La tarde del lunes 28 de abril, amplias zonas de España y Portugal experimentaron un corte eléctrico que, sin llegar a provocar situaciones de emergencia, sí dejó al descubierto la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas ante interrupciones prolongadas del suministro eléctrico. Aunque en esta ocasión el restablecimiento se produjo en cuestión de horas, la situación ha reavivado el debate sobre la preparación de nuestras sociedades para afrontar contingencias de mayor escala.
Lejos de caer en la especulación sobre el origen del incidente —un terreno que debe ser siempre competencia de las autoridades técnicas—, resulta más oportuno analizar el contexto energético actual y las consecuencias de una dependencia excesiva de fuentes no renovables.
Un sistema energético global dominado por los combustibles fósiles
Portada del libro «Límites del planeta» editado por la Fundación Informativos.Net
A pesar de los avances en la transición energética, más del 80% de la energía que mueve al planeta sigue procediendo de fuentes fósiles: petróleo, carbón y gas natural. La electricidad, que representa el 20% restante, no está exenta de esta dependencia, ya que una parte significativa también se genera quemando combustibles fósiles.
Este modelo energético plantea una doble amenaza: por un lado, el agotamiento de recursos no renovables, y por otro, el impacto ambiental de su uso masivo, que se traduce en un aumento sostenido de las temperaturas globales, alteraciones climáticas, pérdida de biodiversidad y un creciente riesgo para la salud humana y ecosistemas enteros.
El libro Los límites del planeta (energías renovables y decrecimiento explicado por científicos y expertos), publicado por la Fundación Informativos.Net, recoge entrevistas con expertos como Antonio Turiel, Alicia Valero, Jorge Riechmann, Marcel Coderch y Pedro Prieto. Todos coinciden en una idea común: no existe una alternativa viable a corto plazo que permita mantener el actual nivel de consumo energético basado en fuentes fósiles. La obra, escrita en tono divulgativo y accesible, es de lectura obligada para comprender los límites físicos y sociales de la transición energética así como los desafíos a los que nuestra sociedad se enfrenta en un tema tan estratégico como es la energía.
Sectores no electrificados y redes de apoyo
Muchos sectores estratégicos no están directamente electrificados. Las flotas mercantes, la pesca, el transporte de mercancías o de pasajeros, por ejemplo, siguen funcionando con combustibles fósiles, lo que les permite continuar operativos incluso en situaciones de apagón. Esta realidad asegura, al menos en el corto plazo, el mantenimiento de la cadena de suministro de productos básicos, aunque plantea serios retos logísticos, especialmente en lo relativo a la trazabilidad y control.
Sectores 100% dependientes del petróleo. Fuente: Límites del planeta.
En las infraestructuras críticas, como el abastecimiento de agua corriente, los centros de datos, aeropuertos o los hospitales, existen generadores de respaldo que funcionan con gasoil. Su operatividad está garantizada por un suministro que se realiza mediante transporte por carretera, otro sector que todavía depende del diésel. Esta red de seguridad, sin embargo, no es ilimitada, y su eficacia depende de una planificación y mantenimiento adecuados. Por eso, en estos escenarios, es fundamental mantener la calma y confiar en los profesionales que velan por el funcionamiento de estas infraestructuras. La resiliencia del sistema no solo se basa en la tecnología disponible, sino también en la preparación, la capacidad de respuesta y la cooperación ciudadana.
Redes eléctricas europeas y el reto del sincronismo
En una entrevista realizada en noviembre de 2021 por Gema Castellano para Informativos.Net, el investigador del CSIC Antonio Turiel advertía sobre las dificultades técnicas que afronta la red eléctrica europea con la incorporación creciente de fuentes renovables como la solar y la eólica. Según explicó, estas tecnologías, por su naturaleza intermitente y descentralizada, complican la estabilidad del sistema al introducir variaciones abruptas en la generación de energía.
Extracto de 7 min. de la entrevista de Antonio Turiel donde anticipa los problemas que podían surgir en la red eléctrica
Turiel subrayaba que la electricidad en corriente alterna requiere una frecuencia constante de 50 Hz, y que cualquier desviación significativa en un sistema tan interconectado como el europeo puede desencadenar inestabilidades que afecten a varios países de forma simultánea. Esta pérdida de sincronismo —es decir, de la coordinación en la frecuencia de la red— podría ser el desencadenante de apagones en cascada si no se gestiona adecuadamente. En aquel momento, el investigador apuntaba que la relativa «insularidad energética» de España, al estar menos interconectada con el resto del continente, podría ofrecer cierta protección puntual frente a estos efectos. Sin embargo, advertía que esta no es una solución estructural y que urge repensar el modelo de despliegue de las renovables para adaptarlo a las necesidades reales de estabilidad del sistema eléctrico. También incide en aspectos técnicos que, deliberadamente y por motivos económicos, no se han hecho bien; es el caso de las renovables, especialmente la eólica y la solar, que no están equipadas con dispositivos de sincronización que puedan evitar situaciones como la que parece ser ha provocado el apagón en España y Portugal.
Preparación doméstica ante eventos prolongados
La Comisión Europea, consciente de los posibles escenarios de crisis, emitió a finales de marzo una recomendación para que todos los hogares europeos dispongan de un kit de supervivencia mínimo para poder subsistir sin asistencia externa durante al menos 72 horas. Esta es la lista de los elementos esenciales de un kit de emergencia:
Agua potable: Al menos 2 litros por persona y día.
Alimentos no perecederos: Fáciles de preparar y con larga vida útil.
Linterna y pilas de repuesto.
Radio portátil: Preferentemente de manivela (dinamo) o con alimentación por pilas.
Botiquín de primeros auxilios y medicamentos esenciales.
Dinero en efectivo: Ante fallos de los sistemas electrónicos de pago.
Documentos importantes: Copias físicas protegidas contra el agua.
Mantas térmicas y ropa de abrigo.
Cargadores portátiles para dispositivos móviles.
Herramientas básicas: Como una navaja multiusos, cinta adhesiva, cerillas o encendedor.
Estas recomendaciones coinciden con las incluidas en el Manual de autoprotección para familias de Jesús Belenguer, colaborador habitual de Informativos.Net y experto en gestión de crisis, seguridad y emergencias. El documento, de carácter práctico y accesible, ofrece una guía clara para que cualquier hogar pueda implementar medidas básicas de autoprotección ante situaciones adversas con un lenguaje claro y conciso. Evidentemente en formato físico.
Más allá del agua y la comida
Como ha explicado en numerosas ocasiones Jesús Belenguer, una planificación realista de respuesta ante crisis debe incluir también aspectos menos visibles pero igualmente determinantes para la calidad de vida y la cohesión social. La gestión de residuos y excrementos, la higiene básica, el cuidado y protección de niños, personas mayores o con enfermedades crónicas (importante disponer de una reserva de medicación en casos de emergencia), y la capacidad de organización comunitaria son piezas clave para evitar el colapso social en escenarios adversos.
Frente a estos retos, la diferencia entre el caos y una respuesta ordenada radica en la preparación colectiva y la solidez institucional. Una sociedad informada, organizada y cohesionada tiene mayores posibilidades de afrontar las adversidades sin recurrir al pánico o al desorden.
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2025). ChatGPT (versión 2025-04-29). OpenAI)
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