No es menos sorprendente que sean también los opresores de los kurdos quienes festejen, una vez más, con orgías de sangre y represión las manifestaciones de este Pueblo que representa la nación sin Estado más numerosa de la Tierra (al menos 20 millones de personas en territorios históricos y cerca de 10 millones en el exilio interior de los Estados colonizadores, o exteriores).
El secuestro y posterior encarcelamiento del líder guerrillero Abdulá Oþalán ha puesto sobre la mesa las cartas del juego sucio internacional.
Independientemente de las violaciones de los Derechos Humanos que haya podido cometer y sin duda cometió el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) û ahí están las denuncias de Amnistía Internacional contra este grupo armado -, resulta bastante feo a los ojos del mundo que regímenes nominalmente democráticos como Grecia ûen cuya Embajada en Kenia, se había refugiado Oþalán- se presten al juego de la Repoblica turca -un Estado controlado constitucionalmente por el Ej’rcito en r’gimen de «democracia vigilada»-, que recurre sin dudarlo al «desinteresado» asesoramiento y ayuda del Mossad, el Servicio Secreto de Israel, que «tanto a hecho por los Derechos Humanos en el mundo, y por la paz en Medio Oriente».
En cualquier Estado civilizado y democr tico un presunto delincuente tiene garantizados sus derechos procesales desde el momento mismo de su detenci¢n.
¨Qu’ garant¡as puede ofrecer un r’gimen que se vale para sus fines policiales de esp¡as extranjeros de dudosa integridad (Ver informes anuales de Amnist¡a Internacional sobre Israel)? ¨Qu’ se puede esperar de un r’gimen que secuestra en territorio de terceros pa¡ses -Kenia y la legaci¢n diplom tica griega en aquella naci¢n africana- a quien anda pidiendo asilo pol¡tico segon el Derecho Internacional?
Por si esto fuera poco, cabe recordar que los diputados en el Parlamento Turco que han abogado por la autodeterminaci¢n del Pueblo Kurdo han sido detenidos y encarcelados por las opiniones vertidas en la tribuna de oradores, en sede parlamentaria.
Por todo ello y por mucho m s no es de extra_ar que la poblaci¢n kurda de Turqu¡a apoye un grupo armado como el PKK y no le preocupe demasiado lo sangriento de sus acciones. ¨Qu’ otra alternativa puede haber? +El apoyo internacional?
En relaci¢n con la oferta del Parlamento de la Comunidad Aut¢noma Vasca, de ceder sus instalaciones al Parlamento Kurdo en el exilio (que representa a la di spora kurda de Turqu¡a), el presidente del Gobierno espa_ol, Jos’ Mar¡a Aznar, y su ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes han dejado bien claro que «son muchos y muy importantes los intereses empresariales espa_oles en Turqu¡a como para cometer semejante irresponsabilidad». En t’rminos similares se expresan el resto de Gobiernos de la Uni¢n Europea, que tiene a Turqu¡a como Estado asociado y en lista de espera para su ingreso en la Comunidad, adem s de ser socio de la OTAN y Estado-tap¢n (por su laicismo) ante el avance de los integrismos isl micos.
El propio Ej’rcito turco ha reconocido la destrucci¢n de m s de 8.000 pueblos y aldeas kurdas desde 1983, por el sistema de la devastaci¢n sistem tica y lo ha justificado por la evidencia de la subversi¢n guerrillera del PKK, en las monta_as. Esta situaci¢n ha causado el desplazamiento forzoso de cerca de dos millones de agricultores y ganaderos kurdos a los suburbios de la grandes ciudades turcas. Aunque otros campesinos, perdida su familia, su casa, su hacienda e incluso toda la gente con quien empezar una nueva vida (sus vecinos) eligieron entre el desarraigo del lumpen urbano o la lucha armada, y se unieron al PKK, quien convenientemente canaliz¢ y rentabiliz¢ la rabia y el odio de los ex campesinos y nuevos guerrilleros.
tCuenta la leyenda hace casi 2.700 a_os, gobernaba Kurdist n un tirano que siempre se manten¡a joven gracias a que era alimentado cada a_o nuevo con el cuerpo de dos ni_os, hijos de alguno de sus sobditos, pero hubo un newrooz en que le toc¢ efectuar la ofrenda al herrero Kawa que se resisti¢ al secuestro de sus hijos y acab¢ rescat ndolos de las fauces del tirano a quien decapit¢. Y desde entonces, cada a_o nuevo se recuerda a Kawa, el h’roe legendario que acab¢ con la tiran¡a y a quien todos los kurdos quieren imitar hoy y siempre.
tOjal algon d¡a todo el Oriente Medio recuerde que fue la cuna de la civilizaci¢n y se comporte como sociedad civilizada, y entonces, evocaciones de hermosas leyendas como la de Kawa s¢lo sirvan para pasar el tiempo en las puertas de las casas las c lidas y, por fin, pl cidas noches de verano. En tanto as¡ no sea s¢lo podremos esperar «sangre por primavera», en Kurdist n.
Para saber m s sobre los kurdos y sobre Kurdist n:
www.clark.net/kurd/links.html
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