En fin. Una vez pasada la novedad y estando ya Pablo Iglesias más visto que el Tebeo, La Sexta Noche ha cambiado a su estrella mediática por la paranoia de Eduardo Inda y su cruzada cargada de medias verdades reinterpretadas contra Podemos; una paranoia que también vende, solo explicada por su fobia a todo lo que suene a «salirse del cuello almidonado» y también, por supuesto, a la audiencia. Que para eso le pagan.
Yo no me podía creer que Cospedal entrara al trapo de colocarse en la diana de la Sexta Noche, habida cuenta de que ni siquiera es capaz de aceptar preguntas en una rueda de prensa. Ahí había gato encerrado, y no me equivoqué.
La presentación de las hazañas de Cospedal resumidas en un vídeo, superaba con creces a las memorias de Napoleón. Lástima que fuera Javier Arenas el que la aupó. No son buenas referencias. «Ennoblece la vocación de servicio público», decía Rajoy de ella. Ninguna novedad, porque de Ana Mato dijo lo mismo. Y aquí es donde empiezan las fantasmadas. «Su influencia llegó a ser tan grande, que el selecto Club Bilderberg la invitó a una reunión y Bill Gates y Rupert Murdoch aseguraron que había nacido una lideresa», dice el vídeo, sin dar pruebas de veracidad. Pero la cosa no acaba ahí. Transformándolo en positivo y con la premura que imprime la televisión, el vídeo dice que «el Wall Street Journal asegura que emerge una líder en la cruzada de la austeridad española» ¿Y eso qué tiene de heroicidad?
En fin. La cosa no empezaba bien. Una Cristina Pardo absolutamente domesticada, un Antonio Martín Beaumont baboso, dedicado en cuerpo y alma a lamer la suela de los zapatos de la supuesta lideresa, un Hilario Pino que lo intentó pero no pudo y un Eduardo Inda mudo, que ya había gastado sus iras usándolas contra Podemos, Izquierda Unida y demás demonios.
¡Absolutamente decepcionante! Un publireportaje de excepción, que la audiencia tuvo que tragarse como un caramelo envenenado. Una traición informativa.
Ella salió triunfadora, viendo la humillación de Cristina Pardo, ante la indiferencia de Inda -al que solo le interesa su paranoia- y entre los lametones de suela de Beaumont. Tan contenta estaba que al salir escribió este tuit: «En Castilla-La Mancha gracias al esfuerzo de todos los ciudadanos hemos sido capaces de salvar el estado del bienestar».
En Castilla-La Mancha gracias al esfuerzo de todos los ciudadanos hemos sido capaces de salvar el estado del bienestar #L6NCospedal
— Mª Dolores Cospedal (@mdcospedal) diciembre 6, 2014
Gema Castellano @GemaCastellano