Si bien el sismo chileno fue mucho más poderoso que el haitiano es posible que haya producido 250 menos cantidad de muertos que el cuarto de millón de haitianos que pereció en su cataclismo. Esto se debe a que el sismo haitiano se dio más cerca de la capital y con un país sin mucha infraestructura antisísmica.
Sin embargo, los efectos del cataclismo chileno han generado unos dos millones de desplazados y daños en lugares tan importantes como el aeropuerto o varios museos o edificios importantes de Santiago, la capital.
El terremoto de la madrugada del 27 de febrero se dio en las costas de la región del Bío Bío, el río más ancho de Chile, el mismo que separaba a los reinos mapuche de los incas y luego de los españoles y de la nueva republica post-colonial.
Ese ha sido el séptimo sismo más fuerte que haya sido registrado en la historia, siendo el mayor uno que aconteció en ese mismo país hace exactamente medio siglo (Valdivia 1960).
Más de un cuarto de los países del mundo decretaron alerta por un posible tsunami, que, felizmente, no tuvo un carácter global.
Los sismos son producidos por el choque o roce entre placas tectónicas subterráneas. Estos movimientos son los que han ido creando los Andes, los Alpes y el Himalaya durante millones de años y los que, a su vez, han generado tierras fértiles o con mucha minería.
Lo acontecido en los dos polos de América Latina muestra que otras catástrofes naturales pueden ocurrir al medio de esta región o en cualquier continente. Catástrofes naturales han producido todas las extinciones masivas de especies (incluyendo a la de los dinosaurios).
Explosiones volcánicas (así solas o produciendo tsunamis) destruyeron a la mayor civilización humana de hace 3,600 años (la Creta que muchos creen que fue la verdadera Atlántida) . Se piensa que una de éstas eliminó a la gran fauna (y a casi todos los habitantes) de Norte América hace 12 a 13 mil años, y otra ocurrida hace decenas de miles de años en el archipiélago del tsunami indonesio del quinquenio pasado casi extermina a toda la humanidad.
Lo que pasó en Haití el 12 de enero mostró como en pocos segundos la tierra puede asesinar más gente en un solo lugar que todos los muertos en todas las bombas nucleares o atentados terroristas juntos de la historia. Sin embargo, el eje de la defensa de todos los países consiste en gastos militares. No hay una sola potencia que destine la mayoría de sus recursos de defensa a proteger a su población del peor terrorismo de todos (el de la naturaleza) ni existe una organización mundial destinada a coordinar la prevención e inmediata respuesta de ayuda ante las catástrofes naturales, las mismas que siempre suelen afectar a más de un país al mismo tiempo.
Isaac Bigio