mostrar y vender” insistió Enrique Lacalle.
El ejecutivo del motor pretende, sin duda, un claro desmarque de lo que hacen otros e intenta, así, dotar al evento de un contenido propio que no compita. Mucho trabajo de reconstrucción y comunicación tiene por delante. El sector lo apoya, pero también recela sobre los retornos de una inversión que no es pecata minuta.
Todos coincidieron en que el sector del automóvil es un indiscutible motor económico para España, además de un indicador de la recuperación económica. Pero la diferencia entre lo que se produce y lo que se vende o lo que se produce y se exporta, es demasiada como para confirmar dicha recuperación. En 2014 se fabricaron en nuestro país 2.600.000 unidades, una minucia si la comparamos con la producción mundial estimada en 100.000.000 de unidades.
Aún así el sector quiere reinventarse y está empeñado en un “Made in Spain” basado en la movilidad sostenible inspirada en el slogan “cero emisiones, cero accidentes” como valor añadido. También lucha por alcanzar el plan “Tres Millones”; es decir, llegar a esa cifra de producción, un objetivo que Mariano Cerezo, Secretario Federal y Responsable de Automoción de MCA-UGT, hace depender de un diálogo social que, asegura, el gobierno pretende desmontar.
Entre tanta polémica ambigua, la realidad es que la edad media de los coches en España supera los once años, que casi 12 millones de conductores conducen vehículos obsoletos y que se estima que en 2017 el 67% del parque automovilístico español tendrá más de una década. Y también es una certeza que Mark Fields volvió a pedir al Presidente Rajoy más planes PIVE para apoyar a un sector, el del automóvil, ya hiper-subvencionado. Rajoy le concedió el deseo y anunció que aprobaría un octavo Plan PIVE en el Consejo de Ministros del próximo viernes 15 de mayo.
Ante semejante euforia sobreactuada de optimismo sectorial, los dos presidentes, el autonómico y el nacional, se enzarzaban en una pugna política acompañada de cierta “ironía” dialéctica, sobre la autoría del presunto “milagro”. Artur Mas enfatizaba, con cierta sorna, la cantidad de instituciones que apoyan al sector del automóvil cada vez que Barcelona celebra un salón, aunque en esta ocasión, afirma, “no solo hay más discursos, sino que además se produce más, se vende más, se exporta más y se contrata gente”.
El president recordó al jefe del ejecutivo español, como signo de éxito, que el día anterior había colocado, junto al piloto de Fórmula 1 Sebastian Vettel, la primera piedra del que será el parque temático Ferrari Land en PortAventura, el primero que la marca automovilística italiana tendrá en europa, y que será una réplica del que la firma italiana construyó en 2010 en Abu Dhabi.
La celeridad del acuerdo ha sido posible gracias a la amistad entre los Agnelli, propietarios de Ferrari, y los Bonomi, dueños de Investindustrial, el Fondo de Inversión propietario de Port Aventura. El resort tendrá una superficie de 75.000m2, requerirá una inversión de unos 100MM€ y se espera que esté operativo en 2016.
Sin ninguna duda un Ferrari Land en PortAventura, para el grupo inversor italiano Investindustrial, es una oportunidad de incrementar el valor añadido del modelo de negocio del parque temático, que organiza incluso desplazamientos a París, Milán o Londres de un día, para los clientes de sus hoteles.
El President Mas dejó la defensa de los números y porcentajes a Mariano Rajoy, quien confirmó que la industria de la automoción produjo 714.000 unidades en el primer trimestre del año -una media raspada para el cumplimiento del objetivo del “Plan Tres Millones”- y que, el Gobierno, había contribuido a la competitividad de las plantas españolas. Rajoy presumió de una subida del 4,5% del índice industrial español; pero sobretodo, de la noticia premium de la semana: Volkswagen invertirá 4.200 millones de euros en sus dos plantas españolas -Martorell y Pamplona- hasta el 2019. El vicepresidente mundial de compras del consorcio alemán, Javier García Sanz, se lo comunicaba al presidente de España en Madrid y Rajoy llegó al Palacete Abéniz con esta primicia de impacto.
“Es la mayor inversión industrial en la historia de España”, insistía Mariano Rajoy, quien también calificó la operación de “espaldarazo sin parangón a la industria española”.
Lo cierto es que la guerra de Volkswagen con Toyota por el primer puesto de ventas en el ranking mundial provoca este tipo de inversiones. La libre competencia y ausencia de posiciones monopolísticas siempre es beneficiosa para el crecimiento y la economía.
Y hablando de competitividad. El precio de las entradas de la F1 -que va desde los 190€ hasta los 220€ en tribunas-, el encorsetamiento del protocolo de funcionamiento del Circo Ecclestone y la debacle en los resultados de Fernando Alonso -unido a la crisis de consumo- han convertido las gradas, las tribunas y la hierba del Circuito de Cataluña en un esperpento de lo que fue. El fracaso en la convocatoria de público es evidente y negar la evidencia sería cargar de estrés a la posible solución. Habrá que repensar muchos aspectos. También en el negocio de la Formula 1. Barcelona cierra con el Grand Prix de España 2015 una Semana del Motor con muchas ganas de recuperación y con noticias positivas; pero también con muchas incógnitas, matices y algún trago amargo como la estampa del circuit el día de la gran carrera semivacío.
Gema Castellano
@GemaCastellano
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