Sí. Desde 1992, las tierras que unen el Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania, con el Parque Nacional Masai Mara, en Kenia -donde viven los Masai- pertenecen por concesión administrativa del gobierno de Tanzania a la empresa Otterlo Business Corporation, propiedad de la Familia Real de Arabia Saudí y gestionada por un alto funcionario de Defensa de los Emiratos.
Mientras Kenia prohibió la caza mayor en 1978, el gobierno de Tanzania considera que la caza es el mejor uso que se puede dar a la tierra y, argumentando de una manera perversa que es necesario habilitar un corredor natural para que los animales salvajes se trasladen del Serengueti al Masai Mara en una emigración natural, ha iniciado la expulsión masiva de la población Masai, adoptando, incluso, medidas de violencia incendiando y arrasando los poblados y matando al ganado.
El corredor, gestionado por la empresa Otterlo Business Corporation, se ha convertido en un matadero para cazadores multimillonarios, que son trasladados desde los resorts de lujo en camiones custodiados por miembros de seguridad de Tanzania y matan cientos de piezas al año, que son sacadas del país en aviones clandestinos.
Es una salvajada. Las cacerías indiscriminadas -incluidos animales en extinción como el rinoceronte negro- del perro salvaje, el chimpancé, el elefante o el cocodrilo del Nilo que se llevan a cabo en la región de Loliondo está aniquilando el 80% de la fauna de Kenia, ya que tienen lugar en la misma ruta migratoria entre el Serengueti y el Parque de Masai Mara. Pero además, está terminando con la actividad turística de Tanzania, uno de los diez primeros países del mundo en biodiversidad.
El país cuenta con doce parques nacionales, 34 reservas de caza y 38 zonas de caza controlada; pero, al parecer, los poderosos prefieren disparar furtivamente y sin que nadie supervise sus acciones contra los animales protegidos, mientras estos, en manada, realizan su peregrinación natural cada año.
Otterlo Business Corporation se defiende. Asegura que abona anualmente al gobierno de Tanzania los 7.500 dólares por partida de caza estipulados y que cumple con todos los requisitos de licencias y respeto hacia las especies protegidas. Incluso subvenciona iniciativas contra la caza furtiva y a favor de los proyectos de desarrollo de las comunidades locales.
La ‘gran donación‘ a la que se refiere la ‘empresa Real’ de los Emiratos -unos 46.000 dólares- ha permitido, según Otterlo, la construcción de escuelas, de pozos de agua para el ganado, la compra de dos autobuses para el transporte local y la instalación de una bomba de agua que abastece a seis aldeas. También ha procurado, por supuesto, la construcción de la, tan necesaria para la compañía, pista de aterrizaje en la zona de Loliondo.
Sin embargo, la realidad es muy distinta y va mucho más allá de la caza. Otterlo Business Corporation, presuntamente, está violando continuamente los Derechos Humanos con la complacencia del Gobierno de Tanzania, al poner en peligro la estabilidad del ecosistema en el que habitan las poblaciones Masai, que están siendo desalojadas de sus tierras en la región de Loliondo siguiendo un plan silencioso y meticuloso que ya dura dos décadas.
Los Masai de Loliondo se dedican al pastoreo, una actividad que han hecho compatible con la fauna salvaje, pero no es la primera vez que sufren el desalojo masivo. En el año 1959, todos los habitantes del Serengueti fueron desterrados por el gobierno británico, con el objetivo de crear el Parque Natural.
Los Masai se refugiaron en la región de Loliondo bajo la promesa de protección del gobierno tanzano, pero el negocio de los safaris tiene más peso que el arraigo de unas cuantas personas.
la llegada en 1992 de Otterlo Business Corporation complicó las cosas a los Masai. En el ‘Gran Desalojo‘ de 2009 fueron quemadas 150 casas masai y los almacenes de grano y ganado. 60.000 cabezas de ganado fueron condenadas a morir, arrinconadas en una zona de sequía extrema y los casos de palizas, humillaciones y agresiones sexuales se cuentan por miles. La presión es brutal.
En 2011 el gobierno tanzano volvió a intentar hacerse con el corredor del Serengueti y, mientras tanto -aprovechando la incertidumbre y la falta de control- las empresas extranjeras explotadoras del turismo del safari se han ido instalando en Loliondo. A principios de 2013 el gobierno anunció que tomará los 1.500 kilómetros cuadrados del corredor para declararlo área de Caza Controlada, con el objetivo de proteger la vida silvestre y las cuencas de agua.
Los líderes locales Masai se negaron a entrar en el Consejo de Distrito argumentando que “no están dispuestos a entregar ni un metro de esa tierra a los inversores por ninguna razón”.
Los masai piden ayuda y concienciación internacional porque “el Gobierno acaba de anunciar sus planes para expulsar a miles de familias de nuestras tierras para que turistas adinerados puedan venir a cazar leones y leopardos”, aseguran los ancianos. “Cuando intentaron desalojarnos de nuestra tierra para permitir sus frenéticas cacerías, resistimos, y cientos de nosotros fuimos arrestados y golpeados”, insisten.
“Ahora el gobierno ha anunciado que evacuará una amplia franja de nuestra tierra para dar paso a lo que será, según afirman, un corredor de vida salvaje. Pero muchos sospechan que es solo una treta para permitir que una empresa de caza extranjera y sus clientes, adinerados turistas, tengan fácil acceso para disparar a majestuosos animales”, cuentan los que llevan años luchando contra una presión que sólo cesa, momentáneamente, cuando la prensa internacional habla de ello.
Su petición es desesperada. Los Masai de Tanzania denuncian que “el Presidente Kikwete es consciente de que este acuerdo podría ser muy controversial para los turistas que visitan Tanzania (una fuente de ingresos fundamental para el país) y por ello no quiere enfrentarse a un gran escándalo de relaciones públicas”. “Sabemos -insisten- que si logramos generar aún más indignación global que la que conseguimos el año pasado, y hacer que la prensa escriba sobre ello, podemos persuadirle para que se lo piense bien antes de actuar. Apóyanos ahora para exigirle a Kikwete que detenga este expolio”, nos piden vía e-mail.
Existe una petición en Avaaz solicitando firmas virtuales para frenar la expulsión de los Masai de sus tierras que puedes suscribir pulsando aquí:
http://www.avaaz.org/es/stand_with_the_maasai_loc/?bcHaYdb&v=23745
Desgraciadamente, el Serengueti no es el único ejemplo de desalojos masivos en Africa. Todo el continente está sufriendo una transformación brutal en este sentido, debido al ansia de los países ricos por controlar tierras fértiles en el mundo. La falta de regulación y la corrupción facilitan el acaparamiento de tierras (land grabbing) que conlleva la expulsión de las poblaciones locales; pero éste -aunque con el mismo resultado- es otro asunto. Los Masai nos piden ayuda y nosotros, simplemente, contamos lo que pasa.
Gema Castellano @GemaCastellano