Manuel Quintanero es el cerebro que está detrás de esta excepcional idea, basada en la premisa de que la alta gastronomía forma parte del estilo de vida de determinados círculos de poder. De hecho, un fracaso gastronómico con un cliente puede, sin duda, poner en peligro una gran operación cuando la competencia es evidente.
Millésime es una herramienta fundamental de hospitalidad que da valor añadido al prestigio y la imagen de las grandes empresas, además de un evento gastronómico de postín, donde se reúnen los mejores chefs del mundo. En definitiva, una iniciativa que cuenta con todos ingrediente premium para el éxito: los mejores productos, los más reconocidos chefs y las empresas de gestión excelente.
Pero no termina aquí la carga de excepcionalidad de este, digamos, evento gastronómico y ‘mucho más‘, que se retroalimenta con la puesta en valor de chefs, productos y empresas, para los que el retorno es incuestionable. El Club Millésime cuenta con un comité de honor presidido por Rafael Ansón, presidente de la Academia Española de Gastronomía, e integrado por Ferran Adrià (El Bulli), Juan Mari Arzak (Arzak), Carmen Ruscalleda (Sant Pau), José Carlos Capel (copresidente de Madridfusión), Carlos Falcó (Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha), Alejandro Aznar (Marqués de Riscal), Fernando Fernández-Tapias (académico de la Española de Gastronomía) y Santiago Ibarra (de Vocento).
La labor de este selecto y sibarita comité es la de no equivocarse, no sólo a la hora de asesorar sobre los diferentes eventos, sino también en su labor de “ojeador” y selección de las nuevas promesas gastronómicas; avalando, así, un proyecto que es ya internacional.
A principios de este año 2013 el Club Millésime ha realizado una inversión de aproximadamente 1 millón de euros en la creación de un espacio permanente dedicado a la alta cocina en México, donde ya realizaba un evento anual. Los mejores chefs del mundo operarán desde el espacio gastronómico en colaboración con chefs mexicanos seleccionados, para ofrecer al público comidas y cenas degustación de firma.
Especial y justificado aprecio tiene Manuel Quintanero por Joan Roca, del Celler de Can Roca, y en él hizo recaer la responsabilidad de la inauguración del Estudio Millésime de México, situado en el hotel St. Regis Ciudad de México, en el Paseo de la Reforma 439, que consolida la internacionalización del proyecto pero plantea complicaciones de logística importantes.
Un gran reto de internacionalización que comienza con México, pero que si encuentra los socios adecuados, Quintanero piensa extender a Colombia y Sau Paulo entre 2013 y 2014. No hay motivos para dudar del éxito. Manuel Quintanero ha sabido rodearse de los mejores en su especialidad, ganarse su confianza y ofrecerles un retorno adecuado y personalizado.
También ha conseguido el apoyo incondicional de sus clientes -las empresas a las que ofrece una eficaz herramienta para agasajar a sus clientes- y con estas perspectivas, las ideas siempre se convierten en una realidad internacionalizable. Estamos, sin duda, ante un modelo de negocio de crecimiento ilimitado, similar -salvando las obviedades- al de la la Fórmula 1 de Ecclestone.
Barcelona ha tenido el honor de albergar el evento Millésime, en el que se hizo entrega del Premio Cruzcampo Gran Reserva al chef Jordi Roca, el pasado 9 de abril. Una excelencia culinaria para unos ochenta invitados, servida en el Restaurante Bravo y firmada por los chefs Carles Abellán, anfitrión en su restaurante; Fina Puigdevall, del restaurante Les Cols de Olot (Girona) y el propio Jordi Roca.
Carles Abellán, una Estrella Michelín y un Sol Repsol, se encargó del aperitivo, donde se sirvieron ‘chips con hierbas aromáticas’, ‘croquetas caseras de pollo y jamón’, ‘buñuelos de bacalao’, ‘olivas rellenas’, ‘alcachofas a la brasa con romesco’ y ‘mejillones del Delta’. El chef del ‘Bravo’ agasajó a las exigentes empresas reorganizadas en diferentes mesas con sus exquisitos ‘Guisantes de Llavaneras con calamares de Potera’, a los que hizo acompañar con un Albariño Fillaboa 2011, un vino blanco joven de las Rías Baixas de gran intensidad aromática.
El ‘bacalao con bledas y garbanzos’ de Abellán también tiene su leyenda y el chef no perdió la oportunidad de fomentarla. Lo hizo servir acompañado de un Arinzano la Casona de 2008, un tinto crianza creado con Merlot y Tempranillo de un rubí profundo y brillante conseguido en barrica de roble francés, que marca el paladar.
La dos Estrellas Michelín y dos Soles Repsol, Fina Puigdevall, arriesgó con el producto. Su ‘huevo fresco del día, atún y mayonesa’, resulta tan delicioso a las papilas gustativas como delicado en su ejecución. Sólo Fina manipula los productos de proximidad con tanta maestría y respeto. Hasta tal punto, que su atún es ‘enlatado’, porque en Olot, no hay mar.
Espectacular también la ‘espalda de cordero con leche de oveja y farigola’, que sirvió con un Corimbo I 2009. El vino es un 100% tempranillo con crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano. Se trata de un Ribera del Duero de postín, procedente de las bodegas La Horra, elegante y de un intenso color cereza. Excelente elección.
Al premiado, Jordi Roca, se le otorgó el honor de agasajar con los postres. Se lució con su ya legendario ‘Eternity Calvin Klein’ -un festín de color, sabor y aroma al perfume- e innovó con el ‘postre láctico’. Los dos sirvió con Gramona VI de Glass Gewürztraminer, un vino dulce del Penedés inspirado en los Eiswein -vinos de hielo- obtenidos por congelación de la uva en el viñedo.
Jaume Gramona ha conseguido casi lo imposible mediante un proceso de congelación parcial y una levadura seleccionada por la Universidad de Burdeos. Un proceso de investigación excepcional.
En definitiva, un evento gastronómico, este Millésime de Barcelona, a recordar. Los próximos encuentros tendrán lugar en Bilbao, Cuenca y Valencia, donde los Chefs Gorka Txapartegi, Ricardo Sanz y Quique Dacosta, se harán con el galardón Cruzcampo Gran Reserva y tendrán la oportunidad de presentar sus propuestas gastronómicas a un puñado de invitados, seleccionados por las mejores empresas del país.
Txapartegi, del restaurante Alameda de Hondarribia; Sanz, el rey del shusi desde el Kabuki Wellington de Madrid, y Quique Dacosta, desde su restaurante Quique Dacosta de Denia, son tres de las nuevas promesas por las que apuesta Millésime y que permanecen en el punto de mira de su selectivo y exigente Comité de Honor.
Gema Castellano @GemaCastellano
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